Se trata de una colaboración indirecta que apareció en Diario de Noticas, firmado por Felix Garitano. No he leído el libro de Pagola, pero le escuché en un largo cursillo de Cristología y fue una visión de Cristo maravillosa. Conociendo al autor, me parece imposible que haya errado y haya sido tan duramente criticado por algunos jerarcas. De todas las maneras, ofrezco el adjunto artículo para que pueda ayudar a formar juicio sobre su libro "Jesús. Aproximación histórica."
He aquí el texto:
He dudado mucho en escribir estas líneas, debido a que el tema religioso está apareciendo demasiado en la prensa, con ribetes de conflicto y acaso es aconsejable en estos momentos un tiempo de "desierto silencioso" para repensar nuestras posturas, nuestras actuaciones.
Pero me encuentro con bastante gente a la que animé a profundizar en el Jesús escrito por José Antonio, y me escriben desconcertados pidiendo alguna aclaración. Ello y mi amistad agradecida a Pagola, en un momento delicado para él, me han animado a escribir estas líneas.
Pienso que en todo este conflicto que ha ocasionado la aparición de este libro acerca de Jesús de Nazaret hay que distinguir tres aspectos: por una parte, los motivos y la forma con la que se ha desautorizado la publicación del libro; por otra, lo que su lectura haya podido producir en muchas personas; por último, la persona de José Antonio Pagola.
Respecto al primer punto, quiero dejar claro que me ha dolido profundamente la desautorización de su último libro; son ya muchos los casos en que se está dando esta situación y no es éste el clima que hubiera querido ver en la Iglesia de Jesús. En el caso de Pagola, con la agravante de hacer caso omiso a una Iglesia local que por boca de su obispo había dado su visto bueno a la obra tras una seria deliberación.
Pero no quiero profundizar en los motivos y en la forma con la que se ha podido desautorizar la publicación de este libro, ya que desconozco con exactitud lo que está moviéndose entre bambalinas y acaso es preferible esperar a conocer todos los datos. Es por ello que prefiero ceñirme a aquello de lo que yo he sido testigo.
Soy testigo, y espero no confundirme, del gran bien que ha hecho la lectura de este libro. Personalmente lo he preparado para grupos, reduciéndolo a quince resúmenes, cada uno de dos páginas, facilitando así a mucha gente que pudiera acceder a la lectura de este libro. Es importante formular bien los contenidos doctrinales de la fe buscando la unidad en ella, pero todos sabemos que lo fundamental en la vida de fe de un cristiano es el tratar de acercarse a hacer la experiencia de Jesús: la experiencia de la cercanía amorosa de Dios, una experiencia que sólo es posible cuando uno está abierto a sus hermanos y hermanas.
Cada año que pasa en mi vida me siento cada vez más feliz en haber conocido a Jesús, el Cristo, y su evangelio; es lo mejor que me ha ocurrido en la vida. Cuanto más me acerco a él, me acerco más a Dios y me acerco más a mis hermanos y hermanas. Este libro me ha ayudado enormemente, y creo que también a mucha gente con la que me he reunido, a acercarme a Jesús, a entusiasmarme con su gran noticia y proyecto evangélico, y eso es bueno, muy bueno. He gozado mucho leyéndolo, incluso leyendo esas citas que acaso mucha gente no leerá. Los grupos en los que me he movido son cristianos en su gran mayoría, pero conozco también a hombres y mujeres que se hallan en búsqueda, en edades de 30 a 40 años, y a quienes la lectura de este libro les ha ayudado enormemente a reencontrarse con sus raíces cristianas.
Quiero agradecer profundamente a José Antonio, no sólo su amistad, sino la gran ayuda que nos ha aportado en estos largos 40 años. Naturalmente, todos estamos expuestos a una crítica de nuestra acción pastoral y más cuando se ha estado tantos años en puestos de gran responsabilidad; todos ofreceremos aspectos negativos, pero en este escrito quisiera plasmar la aportación positiva de Pagola, y la quisiera concretar en cinco aspectos:
1. Habernos ayudado, enseñado, a situarnos correctamente ante la lectura de un texto bíblico. Aun cuando en los estudios universitarios, a finales de los años 60, había comenzado a descubrir que no cabía leer literalmente un texto bíblico, que detrás de un texto bíblico hay muchas cosas que se han querido decir, fue sobre todo José Antonio quien nos abrió a un gran número de cristianos guipuzcoanos ese mundo desconocido y maravilloso de la Escritura. Tengo que reconocer que, después de haber terminado los estudios catequéticos, fue José Antonio quien más me ayudó a leer los evangelios en esa clave catequética, y me acompañó en la preparación de unas fichas de lectura evangélica para grupos adultos. Le estoy, le estamos, profundamente agradecidos.
2. Su fuerte admiración y entusiasmo por Jesús de Nazaret, el Cristo, un entusiasmo que él contagió a tantas miles de personas. Cómo no agradecerle aquellas hojas cristológicas que publicaba y aquel primer volumen de tanta acogida como fue Jesús de Nazaret.
3. Su trabajo pastoral, sobre todo como vicario general entre los años 1979-2001, una época en la que tratamos de dar un giro total a la Pastoral guipuzcoana, comenzando por aquella ponencia cero de Cestona, hasta desembocar finalmente en ese documento Eliza 2000, la Iglesia que aspirábamos construir a partir de 2000.
4. La prioridad pastoral al mundo de los alejados que comenzó a potenciar a partir de los años 90, una prioridad que lo reflejaba en los escritos periodísticos, en la elaboración de los planes de la pastoral y en el contacto personal con el mundo de los "fronterizos", lo que en Francia dirían los "recomencents".
5. Su fidelidad al obispo local y su iglesia guipuzcoana. En los años que trabajé en una de las comisiones episcopales en Madrid, fui testigo del interés que mostraban varios obispos presidentes de distintas comisiones episcopales por poder contar con José Antonio como director de su comisión episcopal. Pero él quiso ser fiel a su obispo y a su iglesia guipuzcoana, trabajando con nosotros hasta su jubilación.
Por todo ello, en estos momentos dolorosos para él -y para cuantos como él soñamos con la Iglesia que pudiéramos llamarla de Jesús-, quiero mostrarle mi agradecimiento y mi amistad más sincera. Eskerrik asko Joxean. Jainko Espirituak indartu zaitzala.
