"Cambien su vida y su corazón, porque el Reino de los Cielos se ha acercado...". "Alégrate... el Señor está contigo...Vas a quedar embarazada y darás a luz un hijo... al que pondrás el nombre de Jesús...".

Este domingo ha coincido la fiesta de la Inmculada Concepción de la Virgen María con el Segundo Domingo de Adviento. Por eso nuestro título cita los evangelios del 2º domingo de Adviento(Mateo 3,1-12) y de la fiesta de la Virgen(Lucas 1,26-38).

Pienso que la persona que mejor ha vivido el Adviento, y cuya fiesta de Inmaculada en su Concepción, hoy celebramos, es la Virgen Santa. Ella mejor que nadie, después de su "fiat" al plan de Dios, entró en una ardiente espera de Jesús.

Es una hermosa fiesta de Nuestra Madre María Virgen en este tiempo de Adviento. Ella desde el mismo momento de su Concepción fue sin mácula, inmaculada: sin mancha de pecado; sin pecado original desde su misma Concepción. Es una fiesta que nos llama, por intermedio de María, a la conversión de nuestros pecados, para acoger a Jesús, el Hijo de Dios y de María. Si creemos en Dios, seamos como la Virgen, mujer entera de Dios, propiedad de Dios, santa y sin pecado. Que ella nos ayude a morir al pecado: a convertirnos y volver a Dios, pues siempre nuestra conversión suele ser incompleta. Siempre tendremos que caminar por los caminos de una conversión, cada vez más en crecimiento. Esperemos a Jesús luchando contra nuestros pecados; busquemos una vida más inmaculada. Caminemos en esta espera de este Adviento hacia ser una pertenencia y propiedad de Dios; que como la Virgen seamos los servidores de Dios, cumpliendo su voluntad... Alguno podrá decir: "pero la Virgen tenía el gran privilegio de la Inmaculada Concepción". Pero, es necesario, al respecto, reflexionar un poco más, ¿qué es lo que en realidad quiere decir esto en la Virgen? Quiere decir que al ser concebida fue santificada, que tuvo la gracia desde el primer momento de su concepción.Nosotros lo hemos tenido unos días después de nuestro nacimiento.Ella no tuvo jamás el pecado original,nosotros no lo hemos tenido desde que nos bautizamos."Sí,diremos,pero María tuvo toda clase de gracias y privilegios". ¿Cuáles? ¿Exención del sufrimiento? Nó. ¿Exención de la conscupicencia? Sin duda, pero Adán no tuvo la concupiscencia tampoco y ese privilegio no le impidio pecar.

María es la mejor persona humana que ha vivido el Adviento. Tuvo una fiel espera de Jesús, el Salvador; también en medio de la oscuridad de la fe y de las pruebas, propias de la ambigüedad de nuestra condición humana. Ella debe ser nuestra compañera en esta esperanza de una Navidad. Ella es Nuestra Madre, que alimenta nuestra esperanza, con su intercesión y con su presencia misteriosa en nuestras vidas. Jesús nos la dio como Madre y Modelo de una Iglesia que ama,espera y sufre, en la carne de los discípulos del Señor.

Ella es muy cercana, como modelo de imitación, en su espera de su Hijo, porque es de nuestra raza humana, y Dios no la dispensó de las búsquedas y cruces de nuestra condición humana. Su maternidad, por la cual hoy es glorificada, en su momento, no tuvo nada de espectacular ni triunfalista. Sabemos cómo en la Anunciación necesitó todo el valor y alegría de una entrega propia de toda mamá, que sabe que está esperando un hijo. Para María, el nacimiento de Jesús, su Hijo, no fue en forma como podría esperarse de un Dios Encarnado. (Puebla 296).

