La comboniana Expedita Pérez trabaja con los niños de Sudán recogidos en Egipto "Jesús todavía hoy es refugiado en Egipto"
Si queremos cambiar la sociedad, tenemos que empezar desde la educación de los más pequeños”, explica la religiosa durante la presentación de la Jornada de la Infancia Misionera
En 2019, los pequeños misioneros consiguieron reunir 15,5 millones de euros que ayudaron a que 4 millones de niños pudieran tener una vida mejor. De España salieron dos millones de euros, que sirvieron para financiar 353 proyectos, de los 2.684 totales a nivel mundial
Expedita Pérez ha sido misionera en Egipto durante años, y pronto será enviada a Turquía. La religiosa comboniana, que también ha trabajado en Sudán con niños refugiados, recordó cómo fue su camino misionero, siempre con los menores que se vieron obligados a huir de sus hogares.
“Jesús todavía hoy es refugiado en Egipto”, afirmó la religiosa, que cifró en 248.000 refugiados en el país, de los que 94.000 son niños. De ellos, al menos 3.000 son menores no acompañados, “que han llegado solos”. Expedita trabajó con ellos en las escuelas, pero también en las familias. Una forma más de trabajar por la Infancia Misionera, cuya jornada se celebra este domingo.
Niños que pasaban hambre, sentían el racismo, no tenían las mismas oportunidades. “Pero incluso estos niños respondían con generosidad, porque sabían de otros chicos y chicas que se habían quedado atrás en Sudán”, subrayó Expedita. “Si queremos cambiar la sociedad, tenemos que empezar desde la educación de los más pequeños”, añadió, haciendo resonar algunos de los ejemplos de chiquillos que tuvieron que escapar de sus realidades.
Nacidos "con los pies al revés"
Como Noor, que tenía “los pies al revés”, y pese a todo, jugaba al fútbol. Pero no podía ir a buscar zapatos, y no tenía posibilidad de operarse. Gracias a los fondos de la Infancia Misionera, “pudimos garantizar las cuatro operaciones de las piernas de Noor”. Hoy es un niño muy feliz, que ha podido llegar a la universidad, “y tiene los pies delante como todo el mundo”.
Moona y Simón, otros dos hermanos de Sudán del Sur, que escaparon al norte, y después a Egipto. “Su mamá, abandonada por el marido, tiene que trabajar todo el día, y la solución es 'encerrar' a los niños en el sótano, donde no hay luz ni aire”, explicó. Los chiquillos crecieron con enfermedades del calcio, casi niños de cristal que apenas podían caminar y, por tanto, ir a la escuela. El trabajo de esta misionera, y la ayuda de España, permitió que Moona y Simón pudieran tener una vida más digna.
Más historias, esto aún sin final feliz. Sucri, un pequeño de Juba, que persiguiendo un paquete de patatas fritas perdió el brazo en un ascensor. “Acompañarlo, ayudarlo, sentir que se sintiera querido”, era lo único que se podía hacer. “El niño saltaba de la cama del dolor”, recordó. Se le llevó a un hospital italiano de las combonianas. “El niño, después, no se quería ir (…). Nunca le habían tratado con tanto cariño”. El sueño de su madre es que pueda salir de Egipto, y llegar a Europa para tener un futuro. Una historia sin terminar.
Persecución solapada
Sobre la persecución a los cristianos, Expedita apuntó que "hay una persecución en la vida cotidiana", aunque "hay una convivencia entre el musulmán normal y el cristiano". El problema, como siempre, "llega cuando hay problemas legales, y el musulmán sabe que tiene más derechos que el cristiano". Hay ciertos puestos públicos que un cristiano nunca podrá ocupar.
"Yo no la he sentido. La religiosa en Egipto es muy respetada y querido, sobre todo por el testimonio que damos", subrayó la comboniana. Otra cosa es "la situación de la mujer. Secuestradas, raptadas... obligadas a casarse por estos terroristas". Ya no hay atentados contra las iglesias, pero los templos están rodeados por un doble muro, que en años anteriores financiaron las Obras Misionales.
Los niños también son misioneros
“Que los niños sean conscientes de que son misioneros, y que por pura vocación tienen necesidad de ayudarse mutuamente, son apóstoles”, explicó después José María Calderon, director nacional de las OMP.
'Con Jesús a Egipto. ¡En marcha!' es el lema de la Jornada de la Infancia Misionera, que se celebra este 26 de enero, y que intenta “descubrir que nos enseña Jesús, siendo niños, para ser misioneros. Contemplar a Jesús niño para enseñar a los niños a que sean misioneros”
¿Y qué hace la Infancia Misionera? En 2019, los pequeños misioneros consiguieron reunir 15,5 millones de euros que ayudaron a que 4 millones de niños pudieran tener una vida mejor. De España salieron dos millones de euros, que sirvieron para financiar 353 proyectos, de los 2.684 totales a nivel mundial.
"Jesús todavía hoy es refugiado en Egipto" Expedita Pérez (misionera comboniana) en la presentación de la Jornada de la Infancia Misionera de @OMP_ESpic.twitter.com/gPkAo7KDeS
— Santi Vedrí (@santivedri) January 21, 2020
Dos de cada tres proyectos se llevaron a cabo en África, y casi la mitad fueron destinados a educación. También, al orfanato de Bangassou, o la parroquia del Sagrado Corazón de El Cairo (donde trabajaba la hermana Expedita), o el Hogar 'La Pouponnière', en Dakar, o el Centro de Discapacitados 'Nav-Shakti', en Rajkot (India)
Tras Calderón, intervino Montserrat Prada, delegada diocesana de misiones de Zamora, quien explicó cómo se trabaja con niños dentro de una diócesis pequeña, pero muy entusiasta.