#advientoenclavedemujer Desde Tras las huellas de Sophía, ¡Felices Fiestas!

Desde Tras las huellas de Sophía, ¡Felices Fiestas!
Desde Tras las huellas de Sophía, ¡Felices Fiestas!

Yo, profetisa de las calles, de las entrañas del mundo que clama justicia,

he visto la luz que brilla, e irrumpe la oscuridad,

la Buena Nueva que se gesta en cada vientre que decide decir sí a la vida,

a la resistencia, a la dignidad.


En esta noche santa, no busquemos a Dios en los palacios,

porque la Divinidad habita en los vientres de nosotras, las que luchamos,

en las entrañas de una comunidad que no se rinde,

en las manos que se alzan contra el poder que humilla.

Jesús nace y renace en el dolor de la humanidad. Él reconstruye el vientre de todo hombre y de toda mujer. 


Ser Una, en esta Navidad, no es callar ni someterse,

es proclamar que el cosmos entero respira la esperanza de justicia,

que la familia y la sociedad no se encierra en muros de sangre,

sino que se expande en sororidad, en alianzas, en resistencias compartidas.

Juntos hombres y mujeres hagamos posible la comunión.


Dios no es un trono distante, es cercanía, vientre seguro.

es la fuerza que arde en el vientre de cada madre que lucha,

de cada mujer que defiende la vida frente a la violencia,

de cada nosotras que enfrenta el poder para que nazca la paz.

Porque él, Jesús nos formó en las entrañas y en el vientre de nuestra madre. 


Navidad no es un pesebre vacío; es vidas encarnadas y reconstruidas por el amor.

Es la memoria viva de María, la primera defensora,

la que cantó el Magníficat, proclamando que los poderosos serían derribados,

que las hambrientas serían saciadas,

y que el mundo sería dado vuelta por las manos de una madre joven.


Hoy, en mi experiencia, como defensora de derechos humanos,

sé que la Buena Nueva no es un sueño distante,

es el trabajo constante de las entrañas, el dolor convertido en acción,

es el cosmos conspirando a favor de la justicia,

es Ser Una con cada hermana que resiste.

Es hacer que el diálogo sea el medio para el encuentro.


Hoy en mi experiencia como teóloga feminista,

doy un paso hacia adelante de la mano de grandes mujeres

que han abierto caminos de Pensamiento, Esperanza, Luz y Libertad

dentro de una estructura jerárquica, inamovible, caduca, patriarcal,

que asfixia y constriñe a una única mirada basada en la sumisión y el poder

y lejana al mensaje de Jesús de Nazaret.


Hoy, desde mi ser mujer, madre, esposa, abuela

me declaro profetiza de “buenas noticias”

fuego en tiempos oscuros

risa en el atardecer de la vida,

fuerza y sostén en las hermanas violentadas y vulnerables

aliento en los corazones de las niñeces y juventudes.


En esta Navidad, desde los vientres que luchan,

proclamamos que la Divinidad está con nosotras,

que la profecía sigue viva, y que juntas seremos el eco

de una Navidad que no calla, que no se resigna,

y que, como María, se atreve a parir un mundo nuevo.


Hagamos que esta Navidad, la luz brille en la tinieblas, 

y que nos convirtamos en testigos fieles anunciadores de la Buena Nueva 

Jesús, hecho niño en Belén, hoy sigue naciendo, sigue pidiendo cuidado y protección en tantos niños, niñas que viven situaciones de riesgo. 

Abramos nuestro entrañas y nuestro corazón gestando ecosistemas de protección,

que las fronteras del odio y de la envidia sean consumidas por el amor.

Autoras: Luz Estela (Lucha) Castro, Yolanda Olivera, Norma Melara, Mayte Olivares Cruz y

María Andrea González

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