Dios quizo venir a la tierra en la humildad de un hogar que pasó por pruebas y malos entendidos de cualquier familia. Todo superado por la fidelidad de María a las promesas del Espíritu, y también por la lealtad, fidelidad y grandeza de un esposo con su esposa, como lo fue José, quien también tuvo su propio "fiat" a las señales que Dios le manifestó personalmente. El Evangelio no nos dice mucho acerca de María y José en su espera de Jesús, pero nos dice lo suficiente, para comprender a este ejemplar matrimonio.Tuvieron una silenciosa colaboración, con Jesús, en su Encarnación y Redención. Los primeros cristianos no tenían necesidad de multiplicar los hechos y palabras pues la santidad y significación de ambos en la vida de la primitiva Iglesia eran evidentes para todos; formaban parte de la vida de Cristo y del cristianismo como el aire forma parte de nuestra vida.

Siempre se ha alabado a María y José por sus virtudes ocultas, por su aceptación total a una misión extraordinaria que Dios les encomendó. Pero al mismo tiempo reconocemos que ellos estaban envueltos en la condición más ordinaria de la vida de un pueblo, del trabajo manual, de las tareas de familia, participando en la vida de un pueblo pobre y muy común y corriente: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?". (Juan 2, 46).

María es signo de esperanza. También José: lo digo como para hacerle justicia a tan gran santo. La esperanza de ellos no puede prescindir de las tareas humanas ordinarias y rutinarias de cada día. Es ahí, dónde se teje, día a día, la fraternidad, la justicia, la libertad,y el ser humano nuevo, sin pecado, como un verdadero hijo de Dios.María, su matrimonio, su espera del nacimiento de su Hijo, acompañada por su esposo José, nunca sola, nos sacan de la evasión y tentación de creer que se puede vivir el Evangelio fuera de la realidad de la historia y de la realidad de nuestro propio Nazaret de hoy.Que Nuestra Madre, la sin pecado, nos ayude e interceda por nosotros en el camino de la conversión, para lograr la ansiada espera de esta Navidad 20013. Hoy, en nuestros tiempos, Jesús quiere nacer y venir. Que la Inmaculada nos ayude a tener un gran Nacimiento en Jesús, a una vida nueva, a la manera de Jesús, como verdaderos hijos de Dios.

Sé que me he alargado, pero quiero hablar, ahora más directamente del 2º domingo de Adviento(Mateo 3, 1-12). El que quiera puede seguir leyendo y reflexionando con toda libertad. Mi ánimo de pastor es ayudarlos más en este Adviento de preparación a esta Navidad 20013:

El Adviento es el tiempo de la hora de Dios. Es el tiempo de la hora de la liberaciòn que Dios trae.
Jesùs va a renovar su paso por la historia. Con este paso, Jesùs mantiene nuestro anhelo de esperanza en la liberaciòn, en la justicia y en la fraternidad. Se trata de la esperanza de que todo lo que Èl trae no es una utopìa. En verdad el cambio integral es posible, pero especialmente lo es el cambio de nuestros corazones.
Con Fe, Esperanza y Amor expectante, en esta Navidad, entreguèmonos,como un vaso de greda, al "Gran Alfarero": al Dios de lo imposible. Pongamos, en manos de Dios, el que viene, nuestra vida toda, con todas sus experiencias. Pongamos a nuestra familia, a nuestra poblaciòn y barrio: a nuestra sociedad, paìs y mundo, pero muy especialmente, pongàmos la vida y persona toda de cada uno. Recomiendo que lo hagamos con un corazòn de pobre y con alma de pobre, requisito fundamental para tener, en nuestras vidas las Bienaventuranzas, que entregadas, por Jesùs en el Monte, nos recuerdan y superan a Moisès, el del Sinaì, recibiendo La Ley. En todo caso, aclaro, que lo que estoy diciendo, en ningun caso suprime lo antiguo, sino que le da su complemento y plenitud. "Yo no he venido a abolir La Ley y Los Profetas. Yo he venido a darle perfecciòn y plenitud". La actitud de fondo y de vida interior, que recomiendo a cada uno, por "todo y por todos", podrìamos ejemplarizarla en una oraciòn confiada de manos abiertas,dejando que el Señor ponga y saque; que Èl tenga toda la libertad para disponer de cada uno de nosotros. Que esta actitud nuestra sea una oración atenta y una gran espera de amor hacia Jesùs. No hablemos y digamos muchas cosas en la oraciòn, màs bien callemos, guardando silencio, el Señor, en un momento, habièndonos probado antes, hablarà, nos responderà, harà lo que conviene para todos aquellos que Él ama: "El Señor no tardarà… el Señor ya llegarà… si no viene por la noche, tal vez, venga por la aurora"… pero vendrà.

