El negocio de la enfermedad

Lo teléfonos móviles son esos aparatos, casi diabólicos, que nos mantienen en comunicación permanente con el mundo entero, a través de un "wasap", al minuto.
Una auténtica maravilla aunque, a veces, nos desconecten de las personas que tenemos al lado mientras tecleamos sin parar para hablar con nuestros familiares y amigos que están lejos.
Hoy he recibido un mensaje de un amigo que me ha dejado frío. Os lo transcribo para que nos hagamos una idea:
"Se ha desarrollado en Granada, un medicamento contra el cáncer que se muestra muy eficaz, y que, a espera de confirmar resultados en humanos, no sólo funciona sino que, además, parece no tener ni remotamente los efectos secundarios de la quimio. Este medicamento se llama "Bozepinib" y ha resultado muy efectivo en ratones. Ya se ha publicado en la revista "Oncotarget" El problema es que la mayoría de los medios de comunicación parece tener otras prioridades.
Este miércoles se va a debatir en el parlamento si se apoya la financiación del proyecto con fondos públicos. ¿De veras es necesario un debate para algo así? Se están recogiendo firmas para apoyar estar iniciativa"

No tengo seguridad absoluta de que esta noticia sea real, aunque tiene visos de serlo y, si lo fuera, sería una auténtica tragedia humana no financiar este proyecto conociendo cuántos casos de cáncer nos rodean y cuánto sufrimiento genera en tantos seres humanos y en sus familias todos los días. ¿Quién no tiene un caso de cáncer muy cerca de él? Y sobre todo, sabiendo cómo muchos políticos meten la mano en las arcas publicas para mantener sus propios caprichos personales. El caso del multi juicio de estos días es una prueba evidente de ello.
Lo que sería demoníaco es que todo esto no se llegara a conocer con el fin de que el negocio de los fármacos para las enfermedades crónicas se siga manteniendo a costa de la salud de los seres humanos. Porque bien se sabe que hay muchas enfermedades que ya podrían haber sido erradicadas en nuestra tierra, pero como eso acabaría con el negocio de las industrias farmacéuticas, que son tan poderosas, el asunto se silencia y se mantiene en el olvido. Hasta este punto puede llegar la crueldad y avaricia del ser humano. Nuestro Dios es amigo de la vida.
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