#cuaresmafeminista2025 ¿SÓLO EN CUARESMA?

| Martha Eugenia, Mujer Mariposa
"Buena es la oración con ayuno; y mejor es la limosna con justicia que la riqueza con iniquidad" Tob 12,8
Hay tres acciones que se nos invitan a una cercanía profunda con la MADRE/PADRE CELESTIAL, de tan sencillo concepto que cualquiera puede entenderlo y asumirlo: Limosna, Oración y Ayuno; LOA.
Cuando uno ama, la compañía con la o el amado es buscada y provocada con innumerables acciones. Recuerdo cuando siendo una jovena adulta tuve mi encuentro consciente con la Señora/Señor amoroso, y a través de su Palabra me dijo: —"Con amor eterno te he amado" Jer 31,3. En ese entonces con mi ser roto le cuestioné: —Quién eres Tú qué dices eso. Conociéndome como mi creador que es, desde entonces lo ha venido haciendo a través del estudio de su Palabra, en volviéndome cada vez más en su amor. Por lo que nuestra relación ha sido de manera lógica a través de la oración y el conocimiento gradual de su Palabra.
Pero una acción provoca otra, y así más se van concatenando en una cadena sin fin, que liberan. Este enlazamiento me ha llevado a estar consciente de mi entorno; de mis y las necesidades de los demás. Por lo que la consecuencia lógica es el de no sólo comunicar a otras y otros del amor celestial con qué fuimos creados, sino que también seguimos siendo amados a lo largo de nuestra vida; y para poder difundir este mensaje, necesitamos ser testimonios vivos de la presencia de Dios. Siendo que una de las acciones para que podamos reflejarlo es compartiendo con las otras y otros de lo que poseemos.
Esto implica ya un compromiso más complejo. A quién le gusta trabajar para y por otros, que a veces rechazan la ayuda, otras la desprecias y alnos más la aceptan; pues solo aquellos que se sienten amados por el AMOR celestial y quieren compartir y difundir la experiencia. Esto se hace por medio de la limosna. Darla implica desprendimiento de lo que uno posee para beneficiar a otro. Aunque algo paradójico sucede, entre más se da, más se tiene lo necesario para seguir haciéndolo. Es como el pasaje que se narra en Is 17, 8-24 donde Isaías implora la caridad de la viuda de Sarepta y ésta aun teniendo lo último y lo mínimo para sobrevivir, comparte con el profeta creyendo y confiando en el mensaje de esperanza que éste le da. "Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano." Is 17,11b
La limosna implica un acto de desprendimiento, de fe, de esperanza y de esfuerzo al realizarla; todo esto confiando en la MADRE/PADRE misericordia. La cual podemos expresarla de la siguiente forma: Confiando en tu Palabra, comparto de lo que me das.
No es un acto filantrópico, no, es uno de donación de lo que soy, de lo que tengo; como muestra del reconocimiento del amor de la Madre/Padre misericordioso que me provee en todo momento y yo comparto con otra, con otro.
Hay muchos tipos de limosna, la de palabras que construyan, la de compartir el pan, la de estar cuando solo eso se pueda hacer, la de trabajar enseñando, la de un abrazo,... en fin son tan infinitas como las situaciones de necesidad que el ser humano muestra. Es desprenderse conscientemente de lo que uno tiene, posee sabiendo que proviene de Dios y del trabajo realizado para que otro, pueda restituirse y aprender a saberse amado para luego pueda empezar el camino de cercanía con el que también lo ha creado con amor eterno.
Hay una herramienta que poseemos y que necesitamos no solo saberlo sino ejercitarnos en ella, el ayuno.
Mi hermosa Mamá en Cuaresma, a cada uno de nosotros hermanos siendo niños nos invitaba a realizarlo; como me costaba primero optar por alguna de las sugerencias maternas y luego llevarla a cabo. Los panes de dulce como las conchas de chocolate o las rebanadas con mantequilla con crema azucarada eran de mis preferidas, así que por todo este tiempo litúrgico no sucumbir ante lo delicioso vaya que me demandaba de mucho esfuerzo. Pasaron muchos años y estudiando la Palabra divina, aprendí que no solo bastaba con esforzarme personalmente, sino que lo adecuado era darlo a quien lo necesitaba. Y cuando recordé que mi Mam era una que continuamente socorría a los que necesitaban, pues percibí entonces con cabalidad lo que necesitaba hacer. Pero aún más, aprendí otro tipo de ayunos, como el de hacerlo de los malos pensamientos, o el de difamar a otros, o el de dejar de ignorar a otros, especialmente a los que me agredían o me irritaba; qué decir de ayunar en no relacionarme con los enemigos, para ello necesité ponerme lentes especiales tipo JESÚS. Así que no bastaba con solo ayunar, sino acompañar este ayuno con oración y limosna.
Entonces recuerdo a la mujer que ungió a Jesús con ese carísimo perfume, Mt 26,6-7. Compartió con Jesús de lo que tenía, no de lo que le sobraba.
Y como lo hicieron la Magdalena y otras mujeres en Lc 8, 3b "y otras muchas que les servían con sus bienes".
O también en Hch 2:45 que dice: "Vendían sus propiedades y sus bienes, y los repartían entre todos según la necesidad de cada uno".
Y tenemos como testimonio continuo las acciones de Jesús que daba limosna, oraba y ayunaba. Es decir la práctica constante de ello, de LOA.
Así que este ejercicio de LOA podríamos aplicarlo directamente con otras, haciendo algunas acciones como orientarlas acerca de la dignidad que poseen como MUJERES, creaturas hechas a imagen y semejanza de su CREADORA/CREADOR, o también compartir con OTRAS mucho más necesitadas, con artículos de uso personal para su aseo; o tal vez invitando a ALGUNAS a comer en nuestra mesa, y otras muchas más acciones de acuerdo a las circunstancias personales de las OTRAS, pero todo esto sustentado por la oración para que se realice a la usanza del MAESTRO.
Por lo que, la interpelación es: ¿LOA sólo en CUARESMA, o en lo cotidiano de toda nuestra vida?
Martha Eugenia,
Mujer Mariposa.