Sigues amando a pesar de que tu hijo lapidó tu esfuerzo de muchos años en fiestas y borracheras.
Sigues amando a pesar de que tu hijo solo estaba a tu lado por el mero cumplimiento.
Sigues amando, celebrando que están a tu lado, reconoces su lugar entre todos los que te rodean, abrazas a quien salió de tus entrañas.
Sigues amando desinteresadamente, eres capaz de salir al encuentro de quien busca una excusa para regresar o reniega de entrar en la casa.
Sigues amando, muestras tu amor aunque confundamos amar desde lo material (cuanto me das) o desde el cumplimiento (cuanto hago por ti).
Sigues amando, preguntando "¿me amas más que éstos?", y aceptas nuestra respuesta "tú sabes que te quiero" (Jn 21, 15-17).
Sigues amando, pues solo así llegamos a comprender como es AMAR SIN LÍMITES, dar la vida por puro AMOR.
María Pizá Cañellas, HHCC