Los seres humanos esperan; tambièn desesperan. Pero, la Iglesia, los cristianos, los profetas, autènticos indicadores, con su compromiso y testimonio, son el mejor indicio de la hora de Dios en medio de ellos. La Iglesia, el Cuerpo de Cristo, con sus miembros, deben mantener viva la esperanza de liberaciòn; que se cumpliràn las promesas del Liberador, Jesùs. Promesas, que ya se estarìan cumpliendo y adelantando, aquì y ahora, lo repito, por el quehacer y compromiso, con gestos concretos de salvaciòn y liberaciòn navideña: "que los ùltimos sean los primeros", "y a los pobres se les anuncie la Buena Nueva". Que nuestra dinàmica cristiana nos haga tender a una alegrìa, que por nuestros actos y obras comprometidas, nos señalen a todos, especialmente a los pobres, que Jesùs està cerca y està a la puerta. Asì, con un autèntico cristianismo, estaremos preparando una posada para que haya un gran "Nacimiento", en "todo y en todos". Nuestro compromiso debe mantener viva la esperanza. Debe mantener una esperanza, en nuestro pueblo, muchas veces abortada, por los fracasos humanos y por las promesas demagògicas, mentirosas y siempre incumplidas.
Todos y cada uno, debemos anunciar el cambio y la conversiòn, para que la esperanza se transforme en un amor eficaz, que nos saque y nos arranque de nosotros mismos, para entregarnos a la fraternidad de los hijos de Dios (Puebla 350-352).

La fraternidad humana cuando se vive de verdad, excluyendo las injusticias, las desigualdades, los contrastes, acompañados, muchas veces de grandes abusos y de inhumanas explotaciones de unos hacia otros… , es el mayor signo de que la hora de Dios està a la puerta de este mundo. La hermandad es la gran referencia crìtica de nuestra sociedad, de su economìa, de su polìtica y de su cultura, realidades empecatadas, que muchas veces impiden hacernos hermanos (Puebla 90).
Adviento es una Buena Noticia: Evangelio, que llama a la hermandad cristiana y a la verdadera comuniòn.

