Vyacheslav Hrynevych, director de Cáritas Ucrania, ante la tragedia "Mucha gente está en zonas ocupadas por los rusos, y no pueden abandonar sus hogares"
Según algunas ONG, el flujo de agua que atraviesa el curso inferior del río Dnipro ha desplazado también muchas minas antipersona colocadas a lo largo del frente, mientras que las autoridades temen que los productos químicos y petrolíferos almacenados en las zonas inundadas acaben en los ríos y en el Mar Negro
"A nivel espiritual, la gente está intentando armarse de valor; ahora, tras las primeras evacuaciones, están intentando rescatar animales"
"Es difícil saber qué se necesita porque gran parte de este territorio está bajo ocupación rusa. He recibido otro mensaje de una mujer que vive en la parte ocupada pidiendo oraciones porque no puede salir de casa, ya que todas las carreteras están bloqueadas por el ejército ruso"
"Es difícil saber qué se necesita porque gran parte de este territorio está bajo ocupación rusa. He recibido otro mensaje de una mujer que vive en la parte ocupada pidiendo oraciones porque no puede salir de casa, ya que todas las carreteras están bloqueadas por el ejército ruso"
| Marco Guerra
(Vatican News).- En Ucrania, la situación en las regiones inundadas tras la explosión que provocó el derrumbe de la presa de Kajovka, en el sur del país, sigue causando alarma. Según algunas ONG, el flujo de agua que atraviesa el curso inferior del río Dnipro ha desplazado también muchas minas antipersona colocadas a lo largo del frente, mientras que las autoridades temen que los productos químicos y petrolíferos almacenados en las zonas inundadas acaben en los ríos y en el Mar Negro.
Mientras tanto, la situación humanitaria en las cerca de 30 poblaciones alcanzadas por las aguas sigue siendo grave. Cáritas Ucrania ha estado en primera línea de socorro y ayuda humanitaria desde las primeras horas tras la rotura de la presa, a través de sus voluntarios que llevan a cabo tanto la evacuación de las zonas inundadas como la entrega de artículos de primera necesidad a las personas que han tenido que abandonar sus hogares. El Padre Vyacheslav Hrynevych, director ejecutivo de Caritas-Spes Ucrania, explica a Vatican News las necesidades más acuciantes de estas poblaciones inundadas y la campaña nacional de recaudación de fondos que se lanzará en los próximos días.
Padre Vyacheslav, ¿cómo continúan las operaciones de socorro en las regiones afectadas por las inundaciones?
Desde las primeras horas después de la explosión en la presa, organizamos distintos tipos de ayuda. En primer lugar, nuestros voluntarios ayudaron a evacuar a la gente de los pueblos, porque el territorio inundado es muy extenso. En las zonas cercanas a Jersón, se trasladó a la gente a la estación de tren y al hospital de la ciudad. Con las oficinas diocesanas, también organizamos la primera ayuda humanitaria con la entrega de agua, alimentos y material higiénico-sanitario. En estos momentos, al menos dos de nuestros camiones llevan ayuda a la zona cada día.
Al principio, los voluntarios de Cáritas ayudaron a evacuar a la gente de las casas inundadas con embarcaciones. ¿Fue esa la fase más difícil de la emergencia?
Ciertamente, pero no fue fácil porque mucha gente está en zonas ocupadas por los rusos. Una mujer le dijo a uno de nuestros voluntarios que prefería tener agua en su casa que la ocupación militar. A nivel espiritual, la gente está intentando armarse de valor; ahora, tras las primeras evacuaciones, están intentando rescatar animales.
Es un territorio que tras los bombardeos también sufre inundaciones, ¿será aún más difícil reconstruir después de la guerra?
Cuando hablamos con nuestros equipos locales comprendemos que no es fácil hacer balance de los daños. Ahora nos piden productos de saneamiento, pero también necesitarán productos para limpiar las casas cuando el agua haya salido de los asentamientos. Es difícil saber qué se necesita porque gran parte de este territorio está bajo ocupación rusa. He recibido otro mensaje de una mujer que vive en la parte ocupada pidiendo oraciones porque no puede salir de casa, ya que todas las carreteras están bloqueadas por el ejército ruso.
Ha mencionado los productos de limpieza, pero ¿cuáles son ahora las peticiones más urgentes?
Necesitamos bombas para limpiar los sótanos y las casas inundadas, y necesitamos ropa especial para que la gente pueda meterse en el agua y trabajar. También se necesitan generadores eléctricos porque en estas zonas no hay electricidad. Y power banks para recargar los teléfonos.
Así que en las zonas bajo control ucraniano se ha producido un nuevo pequeño éxodo, mientras que en las que están bajo control ruso no es fácil entender la situación. ¿Son así las cosas?
Sí, exactamente. Pero ahora me gustaría decir que estamos siendo testigos de una gran solidaridad nacional, esta semana he visitado muchos centros locales de Cáritas y muchas personas de otras zonas afectadas por la guerra me preguntan cómo pueden ayudar a los damnificados por las inundaciones. Gente sencilla que, a pesar de haberlo perdido todo, quiere ayudar a los habitantes de Jersón. Así que, con los directores de Cáritas diocesana, hemos decidido poner en marcha una colecta nacional de fondos para estas zonas. Recogeremos dinero, agua, alimentos y ropa. Tras la colecta, llevaremos estos bienes a las zonas de Jersón y Nikopol, donde sigue faltando agua. Entregaremos botellas de cinco litros precisamente para cubrir todas las necesidades de las familias.
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