La Iglesia aclara que "no es un espectáculo" El Cabildo de Compostela recorta el vuelo del Botafumeiro

Aunque el botafumeiro es uno de los principales atractivos de la Catedral, el Cabildo se niega a cosificarlo y lucha por mantener su sentido religioso. "No es un espectáculo. Forma parte de la misa", indican a este diario desde la Oficina del Peregrino. El vuelo del incensario ya ha acarreado más de un dolor de cabeza a la Iglesia compostelana.Lo cuenta Tamara Faraldo en El Correo Gallego.

Hace tres años algunas agencias de viajes cobraban un plus a sus clientes por incorporar al circuito una homilía con botafumeiro. Desde entonces se ha puesto veto a tal maniobra y es muy difícil -por no decir imposible- que un turista que desembarca en la ciudad pueda conocer de antemano los horarios del popular brasero. "No hay modo de saberlo. Es una decisión del Cabildo", apuntan las mismas fuentes.

Sin ser tan tajante, José Fernández Lago, portavoz del órgano rector de la Catedral, admite que de unos años para acá se han tomado medidas para "evitar que alguna gente se lucre". "Intentamos que quien venga, venga a misa... No quisiéramos que la gente pensara que venir a Santiago conlleva contemplar el botafumeiro", puntualiza.

El que no tenga entonces la fortuna de entrar en la basílica y presenciar las acrobacias del incensario de un extremo a otro del crucero, siempre puede optar por pagar. Previa reserva y abono de 300 euros, los tiraboleiros se personan en sus puestos para levantar el enorme incensario. Coincidiendo con el Año Santo, las peticiones se han disparado, especialmente cuando accede al templo una peregrinación masiva.

Las largas colas que se están registrando en el último mes ponen, sin embargo, en entredicho este sistema. Son muchos los visitantes que, después de soportar una tediosa espera durante horas, regresan a casa sin ver el botafumeiro. Aunque los horarios no son públicos, casi siempre funciona en la ceremonia de las 12 horas, pero no todo el mundo logra entrar. Desde que se estableció el control de aforo, traspasar Praterías o la Puerta Santa se ha convertido en una auténtica odisea. Cierto es que los peregrinos con la compostela en su poder tienen preferencia para acceder por Acibechería.

En las jornadas de máxima afluencia incluso se celebran seis misas del peregrino. "El día no da más de sí. No se pueden celebrar más", reconoce Lago. "Podemos poner una ceremonia a las seis de la mañana... ¿Pero quién vendría", cuestiona. El Cabildo descarta costear el incensario en todas y cada una de las homilías organizadas para el caminante. "No se puede privar a nadie... Pero no comparto la idea de poner el botafumeiro en cada misa", sentencia.

Ambientador

Desde la Edad Media hasta hoy la interpretación popular del botafumeiro ha dado un vuelco. Nació como un elemento para purificar el aire enrarecido por las grandes multitudes de peregrinos que se congregaban dentro del templo. Sin embargo, hoy es un reclamo turístico como cualquier otro y su oscilación a modo de péndulo está más próxima al espectáculo que a la solemnidad litúrgica. Algo que la Iglesia condena.

70 Km/hora

El incensario de la Catedral pesa unos 60 kilos y mide más de metro y medio. Para controlar el movimiento del colosal y voluminoso botafumeiro son necesarios al menos ocho tiraboleiros (que cobran sus correspondientes honorarios). La pieza alcanza hasta los 70 Km/hora en su vuelo por la basílica, el doble de lo que corre una persona atlética. El primer botafumeiro del que se tiene noticia es del siglo XVI.

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