Bienaventurados los pobres porque de ellos es el Reino de los cielos
| Ana Bou
Hoy he querido titular así mi compartir, primero para tener un pequeño recuerdo, pero a la vez grande y sentido de nuestro querido Pepe Castillo. Hay muchos compañer@s que han escrito sobre él mejor que yo, por eso prefiero hacer también mío aquello que ellos han compartido, porque todos tenemos un poco de esta gran persona.
Yo he tenido la gran suerte de tenerlo ya no solo como maestro, sino como amigo y creo que eso es un gran privilegio, porque si soy lo que soy, se lo debo en gran parte, a él y a personas que han pasado y pasan por mi vida como Jon sobrino, Toni Catalá, Casaldaliga y tantos otros que han configurado mi forma de ser y pensar. ¡Gracias Pepe por tanto a cambio de nada o casi nada…!
Cuantas veces le hemos oído decir que son los pobres los que nos evangelizan y que el Evangelio parte de ahí, de ellos…
El próximo día 19 celebramos la sexta jornada Mundial de los pobres instituida por el Papa Francisco al finalizar el año de la Misericordia. Yo siempre he pensado que hay jornadas o fechas, que no deberían de existir como es el día de la trata de personas o este mismo.
Está claro que si hay pobres, es porque hay ricos que tienen más de lo que necesitan. Hay países que explotan sus recursos sin nada a cambio. Les quitamos lo poco que tienen y no solo eso, sino que les cerramos fronteras y le hacemos la vida peor de lo que ya la tienen…
Tampoco olvidemos que los pobres, muchos son personas que les falta lo necesario para poder vivir, pero hay algo que no podemos quitarles y es su dignidad y parece que nos queremos apropiar hasta de eso…
Si damos la vuelta a la moneda nos encontraremos con muchos ricos que son pobres, y que no les vendría mal una cura de su ego impartida por los que llamamos pobres. Quienes tienen mucho que enseñarnos porque son los que conocen al verdadero Cristo sufriente, los que están al pie de la cruz, los que nos evangelizan si somos capaces de ponernos junto a ellos y no mirarlos desde un escalón mas alto.
Vivimos en una sociedad en la que “nos molestan” porque son una carga para nuestro sistema económico, pero no olvidemos que ellos no son los responsables, sino que es fruto de nuestro egoísmo, de nuestra indiferencia e injusticia con la que los tratamos y puesto que es así, no esperemos a que llamen a nuestra puerta, vayamos a su encuentro y por lo menos, preguntémosles cómo se sienten, cómo están, o qué necesitan. No olvidemos que ellos son los verdaderos evangelizadores…
¡Gracias Pepe por ser bandera de ese evangelio que con demasiada frecuencia olvidamos!…