Juan Bautista es el sacramento y significaciòn de lo que es y debe ser una Iglesia profètica: "El Reino de Dios està cerca…" Sus promesas son ciertas y nuestra esperanza no es vana ni enajenaciòn. "Dios es capaz de sacar hijos de Abraham de estas piedras… ". Pero, "convièrtanse"… "¿Quièn les ha enseñado a escapar de la ira inminente? Den los frutos exigidos por la conversiòn. Y no se hagan ilusiones… El àrbol que no dè buen fruto serà arrancado y echado al fuego… ". El lenguaje es fuerte, y serìa motivo de escàndalos, para muchos catòlicos de hoy, que teniendo un falso concepto de la caridad, no se la juegan… no asumen los conflictos, y no son capaces ni siquiera de "romper un huevo"… no corren el riesgo de poner en juego su talento, y lo esconden en un pañuelo, como en la paràbola: no aman de verdad al Señor y le tienen miedo. No se trata de que tienen un "santo temor de Dios". Eso es muy distinto a sus anticuadas y conservadoras concepciones cristianas. El "santo temor de Dios" es totalmente distinto y contrario. Se trata de que uno ama tanto a Dios, que no quiere ofenderlo ni mancharlo "tocándolo ni con un pètalo de rosa". Y omitirse, restarse, no arriesgar el talento y tener miedo de actuar, por no "romper un huevo", es precisamente lo que no le agrada a Dios, y mucho menos, al Dios hecho Hombre, que asumiò, con valentìa, obediencia, y obediencia hasta la muerte, el conflicto de la humanidad caìda y empecatada: "Cristo, sufriendo, y sufriendo hasta la muerte y muerte de Cruz, aprendiò a ser obediente": obediente a la voluntad de su Padre, que querìa, que "el buen samaritano", no pasara de largo ante la humanidad "a la vera del camino", como lo hicieron los que menos debìan hacerlo: los religiosos: el levita y el sacerdote… se corrieron… no habìa que meterse en lìos y cosas problemàticas, como hoy, son problemàticas y cosas "ajenas" a un catòlico, como las injusticias, las mentirosas polìticas y otros males, que estàn "a la vera del camino", y que son evitados, eludidos, por quienes, "al verlos, pasan por otro lado de la carretera (de la vida), siguiendo de largo". Esta misma falsa concepciòn cristiana de la caridad y otros resguardos, omisiones y cuidados de enajenaciòn, trae incomprensiones y sufrimientos a un profeta, que como Juan Bautista, tiene un lenguaje duro. Se olvida muy fàcilmente, por muchos catòlicos, no sòlo el lenguaje de los profetas, sino el de Cristo mismo, que no es ningùn dulzòn, por ejemplo: "me devora el celo de tu Casa"… > "¿No dice Dios en la Escritura:Mi Casa serà llamada Casa de oraciòn para todas las naciones? ¡Pero ustedes la han convertido en refugio de ladrones!… cueva de ladrones…!… saquen eso de aquì y no hagan de la Casa de mi Padre un lugar de negocios" (Mc.11,15-18; Mt. 21,10; Lc, 19, 45; Jn,2,14). Y hay otras palabras de Jesùs que son directas, sin rodeos y condicionamientos de ningún tipo. Lee y ora el Evangelio y encontraràs siempre màs: "Y veràs cosas mayores aùn".
Y uno podrìa preguntarse, hoy dìa, a què Casa de Dios se refiere el Señor. Ciertamente no se trata sòlo de un Templo de oraciòn. Preguntèmosnos con horizonte, ¿ de què "Casa" se trata? … Yo comenzarìa por la Casa de Dios, que es el ser humano:templo vivo de Dios… y seguirìa muy lejos, hasta llegar al mundo de "todo el hombre y de todos los hombres". Yo sè que estas palabras molestan a algunos. No sé si porque repito mucho a Pablo VI en su Evangelii Nuntiandi o por otros motivos. Puede ser por las dos razones. Y,¿què se pensarà cuando se repite tanto el Evangelio? Y,¿cuándo se insiste mucho más y primordialmente en la tarea esencial de Evangelización, que tiene la Iglesia de ir al mundo, como lo mandó la Iglesia del Vaticano II? Yo sè, tambièn, que hay intereses, motivaciones ocultas, mezquinas, propias de fariseos. No se proclama la Buena Nueva como corresponde. Se guarda, y se usan estrategias indirectas, para descalificar, restar autoridad al profeta y a la Iglesia, que quiere ser profètica. Incluso, este lenguaje duro de Cristo y los profetas, hoy, a travès de los discìpulos radicales, en el seguimiento de Cristo, "le producen problemas y dolores de cabeza" a algunos, tambièn a sacerdotes no aggiornados. Yo, con humor, les recomiendo un remedio bien bueno: "una aspirina" o un "Kitadol": Hagan Teologìa- Bìblica. Si no es mucho: hàganlo desde la perspectiva de los pobres, que da la universalidad de la Evangelizaciòn: tarea principal de la Iglesia y de sus hijos. Hàganlo desde la "cuna de Belèn", desde el "Carpintero de Nazaret", desde el "Pescador de Galilea", desde el Bienaventurado: Cristo, que naciò pobre, viviò pobre y muriò pobre.Es muy bueno el "Kitadol" del Vaticano II, de Medellìn , Puebla, Evangelii Nuntiandi y, sobre todo, del Evangelio, y otros. Por favor, sean de oraciòn y de profunda vida interior. Sean estudiosos. Hoy se estudia poco las verdades de nuestra fe y del Magisterio de la Iglesia. Yo, no perderìa tanto tiempo, en Cursos de Verano, siguiendo "una famosa malla curricular" fraguada cuando comenzò la restauraciòn e involuciòn de la Iglesia. La "malla curricular" factotum, hoy dìa, de la formaciòn de agentes pastorales, se comenzó a hacer en Santiago, revisando toda ficha de formaciòn y preparaciòn a los sacramentos, fundamentadas en el aggiornamiento eclesial:en "primavera de la Iglesia"; todo fue considerado peligroso y corregido, por los conservadores y no muy amigos del Vaticano II. Esta "malla curricular" se terminò de fraguar y se convirtió en una entrega sólo de conceptos, de doctrina, de "algo" y muy poco o nada de "anuncio de Alguien".Uno puede querer que se dé esa formación doctrinal, pero no puede dejar de reconocer, que fue un intento serio de querer involucionar con respecto al Concilio. Todo fue buscar un blindaje, para que la "barca de Pedro"no navegue por el "diluvio" del secularismo del mundo.(Reflexionar Mt. 8, 23-27 y Mt.14, 22-35).

