Un santo para cada día: 24 de abril San Fidel

San Fidel
San Fidel

No solo los católicos sino también los protestantes le llamaban el “Ángel de la paz”

Estamos ante un ilustre capuchino. Su nombre de pila era Marcos Rey nacido en Sigmaringa a orillas del Danubio (Alemania)  en el 1577. Su padre Juan Rey  y Su amorosa madre Genoveva Rosenbergere,  se encargarían  de encauzarle por los caminos de la piedad cristiana.  Como correspondía a un  descendiente de familia noble recibió una educación esmerada en la Academia Archiducal de Friburgo de Brisgovia, en la que puso de manifiesto sus grandes dotes  intelectuales que le permitieron destacar sobre sus colegas, allí adquirió el título de  doctorado en Derecho Civil y Canónico,  que llegado el momento le habría de servir para defender la causa de los menesterosos.

Como dominaba varias lenguas, tales  como el latín, francés, italiano, español, fue señalado por el  barón de Stotzingen para acompañar a un grupo de nobles jóvenes en un viaje instructivo por Europa, que habría de durar 6 años, haciendo gala de su vasta erudición. En este peregrinaje cultural pudieron visitar monumentos, recordar la historia de los pueblos por los que iban pasando, degustar la variada  y sabrosa gastronomía, que también es cultura  y entre visita y visita, el joven Marco iba dejando caer sentencias morales y aleccionadoras.   

A la vuelta de este viaje cultural y religiosamente enriquecedor, Fidel abre un despacho de abogados en  Ensisheim (Alsacia) que para eso se había doctorado en Derecho Civil y lo hace  no con la intención de ganar dinero, algo de lo que él andaba sobrado, sino con la intención de proteger a cuantos no podían defenderse de la ambición insaciable de los usureros, que querían quedarse con sus cabras, su huertecillo o sus pobres pertenencias. Ejerciendo esta profesión estuvo un tiempo, pero acabó abandonándola porque no se encontraba a gusto, bien por las triquiñuelas que comporta esta profesión  o bien porque   tal vez pensara que los herejes y los alejados del cristianismo estaban más necesitados de su ayuda que los indigentes y los derrelictos. El caso es que por su mente pasa la idea de consagrar su vida  a Dios y tras un periodo de luchas interiores , se decide y da el paso definitivo, siendo ordenado sacerdote en 1612, para ingresar  poco después  en la orden Franciscana Capuchina, atraído por las grandes apóstoles  de esta institución religiosa.

San Fidel

Tenía  35 años de edad cuando este  ilustre joven abandonaba para siempre las promesas mundanas de un futuro envidiable, se encierra en los   conventos de Rheinfelden y Feldkirch (Friburgo), llegando a ser guardián,  cargo que desempeñó alternándolo con la predicación llena de caridad, mansedumbre y dulzura, que hasta sus adversarios gustaban de oírle, tanto que no solo los católicos sino también los protestantes le llamaban el “Ángel de la paz”. El secreto de semejante milagro estaba en la oración; antes de subir al púlpito tenía una hora de meditación ante el sagrario. Sólo diez años vestiría el hábito capuchino, pero fueron suficientes para recoger abundantes frutos de apostolado. 

Al poco tiempo de ser  fundada por Roma  la Congregación de Propaganda de la Fe, dedicada a la organización de la actividad misionera de la Iglesia en todo el mundo, Fidel fue designado con diez capuchinos más  para misionar en la Alta Rezia (Suiza), región plagada de protestantes. Antes de partir  subió al púlpito, desde donde pudo despedirse  de todos con estas palabras “Esta es la última vez que os predico; por voluntad de Dios debo ir a la Rezia, y allí seguramente, y con gran placer mío, he de acabar mi vida, asesinado por los herejes en odio a la fe católica”. No bien llegado a su destino volvió a expresar este mismo presentimiento ¡No saldré vivo de esta comarca!”. A pesar de todo su valor apostólico siguió intacto, ligero de equipaje  con un breviario, un crucifijo y pobremente vestido, caminó incansable por valles y montes visitado las casas de los protestantes, predicando en las calles y en los templos, desafiando a quienes trataban de intimidarle. 

El día 23 de Abril,  fue invitado a predicar en el pueblecito de Seewis y movido por su celo apostólico   no tuvo  inconveniente en aceptar la invitación y allí se presentó acompañado del archiduque y una escolta de soldados; pero nada más subir al púlpito se   encontró con una nota que decía “Hoy predicarás; pero éste será tu último sermón”. Todo había sido una trampa. Haciendo un esfuerzo sobrehumano pudo concluir el sermón y nada más bajar del púlpito se oyó la detonación de un arma de fuego  y en medio de una gran confusión fue evacuado del templo, pero sus enemigos no tardaron en darle alcance y ante su negativa de hacerse protestante fue herido mortalmente de espada y de un golpe en la cabeza.  “¡Jesús, María, ayudadme!”, fueron sus últimas palabras. Eran las once de la mañana del 24 de Abril de 1622. Pasado un tiempo, en el lugar del martirio apareció una flor, que fue considerada por botánicos expertos como una flor milagrosa y celestial

Reflexión desde el contexto actual

La vida  de Fidel  es aleccionadora por triple motivo. Ejemplo es de abnegación  por cuanto renuncia  desde muy joven a un futuro prometedor para darse por entero  Cristo.  Nos da ejemplo testimonial volcándose por entero  en la obra misionera y por fin es ejemplo de fortaleza derramando su sangre por la causa de Cristo.   

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