¡Poco a poco irá cambiando el clero, si los obispos toman la iniciativa espiritual!

Querido señor obispo de habla hispana: Los obispos, como tienen a todas horas que apacentar al Pueblo de Dios, necesitan estar bien provistos para comunicar los tesoros divinos y no la propia miseria; han de dar en abundancia sin empobrecerse, al no sacar tiempo para la oración; es preciso orar más y mejor. Tomar esto muy en serio, porque, al estar siempre dando vueltas a ideas de Dios, corre el peligro de la "inflación espiritual" a causa de la rutina. Y ahora dos preguntas: ¿Intento cumplir lo que predico o aconsejo a cristianos selectos? ¿Cuántas veces he hablado con mis sacerdotes o compañeros obispos en particular de temas estrictamente espirituales? Si son negativas las respuestas, he de marchar al confesor con humildad, he de ir al Sagrario con confianza, y allí orar un día y otro para cambiar el rumbo de vida sacerdotal, porque mi misión de obispo peligra.

No olvidemos el proceder de los Apóstoles: procuraron descargarse de ciertas obras de caridad y las encomendaron a los diáconos. Ellos se dedicaron de lleno a la oración y al ministerio de la palabra. Ni siquiera dedicaban excesivo tiempo al "gobierno" que tanto nos preocupa hoy. Y me parece que el Obispo ha de dedicar el ministerio de la palabra en primer lugar a sus sacerdotes. De entrada se le reconoce al Prelado mayor prestigio entre el clero diocesano que a ninguno de los compañeros curas. Por eso si escuchan a su Obispo que siempre les habla de Dios, le ven enamorado de Dios, le ven con criterios exclusivamente sobrenaturales, a la fuerza ha de subir el tono espiritual y de santidad dentro de los sacerdotes. Y otra pregunta que se puede hacer el Obispo: ¿Va subiendo en verdadera piedad mi clero, le va entrando mayor y más urgente deseo de santidad? Si fuese negativa la respuesta, exigiría un serio examen para elevar el tono espiritual de sus sacerdotes. ¡Echar también un vistazo a las promesas del Corazón de Jesús!

Bastantes obispos ya han comenzado a preocuparse personalmente de la santidad de sus sacerdotes. Solo queda intensificar este ministerio y el tiempo dedicado a la oración personal, y que se note en el ambiente general de obispos y de las diócesis. ¡Poco a poco irá cambiando el clero, si los obispos toman la iniciativa espiritual!

Por último, sé que como obispo está muy preocupado por el Seminario. Por si usted no lo conoce le puedo decir que nos ha impresionado muy favorablemente cómo llevan el Seminario Menor de Uclés (Cuenca), sobre todo en la forma espiritual. Merece la pena conocerlo.

Nada más; me uno a su oración y pido al Señor por Vd. affmo. en Cristo Sacerdote:

 José María Lorenzo Amelibia

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