En cierto sentido, los Evangelios no son un libro de religión, sino todo lo contrario. Explican la vida que llevó Jesús de Nazareth, un hombre que hizo y dijo tales cosas que entró en conflicto con los sacerdotes y con la observancia de no pocas normas religiosas y que tuvo tales diferencias con los dirigentes de Templo que acabó en los tribunales, con juicio y condena por agitador y subversivo.
Pronto, en
Desclée