Sigamos con Juan Bautista, un buen camino para nuestra "Navidad", porque Cristo ya naciò y ahora nos toca nacer a todos y cada uno.
Su lenguaje es fuerte y profètico. No obstante, "iban a verlo los judíos de Jerusalén, de Judea y de toda la región del Jordàn. Confesaban sus pecados y Juan los bautizaba en el Jordán ".¿Por que tanta atracciòn por Juan Bautista, un profeta incòmodo para las costumbres de su tiempo? Por su estilo de vida. En el Bautista brillaba la conversiòn que èl urgìa; en sus hechos se expresaba la cercanìa esperada de la hora de Dios. Era imposible vivir asì, y actuar de esa forma tan extraordinaria. La esperanza que el Precursor anunciaba era cierta. Su vida y su actuar era la mayor prueba. Su testimonio probaba lo que èl anunciaba."Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestres". El Evangelio de hoy, constata estos hechos como un signo y sacramento de la fe, de la fuerza, de la libertad de Juan; de su pobreza radical y de la renuncia de si mismo. ¡Què importante es el detalle de su austeridad y pobreza, que nosotros debièramos traducir en gestos y actitudes para esta època, sobre todo en estos dìas de tanto derroche, gastos y consumismo de regalos, que aceleran la vida, con mucho nerviosismo para muchos. Uno, me decìa: ‘Sabe, Padre, me està cayendo mal la fiesta de Navidad… tanto afàn de regalos sin sentido hasta quedar exànime… tantos compromisos materiales, que endeudan y significan un dèficit familiar. Considero que es una falta de consideraciòn y respeto a mi cansado trabajo para sustentar la familia… y para què le digo, cuànto insulto para los pobres’.
Entonces, seamos austeros, no nos dejemos tentar por el consumismo de una economìa perversa. No nos preocupemos de gastos en regalos, dejándonos tentar por el ídolo Mercado, y la ley de la oferta y la demanda. Mejor, regalèmosnos mutuamente el gran regalo del Padre: Jesùs, su Hijo amado. Que nuestra Navidad sea austera y cristiana. Regalèmosnos nosotros mismos, unos a otros, saliendo de nuestros egoìsmos, hacièndonos pròximos y hermanos en el amor. En Chile, la deuda social es escandalosa, por màs que nos digan lo contrario. Y, en ese contexto, un consumismo navideño, pasa a ser un escàndalo. No insultemos màs a los pobres carentes de lo màs necesario para tener una vida digna.

