Quitar fiestas entre semana
Para obispos
| José María Lorenzo Amelibia
Quitar fiestas entre semana
Parece que ahora va en serio lo de quitar las fiestas entre semana y trasladarlas todas al lunes próximo o anterior. Así lo decía hace unos días Rajoy en el debate de investidura. Es lógico desde el punto de vista económico y el rendimiento escolar, aunque tal vez perjudique a la hostelería. Era cuestión de sopesar pros y contras. Y al parecer ya se ha tomado la decisión.
No me fijo ahora en la cuestión social, sino lo hago en la cuestión social, sino en la religiosa.
Es claro que el nuevo presidente no se va a meter con la Iglesia. Desde hace años estamos acostumbrados en las diversas autonomías a que se suprima, por parte de la autoridad civil, el descanso de ciertas fiestas religiosas: San José, La Inmaculada, Santiago… A todos nos ha tocado tener que trabajar en más de una ocasión en estos días, tan distinguidos por tradición, por la solemnidad cristiana.
El problema es ¿qué van a hacer ahora nuestros obispos, cuando ya, de una manera oficial queden trasladadas las fiestas, incluso las religiosas, al lunes más cercano?
No les va a pillar de susto. La solución más socorrida hasta el presente ha sido: dispensar de la Misa y del descanso a quienes trabajan, y mantener la obligación para los jubilados, los parados, los señoritos que viven sin trabajar. Un año algunos obispos tuvieron una peregrina idea: San José tocó en Domingo de cuaresma. Ni cortos ni perezosos, unos pocos obispos, dijeron que se trasladaba la festividad religiosa al lunes, día 20, con la obligación de Misa para quienes holgaban.
Me permito algunas sugerencias y consideraciones, por si tengo la suerte de que la puedan leer nuestros monseñores o personas afines.
- En alguna ocasión he indicado que el Derecho Canónico no debiera obligar sub gravi, sino cuando se trate de algo que por su naturaleza sea en sí pecado mortal. Porque no han de poner la salvación más difícil a los cristianos que a los paganos. Jesús vino a salvarnos. No se lo pongamos más difícil a Jesucristo. Por consiguiente, podrían (¿deberían?) advertir que los mandatos de la Iglesia, son para ayudar, no para dificultar la salvación. Imponer obligaciones bajo pecado mortal no facilita la salvación, creo yo. Que consideren esto nuestros jerarcas. Yo, por supuesto, seguiré obedeciendo sea cual sea su decisión.
- Esto supuesto, las fiestas llamadas de precepto, podrían (¿deberían?) ser trasladadas al Domingo siguiente y suprimirlas en su día, si la autoridad civil las ha suprimido, y trasladado al lunes el descanso.
- No trasladar al lunes la obligación ulterior de ir a Misa.
- No dejar la obligación de ir a Misa a los jubilados, parados y señoritos en los días de fiesta religiosa, cuando civilmente se consideran laborables.
Que considere nuestra autoridad eclesial, vuelvo a repetir, que no nos han de poner más difícil la salvación con mandatos “extra”. Ya sé que me pueden dar muchas razones para rebatirme. Pero que consideren esta gran observación: Jesús vino para salvarnos. La Iglesia es madre de salvación. ¡No se lo pongamos tan difícil a Jesucristo! Con esto no invito a la desobediencia, sí, a que les hagamos saber a nuestros jerarcas este punto de vista, por si no lo habían observado todavía.
José María Lorenzo Amelibia
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