Apertura de la asamblea general de las Obras Misionales Pontificias (OMP) El cardenal Tagle asegura que con la pandemia "hemos vuelto al corazón de la misión"
El cardenal Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, abrió la Asamblea Anual de las Obras Misionales Pontificias (OMP), que se está celebrando de forma digital del 1 al 3 de junio de 2021
A la cita telemática asisten los directores nacionales de las OMP de todos los continentes, junto con el presidente, los secretarios generales de las cuatro OMP y el encargado de la administración
Con la pandemia, ha destacado, "hemos vuelto al corazón de la misión, despertando la participación misionera en las familias, los hogares, las escuelas, las parroquias, los lugares de trabajo"
Deseó que volvamos "a las experiencias que nos quitan la palabra”, "al asombro". Los trabajos serán clausurados por el monseñor Giampietro Dal Toso el jueves, 3 de junio
Con la pandemia, ha destacado, "hemos vuelto al corazón de la misión, despertando la participación misionera en las familias, los hogares, las escuelas, las parroquias, los lugares de trabajo"
Deseó que volvamos "a las experiencias que nos quitan la palabra”, "al asombro". Los trabajos serán clausurados por el monseñor Giampietro Dal Toso el jueves, 3 de junio
(AICA).- Lo destacó el prefecto para la Evangelización de los Pueblos en la apertura de la asamblea general de las Obras Misionales Pontificias (OMP), que se están celebrando en forma digital.
“Durante el doloroso tiempo de la pandemia, no ha faltado nuestra misión de estar cerca de los que sufren”, expresó el cardenal Luis Antonio Tagle, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, al hablar en la apertura de la Asamblea Anual de las Obras Misionales Pontificias (OMP), que se está celebrando de forma digital del 1 al 3 de junio de 2021.
“Aunque hemos sufrido mucho como familia humana, sin embargo, la pandemia no nos impidió desarrollar nuestra actividad misionera”, destacó el cardenal Tagle.
A la cita, que este año también tiene lugar de forma digital debido a la pandemia, asisten los directores nacionales de las OMP de todos los continentes, junto con el presidente, los secretarios generales de las cuatro OMP y el encargado de la administración.
Los trabajos se abrieron con el saludo de bienvenida del arzobispo Giampietro Dal Toso, secretario adjunto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y presidente de las OMP, que introdujo la intervención del prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
“La acción misionera brota de una profunda espiritualidad, dijo el purpurado filipino y señaló que, la pandemia ha dado “una gran lección de humildad”, ya que muchos planes y programas pastorales no han podido realizarse y se ha producido “una reeducación para confiar en la Providencia y en la gracia del Señor”.
“Nos enseñaron que la oración es esencial para la animación y la actividad misionera, como vemos en Pauline Jaricot: la animación misionera no está separada de ser discípulos, amigos de Jesús, que nos envía a dar fruto”, ha reiterado el cardenal.
El cardenal Tagle señalado que las OMP no son sólo “un organismo recaudador de fondos”, sino que tienen la tarea de “despertar el espíritu misionero que está en el corazón del bautismo, por lo tanto, propio de todo bautizado”. Observando que, a menudo, el compromiso misionero queda relegado a un grupo de personas o sólo durante la Jornada Mundial de las Misiones, con la relativa colecta, el cardenal ha dicho que, con la pandemia, “hemos vuelto al corazón de la misión, despertando la participación misionera en las familias, los hogares, las escuelas, las parroquias, los lugares de trabajo”.
Recuperando esta vocación misionera de todo bautizado, “esto se traduce en actos de caridad misionera y de solidaridad hacia los pobres y los que sufren: la colecta se alimenta de esta caridad misionera”, explicó el cardenal Tagle.
Refiriéndose al filósofo y escritor francés Fabrice Hadjadj, invitó a la asamblea a reflexionar sobre la cuestión: “¿Cómo hablamos de Dios, cómo llevamos la Buena Noticia?” No es sólo una cuestión de técnica, actuación o estrategia para cautivar al público, señaló, porque si la evangelización se reduce a esto se convierte en propaganda, comunicación distorsionada, defectuosa o sólo retórica.
La comunicación misionera parte de la dimensión de la "missio Dei", “de Dios comunicándose con su pueblo, en una relación de amor”. “Dios se comunicó enviándonos al Hijo, la Palabra, el Verbo que se hizo carne”, de esta manera “ha hablado el lenguaje de la humanidad”, ha comentado, invitando a recuperar esta dimensión.
Y, antes de comunicar, deseó que volvamos “a las experiencias que nos quitan la palabra”, como las “del horror que sentimos ante el mal o ante un bien increíble, que supera nuestra capacidad humana”.
“La sensación de total incapacidad de reacción, el asombro”, comentó, “nos permitirá comunicarnos a través de la oración. La maravilla ante el bien prepara nuestra comunicación y cuando abrimos la boca es un verdadero canto de alegría, de esperanza, que el mundo necesita”, especialmente los jóvenes que hoy buscan la autenticidad y la credibilidad de los comunicadores.
El prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos concluyó invitando a todos a seguir “comunicando y contagiando a la gente con la belleza de la Buena Noticia”.
La Asamblea General de la OMP
Para la jornada de hoy, 2 de junio, se escucharon las intervenciones del padre Tadeusz Nowak, OMI, secretario general de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe, y la hermana Roberta Tremarelli, AMSS, secretaria general de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera.
El tercer y último día de trabajo, el jueves 3 de junio, será el turno del padre Guy Bognon, PSS, secretario general de la Obra Pontificia de San Pedro Apóstol, y del padre Dinh Anh Nhue Nguyen, OFMC, secretario general de la Pontificia Unión Misional.
Por último, se dará lectura al informe del Consejo de Finanzas y del encargado de la administración, monseñor Carlo Soldateschi.
Los trabajos serán clausurados por el monseñor Giampietro Dal Toso.
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