Lectio (Lectura)

"Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de la Pascua. Cuando cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo. Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. T

odos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: 'Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados'. Él les contestó: '¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?'. Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos. Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres."

Meditatio (Meditación)

Hoy celebramos, como cada último domingo del año, a la Sagrada Familia: Jesús, María y José. Este día hace alusión a un relato enriquecido por el evangelista Lucas, destacado por su profundidad teológica:

1. Numerología: Lucas menciona los 12 años de Jesús, la edad en que los niños judíos son considerados parte de la comunidad adulta, y los 3 días que sus padres tardaron en encontrarlo en el templo, simbolizando el ciclo trinitario de Dios.
2. Primera proclamación de Jesús: En este pasaje, Jesús se pronuncia por primera vez diciendo, “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que debo ocuparme en las cosas de mi Padre?”. Esta declaración introduce su misión de amor y entrega al Padre, más allá de las tradiciones humanas, y revela su conciencia de ser el Hijo de Dios.
3. Crecimiento en sabiduría y gracia: El texto concluye mostrando cómo Jesús 'iba creciendo en sabiduría, en estatura y en el favor de Dios y de los hombres', resaltando su naturaleza tanto humana como divina.
4. Actitud de María: Al notar la ausencia de Jesús, María, junto con José, inicia una búsqueda incansable. Su preocupación refleja la de muchas madres latinoamericanas que, ante la incertidumbre o el peligro, muestran fortaleza para proteger y guiar a sus hijos. Lucas no presenta un hecho histórico, sino teológico, destacando a una María angustiada y aliviada que, de manera muy humana, reclama a su hijo por su decisión. Además, quisiera destacar dos perspectivas: la de Jesús como hijo y la de María como madre. Si bien es Marcos quien narra la ruptura del clan familiar por parte de Jesús (léase Mc 3, 31-34, Mc 3, 20-21 y Jn 7,2-8), es a María a quien hace saber su vocación, destacando la falta de comprensión de sus padres. María, como toda madre, enfrenta la revelación de la identidad de un hijo adolescente con desconcierto, pero conserva todas estas experiencias en su corazón, demostrando un amor incondicional que acoge, medita y encuentra sentido en las experiencias, incluso sin tener respuestas inmediatas. Ahora, como madre que acompaña, desde el amor, notemos la desesperación de María "Hijo, ¿por qué nos has tratado así?".

Esta pregunta revela la vulnerabilidad y las dudas que muchas madres enfrentan en su labor diaria, especialmente cuando las acciones o decisiones de sus hijos desafían su comprensión o expectativas. En todo nuestro proceso maternal, estamos cargadas de dudas, ¿lo estaré haciendo bien? ¿qué más debo hacer por esta hija/hijo mío para que tenga felicidad en la vida? Pero María se encuentra con la revelación de identidad de un hijo en la flor de la adolescencia y es aquello que no entiende, como toda madre que se encuentra con la hija, el hijo de 12 años que no sabe hacia dónde guiar.

Pero no todo está perdido, más adelante nos da la pista: “su madre conservaba en su corazón todas aquellas cosas”, una frase que sella el amor puro e incondicional de María: un amor que acompaña, que conserva la memoria y entrega a la vida a aquel que fue dependiente, hasta entonces, de ella. Este gesto simboliza la capacidad de las madres para acoger, meditar y encontrar sentido en las experiencias, incluso cuando no tienen respuestas inmediatas, reflejando una sabiduría profunda y una esperanza constante.

 A lo largo de su vida, Jesús y María se comunican 3 veces importantes según los evangelios: en la revelación de identidad (esta perícopa), al inicio de su vida pública (Bodas de Caná) y en la crucifixión (Jn19:26-27). En donde podemos ver a Jesús hablando con autoridad, pero con un profundo amor hacia su madre en todo momento.

Oratio (Oración)

Señor Dios: Padre/Madre,

Tú que elegiste a María como madre de tu Hijo:

una mujer fuerte, inteligente, amorosa y llena de fe,

te pedimos por todas las madres de nuestra tierra.

por aquellas que, en medio de desafíos y adversidades,

buscan siempre el bienestar de sus hijos,

aunque a veces no comprendan el camino que ellos eligen.

Dales la fortaleza para seguir adelante,

la sabiduría para meditar en su corazón,

y la esperanza para confiar en tu plan divino.

Amén.

Contemplatio (Contemplación)

Imagina a María, una mujer de rostro en tu comunidad, recorriendo las calles de Jerusalén en busca de su hijo. Siente su angustia, su determinación y, finalmente, su alivio al encontrar a Jesús en el templo. Reflexiona sobre cómo esta escena se repite en la vida de tantas madres que, con amor y esperanza, enfrentan las incertidumbres de la maternidad, guardando en su corazón las experiencias y aprendizajes que la vida les presenta.

Actio (Acción)

En este tiempo de reflexión, propón un espacio de diálogo con madres de tu comunidad. Escucha sus historias, sus preocupaciones y sus esperanzas. Valora y reconoce la sabiduría que, como María, guardan en su corazón. Busca maneras de apoyar y acompañar a las madres en su labor, promoviendo una sociedad que valore sostenga la maternidad con justicia y amor.