No puedo rehuir, el còmo andamos por casa. ¿Y la Iglesia?
Los pobres no creen en profetas còmodos. Para los pobres esos son profetas fariseos y falsos. La Iglesia debe ser pobre y de los pobres, como lo dijo Francisco I. ¡Cuidado con la ceremonias navideñas! Hay crìticas al boato y al oropel eclesial.La verdad es que no se cree en una Iglesia y en predicadores instalados y ricos.
Creo que nuestro deber profètico comienza por cuestionarnos a nosotros mismos. Comienza por cuestionar nuestra vida evangèlica, miràndola al estilo de Juan. No hay que hacerse falsas ilusiones, cualquiera sea nuestro lugar o rango – por llamarlo asì – en la Iglesia y en la Comunidad particular. No podemos pensar: "Abraham es nuestro padre", o ‘yo siempre he sido catòlico, y eso basta’. No. "De estas piedras, Dios puede sacar hijos de Abraham". Que la Navidad traìda por Cristo, sea una profunda conversiòn de nuestras vidas, queseamos màs fraternos. La Navidad es fiesta para la conversiòn integral de cada uno, de la sociedad, "no como un barniz decorativo, que la conversiòn vaya a las cosas màs profundas, a la cultura y a las culturas". Que sea una Navidad de conversiòn y liberaciòn integral.

MARA NA THA: ¡Ven. Señor, Jesùs!


En memoria y homenaje a mi amigo y gran sacerdote Alfonso Baeza Donoso,recién fallecido para este mundo.
La Iglesia y Chile conocieron de su amor y entrega, especialmente la Arquidiócesis de Santiago, la Vicaría de Pastoral Obrera, especialmente los obreros y trabajadores. Su testimonio evangélico, en tiempos de dictadura, quedan para siempre en nuestro corazón agradecido. ¡Cuánto le debe Chile y la Iglesia! Ha vivido su Adviento. Y al que esperaba y buscaba, con pasión de discípulo, le ha llegado y lo ha encontrado.
Alfonso querido: ciertamente has vivido tu pascua. Eres feliz. porque la muerte, para un cristiano como tú, es el momento de hallar a Dios, al Dios a quien has buscado durante toda tu "vida"; ahora tienes tu encuentro del Hijo con el Padre; es tu inteligencia que ha hallado la suprema verdad. Tu muerte no es muerte.
Lo has visto a Él, nuestro Dios, que hoy está escondido, para nosotros
que pereginamos y te seguiremos. Alfonso: estarás viendo a Nuestra Madre, la Virgen, que celebraremos el domingo ya cercano. Estarás viendo a los santos, tus amigos, que serán, después, también nuestros amigos; te has encontrado con tus padres: Don Arturo y Sra. Sarita, y con tus familiares y parientes, y con tus seres queridos cuya partida te precedieron: tus queridos sacerdotes formadores; tus hermanos sacerdotes y amigos laicos, especialmente con aquellos hermanos pobres y trabajadores (obreros): varones y mujeres por quienes te la jugaste hasta el extremo; con tus hermanos y hermanas vecinos de la "José María Caro", que habían partido: "la Caro"(querida). La separación ha terminado y ésa, tu madre querida, también tu padre, te estarán echando los brazos y, la ausencia está terminada: vives, conversas, miras... sin que nada los separe porque todos ustedes están amando lo mismo, están viendo todo de la misma manera, no existe el cansancio, y el sueño no vendrá a turbar tu amor que es y será eterno.
Acuérdate e intercede por nosotros, tus amigos, que hoy con tu pascua decimos:
¡Señor, yo quiero creer! Para llegar a amar. Señor, yo quiero creer. Para poder alcanzar. Señor, yo quiero creer, porque quiero vivir, Tu vida, Contigo. Con Jesús mi amigo, con mi Madre María, con mis seres queridos, con tus Ángeles y Santos, contigo, Alfonso. Por siempre jamás, Amén, amén, Amén.


Puente Alto, 6 de diciembre del 20013
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