#cuaresmafeminista2025 ¿DÓNDE ESTABA?

| Martha Eugenia, Mujer Mariposa
Hace muchos años vi un reportaje de una lapidación. Algo que no deseo volver a experimentar ni invito a que nadie más lo haga. Es una acción cruenta que pervive en el recuerdo.
Hoy en el evangelio Juanino 8,7 muestra a Jesús en uno de sus actos más misericordiosos en su vida. "Que tire la primera piedra quien esté libre de pecado"
Cada vez que escucho toda la perícopa y viene a mi mente la imagen de una lapidación, reflexiono, qué valentía e inteligencia la de Jesús al enfrentarse a las autoridades religiosas y políticas de su pueblo, mientras su corazón se llenaba de misericordia y la mostraba no solamente a la mujer infiel, sino también a todos los concurridos listos para matarla.
En esos tiempos el que la denunciaba, tenía el derecho de tirar la primera piedra. Un acto de tal barbarie independientemente del contexto cultural, pero iba más allá de castigar un acto de inmoralidad, era situar a Jesús en una controversia que lo pusiera en desventaja y desacreditara ante sus seguidores, además de exponerlo a la condena y castigo por parte de las autoridades religiosas y políticas judías.
Pero Jesús llevó a cabo una enseñanza que había dado a los apóstoles: “Sean astutos como serpientes y sencillos como palomas” Mt, 10:16. Sabía por vivirlo, de la dureza de los varones específicamente. Ahí estaba junto a la mujer adúltera, y dónde estaba el hombre que con ella, había cometido tal falta.
¿Porqué en las homilías modernas, los encargados de hacer las reflexiones en cualquiera de las iglesias cristianas no sitúan a mujeres y hombres de forma abierta y directa en ese hecho, para mostrar la acción misericordiosa de Jesús. Hasta ahora con casi siete décadas de vida, no he escuchado una reflexión pastoral que aluda a esta situación denunciando la presencia masculina.
Porque aunque el discurso lleva a que Jesús muestra misericordia, en el imaginario de los que escuchan, se va quedando impregnada la imagen de la mujer pecadora, diluyendo la acción reprobatoria del varón.
Jesús con su actuar reflexivo y conocedor de la naturaleza humana, muestra compasión para la acusada, pero también enseña a todos que cualquiera puede estar en pecado y necesita reconocerlo, para así poder tener empatía con el otro en falta y que la opción no es la muerte, sino el esforzarse en seguir los mandamientos de la Madre/Padre celestial en ser mejores y así lograr un mundo más sano. Cualquiera podemos estar inmersos en los errores, pero si tenemos la oportunidad de recomponer nuestras faltas dentro de una comunidad cristiana que promueva en lugar de destruir. Ya que no se sabe en qué momento se estará necesitado de apoyo para salir de cualquier situación equívoca.
Pues en cualquier circunstancia errada, el apoyo amoroso y solidario de la comunidad ayudará a fortalecer la voluntad y la acción para salir del que se ha equivocado, invitándolo a la reconciliación con la OTRA/OTRO y con los demás.
Martha Eugenia,
Mujer Mariposa.