"Y a los teólogos de la liberación, al celibato opcional del clero y la pastoral LGTBI" El Sinodo de octubre cierra el paso a las mujeres a las funciones sacramentales
"Es sumamente vergonzoso, incomprensible, inaceptable y doloroso que el Sínodo, concluido y aprobado por el Papa el 27 de octubre de este año, haya decidido cerrar el paso a las mujeres a las funciones sacramentales, reservándolas solo a los hombres como viene ocurriendo desde hace siglos"
"Así, pues, este Sínodo y todos los anteriores realizaron un trabajo concienzudo para apuntalar y fortalecer el edificio de una Iglesia clerical, basada más en la tradición que en el evangelio y en los derechos humanos"
"En la cuneta, los temas que deberían quedar al margen de ser planteados, al considerarlos intocables, irrevocables e incuestionables. Esos temas eran y continúan siendo: el diaconado femenino, y por supuesto el sacerdocio femenino, el celibato opcional del clero y la pastoral LGTBI"
"En la cuneta, los temas que deberían quedar al margen de ser planteados, al considerarlos intocables, irrevocables e incuestionables. Esos temas eran y continúan siendo: el diaconado femenino, y por supuesto el sacerdocio femenino, el celibato opcional del clero y la pastoral LGTBI"
Es sumamente vergonzoso, incomprensible, inaceptable y doloroso que el Sínodo, concluido y aprobado por el Papa el 27 de octubre de este año, haya decidido cerrar el paso a las mujeres a las funciones sacramentales, reservándolas solo a los hombres como viene ocurriendo desde hace siglos.
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Alrededor de 600 personas de todos los ámbitos eclesiales fueron los elegidos para participar en las deliberaciones propuestas: obispos, sacerdotes, representantes de la vida consagrada como religiosas y religiosos, monjas de clausura y miembros de Institutos seculares. El Papa tuvo total protagonismo en la selección de los obispos, y estos en la de los sacerdotes y representantes de la vida consagrada y laicos, con un perfil incuestionable de proximidad a la jerarquía. Se les cerraron las puertas a los teólogos de la liberación para que no contribuyeran a abrir las puertas a una Iglesia en salida.
Así, pues, este Sínodo y todos los anteriores realizaron un trabajo concienzudo para apuntalar y fortalecer el edificio de una Iglesia clerical, basada más en la tradición que en el evangelio y en los derechos humanos. No es baladí que el Papa dejara en la cuneta los temas que deberían quedar al margen de ser planteados, al considerarlos intocables, irrevocables e incuestionables. Esos temas eran y continúan siendo: el diaconado femenino, y por supuesto el sacerdocio femenino, el celibato opcional del clero y la pastoral LGTBI.
Habría queañadir los temas que Francisco también consideró inamovibles en el décimo mandamiento de los diez que se propuso cumplir. Lo dijo con estas palabras: “No podemos seguir insistiendo en cuestiones referentes al aborto, al divorcio, al matrimonio homosexual, a la eutanasia o al uso de los anticonceptivos “.
La composición del Sínodo, por tanto, apenas ha rozado de refilón la democracia, porque la Iglesia, lejos de ser una institución de iguales como el Vaticano defiende a ultranza y de forma reiterada, nada más lejos de la realidad, porque se compone de varios estadios de fieles con poderes distintos de menor a mayor grado.
La misoginia reforzada por el Sínodo
El Sínodo podría ser considerado como antifeminista por su cariz misógino. Para colmo, ni siquiera ha permitido que la mujer, a través del diaconado femenino, entrara en la antesala del santa sanctórum del templo patriarcal. El papa Francisco afirmó que “todavía no había llegado la hora para establecer el diaconado femenino”. ¿Cuándo piensa que llegará la hora de considerar a la mujer con la misma dignidad que al hombre? Mucho me temo que con este papa no llegará la hora tan esperada por la mayoría de los creyentes de romper el sacrosanto patriarcado, al remarcar que “el cotilleo es cosa de mujeres, mientras que los hombres llevamos los pantalones y tenemos que decir las cosas", sin reconocer que en la sociedad democrática las mujeres son mayoría las que llevan pantalones, no solo en sentido literal sino en sentido de asumir papeles impensables en épocas pasadas.
“El cotilleo es cosa de mujeres, mientras que los hombres llevamos los pantalones y tenemos que decir las cosas"
El origen bíblico de la misoginia
La misoginia de las tres religiones abrahámicas (judaísmo, cristianismo, islamismo) tiene su origen en la biblia.
La misoginia (del griegoμισογυνία; misos y gyne respectivamente:‘odio a la mujer’) es el miedo, la aversión, el desprecio o el odio hacia las mujeres.
De acuerdo con el sociólogo Allan G. Johnson: "[...] es la parte central de los prejuicios e ideologías sexistas y, como tal, es una de las bases para la opresión de las mujeres en las sociedades dominadas por hombres".
Dijo asimismo a la mujer: Multiplicaré tus trabajos y miserias en tus preñeces; con dolor parirás los hijos, y estarás bajo la potestad o mando de tu marido, y él te dominará. (Génesis 3:16)
Habló Jehová a Moisés, diciendo: "Habla a los hijos de Israel y diles: La mujer cuando conciba y dé a luz varón, será inmunda siete días; conforme a los días de su menstruación será inmunda. Y al octavo día se circuncidará al niño. Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación. Y si diere a luz hija, será inmunda dos semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre". (Levítico 12, 1-5)
“La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en trasgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia”. (Deuteronomio 21,11-14)
“Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación». (Corintios 14, 34-35)
“¿Y no sabes tú que eres una Eva? Tú eres la puerta del demonio; eres la que quebró el sello de aquel árbol prohibido; eres la primera desertora de la ley divina; eres la que convenció a aquél a quien el diablo no fue suficientemente valiente para atacar. Así de fácil destruiste la imagen de Dios, el hombre. A causa de tu deserción, incluso el Hijo de Dios tuvo que morir”. (Corintios 11, 3-9)
“Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive: pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido”. (Romanos 7,2)
“Asimismo, vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas”. (Pedro 3,1)
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador”. (Efesios 5,22-23)
“En cuanto a las mujeres, quiero que ellas se vistan decorosamente, con modestia y recato, sin peinados ostentosos, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos. Que se adornen más bien con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan servir a Dios.La mujer debe aprender con serenidad, con todasumisión. No permito que la mujer enseñe al hombre y ejerza autoridad sobre él; debe mantenerse ecuánime.Porque primero fue formado Adán, y Eva después. Además, no fue Adán el engañado, sino la mujer; y ella, una vez engañada, incurrió en pecado. Pero la mujer se salvará[c] siendo madre y si permanece con sensatez en la fe, el amor y la santidad”. (1 Timoteo 2, 9-15)
“La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor, santificación, y modestia». (Timoteo 3,11-15).
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