Morgane, Camille e Véronique, mujeres con síndrome de Down #IamChurch: Dar testimonio de la alegría de la fe
El Dicasterio de la Santa Sede para los Laicos, la Familia y la Vida pone en marcha una campaña con vistas a la próxima Jornada dedicada al tema de la discapacidad. A partir del 6 de diciembre, durante cinco semanas, un video con testimonios de diversas partes del mundo mostrará lo que significa ser discapacitado y servir a la Iglesia. Hoy compartimos el tercer video
“Me encanta la vida y soy feliz en mi comunidad. Tenemos que mantener una sonrisa en nuestros rostros para dar testimonio y llevar un mensaje de alegría a nuestro alrededor”
En su Mensaje a las personas con discapacidad en el Día Internacional dedicado a ellas, el Papa Francisco nos recuerda -citando Guadete et Exsultate- que todos hemos recibido una llamada universal a la santidad.
En el tercer vídeo de la serie #IamChurch, algunas hermanas de la Congregación de las Pequeñas Hermanas Discípulas del Cordero cuentan su vocación religiosa y hablan de su vida cotidiana.
Morgane, Camille e Véronique, mujeres con síndrome de Down dicen repetidamente: “Je suis heureuse - Soy feliz”, desmintiendo así la creencia común de que las personas con discapacidad están destinadas a una vida de sufrimiento. En su Mensaje, el Papa escribe: “Jesús quiere que alcancemos la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre, aguada, licuada”.
Véronique, una de las hermanas, dice: “Me encanta la vida y soy feliz en mi comunidad. Tenemos que mantener una sonrisa en nuestros rostros para dar testimonio y llevar un mensaje de alegría a nuestro alrededor”. La fe se convierte así en una misión para todos, sin diferencias.
IamChurch es una iniciativa del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, en el marco del “Año Familia Amoris Laetitia”. Se trata de un recorrido a través de cinco vídeos, en los que se descubre a mujeres y hombres que con demasiada frecuencia son víctimas de la cultura del descarte, y que dan testimonio de una humanidad sonriente, no victimista, alegre: el rostro atractivo de la Iglesia.