Un santo para cada día: 12 de octubre La Virgen del Pilar. (Patrona de la Hispanidad)
A los diez días de haber ascendido Jesús al cielo, sus discípulos reunidos en el Cenáculo son visitados por el Paráclito. Llenos de la sabiduría, de la fuerza y de la gracia del espíritu comienzan su tarea de evangelizar al mundo entero. Santiago el Mayor, el hermano de Juan, según la tradición, puesta en duda por algunos, es enviado a España para anunciar la Buena Nueva. Hacia el año 40 llega el apóstol a la costa astur-galaica, visita estas tierras y se interna por la Celtiberia. Recorre Castilla hasta llegar al reino aragonés. Allí en la fértil vega regada por el Ebro, cansado de tanto peregrinar y decepcionado porque los frutos de tantos desvelos no se ven recompensados, se muestra abatido creyendo que todo había sido en balde. Le acosa la tentación de arrojar la toalla y éste va a ser el momento preciso en que va a tener lugar un hecho prodigioso.
Siguiendo esta tradición, la Virgen, que permanecía aún en Tierra Santa, se le va a hacer presente posándose sobre una columna de mármol, que se conserva en el interior de la basílica zaragozana, para consolarle y darle ánimos.De ser así,ésta habría sido la primera aparición mariana de toda la historia. De la Virgen habría recibido la petición de construir una capilla en su honor, con la promesa de que mientras ese pilar se mantuviera en pie no faltarían cristianos por estas tierras. Santiago recogió la columna y con los ocho discípulos que le acompañaban, más la ayuda de los conversos, se puso a edificar la capillita que llevaría por nombre Santa María del Pilar, también esta construcción habría de ser la primera iglesia mariana sobre la que se levantaría la monumental basílica, que se yergue airosa bajo los limpios cielos de Zaragoza.
No vamos a entrar en detalles sobre la historicidad de este suceso, porque hay otra cuestión más importante que reclama nuestra atención, cual es la devoción milenaria de los hijos de esta tierra y de todas las regiones de España, que de generación en generación vienen cantando sus glorias, desgastando a besos la pequeña columna de mármol, poblando los aires patrios con sus plegarias. Desde tiempos inmemoriales los espíritus más rebeldes han caído de rodillas para rendir pleitesía a su Madre de los Cielos: reyes, héroes y nobles han venido implorando su favor, todos, jerarcas y el pueblo llano, han visto incrementada su gracia protectora. Quienes ferviente y confiadamente se han acercado a pedir su bendición han sido atendidos y los miles de peregrinos que durante siglos se han arrodillado ante sus plantas, han encontraron cobijo y consuelo espiritual bajo su manto. España entera no ha dejado de encontrar en el Pilar la fuerza y el aliento necesarios para llevar a cabo la alta misión, que como nación le fue encomendada desde arriba y que habría de ser culminada por los Reyes Católicos en Granada. Los sitios de Zaragoza en 1808, durante la guerra de la Independencia, fueron lugares donde el pueblo encontró bajo su sombra un asilo seguro y en la reciente guerra civil española (1936- 1939). Los hechos históricos constatados de que tres bombas lanzadas sobre la basílica no explotaran, fueron entendidos, cuando menos, como tres hechos prodigiosos debidos a la intervención de Nuestra Señora. Esta es la realidad que se puede contar, avalada por una larga tradición de muchos siglos.
Existe por fin el hecho más grandioso de los siglos, vinculado a esta festividad de Nuestra Señora del Pilar, conocida como la fiesta de la Hispanidad. Quienes creemos en la Providencia, pensamos que no fue casual algo que sucedió un 12 de octubre de 1492. El hecho a que me refiero es el descubrimiento del Nuevo mundo, coincidente con esta festividad. No, no es fortuito que en el mismo momento en que los hombres de Colón, allende los mares, gritaban “¡tierra a la vista!”, aquí, en la vieja España, las campanas de las iglesias convocaban a los fieles a rendir culto a la Virgen del Pilar. Desde tiempos antiguos en todas las iglesias de España y territorios sujetos al Rey Católico, se venía celebrando la fiesta del Pilar, pero habría de ser el papa Clemente XII quien oficialmente fijara el día 12 de octubre para la celebración de esta festividad específicamente hispánica y recientemente el Papa Juan Pablo II en 1984, aprovechando su visita a territorio español, reconoció a la Virgen del Pilar patrona de la hispanidad.
Reflexión desde el contexto actual:
En estos tiempos de discordias patrias, la “Virgen del Pilar” patrona de la “Hispanidad” ha de volver a ser un vínculo de unidad, no solo entre todos los españoles sino también entre todos los pueblos de América. No en vano el 12 de octubre es conocido también como el “día de la Raza” que viene a ser una llamada a la fraternidad entre los españoles y los que un día fueron compatriotas y hermanos nuestros allende los océanos, con los que seguimos compartiendo fuertes lazos religiosos y culturales que nos unen a todos como si formáramos un mismo continente. “Este pueblo que te adora/de tu amor favor implora/y te aclama y te bendice/abrazado a tu Pilar/Pilar sagrado, faro esplendente/rico presente de caridad/Pilar bendito, trono de gloria/tú a la victoria nos llevarás”.