Los ordinarios de Tierra Santa abrirán el Jubileo el domingo en Nazaret Pizzaballa: "Los cristianos de Gaza no se han dejado contagiar por la lógica del odio y la enemistad"
"Pensamos en las dificultades debidas a la incapacidad de dar una solución política a la cuestión palestina e la inestabilidad regional; pensamos en la pandemia y en la guerra que han añadido a las dificultades económicas las de la convivencia; pensamos de nuevo en la violencia endémica y creciente en la sociedad árabe israelí, pero también palestina, que produce el desaliento en muchos de nuestros fieles y la tentación de abandonar la tierra de sus padres"
"En nuestras comunidades, afectadas por conflictos endémicos y por el azote de la guerra, el anhelo de paz es profundo. Y es un signo de esperanza que los cristianos de la pequeña comunidad cristiana de Gaza no se hayan dejado contagiar por la lógica del odio y la enemistad, sino que hayan cultivado activamente, sobre todo a través de la oración, un corazón misericordioso y abierto a la reconciliación, sostenido por una fe de la que han dado testimonio al mundo entero"
El próximo domingo, la Basílica de la Anunciación de Nazaret acogerá la apertura de la primera Puerta Santa del Jubileo 2025 en Tierra Santa. Una tierra martirizada por la guerra, el odio y las luchas, que siente el "anhelo de paz" como algo propio. Así lo ha manifestado, en nombre de los ordinarios de Tierra Santa, el patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa, en una carta escrita a los fieles del rincón del mundo que vio nacer, y morir, a Jesús.
"Tanto en Roma como en Jerusalén, se abrirán de par en par las puertas de la misericordia divina y de la reconciliación a todos los hombres y mujeres que deseen experimentar profundamente el perdón divino y sus efectos", arranca el purpurado, quien invita a creer en la esperanza, que "es particularmente necesaria en estos tiempos", especialmente en Tierra Santa.
Pruebas y tribulaciones
"En las últimas décadas, y especialmente en los últimos años, también nosotros hemos atravesado un prolongado período de pruebas y tribulaciones", admite Pizzaballa. "Pensamos en las dificultades debidas a la incapacidad de dar una solución política a la cuestión palestina e la inestabilidad regional; pensamos en la pandemia y en la guerra que han añadido a las dificultades económicas las de la convivencia; pensamos de nuevo en la violencia endémica y creciente en la sociedad árabe israelí, pero también palestina, que produce el desaliento en muchos de nuestros fieles y la tentación de abandonar la tierra de sus padres; pensamos de nuevo en las dificultades de los numerosos emigrantes, desplazados y refugiados, presos políticos y rehenes de guerra", recalca, señalando que se vive "un tiempo de prueba y tribulación" que, precisamente, invita a "redescubrir la esperanza".
مَجْلِسُ رُؤَسَاءِ الْكَنَائِسِ الْكَاثُولِيكِيَّةِ يُوَجِّهُ رِسَالَةً إِلَى الْمُؤْمِنِينَ بِمُنَاسَبَةِ سَنَةِ الْيُوبِيلِ
— Latin Patriarchate of Jerusalem (@LPJerusalem) December 27, 2024
Message to the faithful of the Holy Land from the ACOHL
👇👇👇https://t.co/B5DyEg9Nfk
¿Qué signos de esperanza son visibles en Tierra Santa? "El primero y más importante que se nos señala es el anhelo de paz", subraya. "En nuestras comunidades, afectadas por conflictos endémicos y por el azote de la guerra, el anhelo de paz es profundo. Y es un signo de esperanza que los cristianos de la pequeña comunidad cristiana de Gaza no se hayan dejado contagiar por la lógica del odio y la enemistad, sino que hayan cultivado activamente, sobre todo a través de la oración, un corazón misericordioso y abierto a la reconciliación, sostenido por una fe de la que han dado testimonio al mundo entero".
Junto a ello, la acogida a emigrantes, desplazados y refugiados, y el testimonio de familias jóvenes, sacerdotes o religiosos que "han compartido el sufrimiento de la gente, permaneciendo cerca de su pueblo". También "la solidaridad que la Iglesia universal ha mostrado hacia la Iglesia que vive en Tierra Santa: con la oración y con gestos materiales concretos" o la "cercanía del Papa Francisco a todos los pueblos implicados en el conflicto y, en particular, a los cristianos de Tierra Santa".
"También nos han sostenido en nuestra esperanza los numerosos llamamientos que tanto la Santa Sede como también las conferencias episcopales y las Iglesias hermanas han hecho constantemente para pedir el fin de las guerras y la resolución pacífica de los conflictos mediante la negociación y los instrumentos de la diplomacia", glosa Pizzaballa, quien invita a los fieles de Tierra Santa a una peregrinación a tres lugares especiales, "que son los lugares de donde brota y se alimenta la esperanza de los cristianos de todo el mundo: Nazaret (Basílica de la Anunciación), Belén (Basílica de la Natividad) y Jerusalén (Basílica del Santo Sepulcro-Anástasis)".
Junto a ello, el lugar del Bautismo de Jesús, en Jordania, donde el próximo 10 de enero se consagrará una nueva Iglesia latina. "Pedimos al Señor la capacidad de seguir esperando, precisamente porque los tiempos que vivimos exigen un suplemento de esperanza para ser vividos en la fidelidad al Señor y en el amor a nuestros hermanos", culmina el patriarca.