Nacer o morir en la esperanza

Siempre les toca a los mismos, los más indefensos, los que no tienen la culpa de las irresponsabilidades y egoísmo de los mayores, nadie les ha preguntado, simplemente están ahí…
¿Cuántos miles de niños nacen para sobre-vivir?, nacen trabajando apenas saben sostenerse de pie. Niños de 5-6 años que tienen que empezar a ayudar a sus familias donde éstas trabajan toda su vida: vertederos de basura.
¿Qué ven, qué escuchan, qué aprenden y descubren allí? Posiblemente nada bueno que les estimule a crecer y desarrollarse como personas.
No sé si alguien es capaz de imaginarse ese paisaje dantesco donde los buitres carroñeros acampan a sus anchas en busca de alguna presa, mientras los niños buscan comida descompuesta que aprovechan para comer, chatarra inservible que venden como medio de subsistencia y todo esto ¿a qué precio?, niños cargando sacos donde en ocasiones abultan más que ellos, hurgando entre harapos sucios y nubes de polvo cada vez más tóxico e irrespirable.
Se acercan camiones repletos de desperdicio, toneladas de basura y ellos (nuestros niños, al igual que los buitres), esperando su entrada para ver quien puede abarcar más. Pies descalzos sucumbidos por la suciedad, miradas perdidas, brazos y piernas quemados por el sol…este es el hogar y centro de trabajo para muchas familias.
¡Que diferencia con nuestros pequeños de este primer mundo del que parece sentirnos orgullosos! Donde a una edad cada vez más temprana empiezan a tener problemas de obesidad. Todo les sobra, nada les llama la atención, están saciados de todo…
Es la otra cara de la vida: la cara y la cruz de una moneda.
Demasiada miseria y basura se combinan con el abandono social, pero ¿Cuál es el futuro de estos niños? Si es que lo tienen. Familias que viven de la basura, del plástico y cuya única compañía son esos buitres que esperan a “su presa”.
Ante esta situación no sé si deberíamos dormir demasiado tranquilos cuando hay tanto dolor y tanta hambre, mientras nosotros, protestamos cuando nos ponen en la mesa dos días lo mismo.
Bienaventurados los pobres porque solo a través de ellos llegaremos al Reino de los cielos.
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