El arzobispo italiano pudo financiar el proceso en Australia contra Pell, según un informe Cecilia Marogna, la 'espía' de Becciu: "Él y yo no éramos los únicos que llevábamos ciertos negocios”
La mujer recibió 600.000 euros de fondos de la Secretaría de Estado con los que "construí una red de relaciones diplomáticas de alto nivel. Lo que también sirvió, por supuesto, para tomar información para tratar de liberar a los sacerdotes y monjas secuestrados en territorio difícil. Pero no robé un euro"
La 'lady De Winter' de Becciu desvela trabajos en zonas de máximo riesgo, como Oriente Medio, Uganda, Malí o Burkina Faso
Más enredos en la trama Becciu. Mientras en el interior del Vaticano se discute si se puede procesar o no a un cardenal (el italiano ha ‘renunciado’ a sus funciones, pero no a la birreta), salen a la luz nuevas filtraciones, que apuntan a una dura lucha de poder entre Becciu y Pell, que habría llevado al primero a financiar los procesos por pederastia en contra del cardenal australiano.
Según apunta ‘Australian Financial Review’, el abogado de Pell, Robert Richter, ha pedido una investigación oficial para dilucidar si Becciu pudo transferir un total de 700.000 euros del Vaticano a Australia, que pudo utilizarse para financiar a varios testigos o para ‘impulsar una campaña mediática’ contra Pell, finalmente absuelto, en el Supremo australiano, de su condena por abusos a menores y encubrimiento, y que la semana pasada volvió a Roma.
La 'espía' de Becciu
Por otro lado, Emiliano Fittipaldi ha entrevistado en las páginas de Domani a Cecilia Marogna, a quien muchos ya llaman la ‘espía’ de Becciu. No porque especulen con ninguna relación íntima, sino porque ha admitido haber recibido 600.000 euros de fondos de la Secretaría de Estado vaticana en los tiempos en que Becciu ejercía como Sustituto.
"No soy la sobrina del Cardenal Becciu o su dama secreta, estas son alusiones vergonzosas. He trabajado para el Vaticano, es verdad. Conocí al anterior sustituto hace cuatro años, y para la Santa Sede construí una red de relaciones diplomáticas de alto nivel. Lo que también sirvió, por supuesto, para tomar información para tratar de liberar a los sacerdotes y monjas secuestrados en territorio difícil. Pero no robé un euro", asegura Marogna en la entrevista.
Pese a todo, los investigadores vaticanos le siguen la pista, y sospechas que haya podido estafar (o ayudar a estafar) dinero de la Santa Sede (y del Óbolo de San Pedro) e, incluso, la acusan de haber creado una red diplomática paralela, al estilo de Lady De Winter (la espía del cardenal Richelieu en Los Tres Mosqueteros, de Alejandro Dumas).
Negociar secuestros de misioneros
Cecilia Marogna niega que actuara a espaldas de Roma: “Tengo una carta del cardenal autorizándome a viajar y a tener relaciones diplomáticas para ayudar a la Iglesia en un territorio difícil” asegura, revelando que “construí redes de alto nivel” en zonas de máximo riesgo, como Oriente Medio, Uganda, Malí o Burkina Faso, negociando en algunos casos la liberación de religiosos y misioneros secuestrados. “He hecho un mapa de las misiones, con análisis de datos sobre el territorio, algo que el Vaticano no había hecho antes”, afirma, admitiendo que el dinero también pasó por intermediarios en Somalia o Londres.
“Becciu y yo no éramos los únicos que llevábamos ciertos negocios” desvela a Fittipaldi la mujer, que niega haber utilizado ningún fondo vaticano para pagar rescates de misioneros secuestrados. “Estamos hablando de unos pocos cientos de miles de euros gastados en cuatro años. Y las transferencias que mi compañía recibió del Vaticano incluían mi salario. No soy un misionero, ¿verdad? Me pagan por el trabajo que hice”, subraya, admitiendo que conoció a Becciu en 2016.
“Luego vinieron serias crisis y secuestros. Le propuse que recogiera datos. Gasté el dinero que llegó directamente a los territorios. Y, por supuesto, también está mi compensación: no trabajo gratis. Pero con 600.000 euros no se pagan rescates. Hablemos de otras figuras”, termina, dejando en el aire muchísimas más preguntas.
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