#adviento2023 ADVIENTO: CHISPAZO DE ESPERANZA
La esperanza es compañera y hermana cotidiana
| Luz Milena López Jiménez
Adviento es un chispazo de esperanza, en palabras de Mariola López es “apostar por la esperanza”, tiempo de gestación en el que germina la vida, en el que se ensancha la mesa de las posibilidades.
Pero, ¿a quién esperamos? ¿una persona, una causa, una respuesta?
La solución es siempre la esperanza, dice Pedro Casaldáliga, una esperanza que sepa vivir el día a día, que busque hacer un trabajo de justicia y liberación con los demás.
Ahora, si lo miramos de manera más poética, recordamos el verso de Emily Dickinson, quien escribe que: “la esperanza es esa cosa con plumas que se posa en el alma y entona su melodía sin palabras, y nunca se detiene ante nada”.
Adviento es esperar en sinodalidad, es una espera compartida, un camino que se recorre junto a otras y otros, como bien lo señala, Pepa Torres: “la esperanza es un regalo comunitario, un bien común que necesitamos cuidarlo, alentarlo en colectivo”
La esperanza es compañera y hermana cotidiana de muchas personas, es un adviento que se prolonga en la historia. Espera la mujer en la Iglesia y la sociedad por su visibilización y participación activa en los espacios de decisión. Esperan los migrantes por una acogida cargada de sororidad y fraternidad. Esperan los pobres, los olvidados, los descartados por una nueva humanidad que los abrace con la justicia y equidad. Esperan las víctimas de las guerras por hermanos y hermanas que los sanen con el bálsamo de la paz y bondad.
Porque esperar, lo recuerda Monseñor Oscar Romero (un mártir de la esperanza) despierta el anhelo de colaborar con Dios, con la seguridad de que, si yo pongo de mi parte, Dios hará su parte.
Adviento es un chispazo de esperanza que nos ayuda a contemplar con hondura los milagros cotidianos y enciende lo mejor, lo más noble y bello que hay en cada persona, la esperanza nos convierte en faros que iluminan los senderos con generosidad, y con Madeleine Delbrêl, somos adviento, somos esperanza cuando nos dejamos “deslumbrar por Dios” en las calles, en el metro, en un café, en el barrio y en los pobres.
Que en este adviento seamos chispazos de esperanza para nuestras hermanas y hermanos, así el mundo es menos frío y menos oscuro.
Hna. Luz Milena López Jiménez (Teóloga colombiana)