Entrevista con la Secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina Emilce Cuda: “El nombramiento de mujeres en la curia romana es algo que tiene que ser imitado en toda la Iglesia”

Foc Nou- En apenas veinte días han pasado por Barcelona dos mujeres con poder de decisión en la curia vaticana. En marzo, la religiosa francesa Nathalie Becquart, subsecretaria general del Sínodo de los Obispos, estuvo en la capital catalana para disertar sobre el liderazgo femenino en la Iglesia y en el mundo en el marco de la IV edición de la Tribuna Joan Carrera. Y a primeros de abril, ha sido la teóloga argentina Emilce Cuda, secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL), quien ha visitado la ciudad invitada por la Casa d’Espiritualitat Sant Felip Neri, donde ha impartido una conferencia titulada “El nuevo paradigma económico: la ecologia socioambiental”. 

La vida de esta mujer, esposa y madre de dos hijos veinteañeros, dio un vuelco hace poco más de un año al ser nombrada por el papa Francisco secretaria de este organismo dependiente del dicasterio de los Obispos y encargado de tender puentes entre el Vaticano y América Latina, entre América del Norte y América del Sur. “La llamada del papa me salvó la vida”, reconoce con humor. 

Actualmente, el despacho de Cuda se encuentra frente al río Tíber, donde, ante “una vista hermosa”, desempeña jornadas laborales que no entienden de horarios preestablecidos ni de días festivos. “Es un trabajo a tiempo completo, también de sábados y domingos, y consiste en recibir a todos los que vienen de América Latina, participar en reuniones con miembros de la curia y de otros dicasterios para organizar y acompañar proyectos y, sobre todo, transmitir el magisterio del papa Francisco”, detalla. 

Especialista en moral social, Cuda no está sola al frente de esa compleja labor. Le acompaña el laico mexicano Rodrigo Guerra, nombrado secretario de la PCAL en 2021. “Rodrigo y yo nos llevamos bien —admite la teóloga—, nos repartimos los temas porque venimos de países totalmente distintos y en cierto modo representamos dos extremos opuestos. Esto es importante porque en Latinoamérica, aunque estamos unidos en las diferencias, hay realidades distintas en función de cada país, y por tanto distintos modos de practicar el catolicismo y de comunicar el evangelio”.

Puentes entre norte y sur

La PCAL fue creada en 1958 a raíz del nacimiento del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), que reúne a todos los presidentes de las conferencias episcopales del continente y que en el momento de su creación supuso toda una novedad desde el punto de vista eclesial. PCAL nació con el fin de cuidar la evangelización en el continente, comunicarlo con la curia, función que se ha llevado a cabo de diferentes maneras durante las últimas décadas. “En esta última etapa —comenta Cuda— le hemos propuesto al papa tender puentes entre el sur y el norte. ¿Por qué? Porque es la comisión de América Latina, no de Sudamérica; entonces, si tomamos el concepto en el sentido cultural, hoy tenemos gran cantidad de latinoamericanos en el norte; y el tema de las migraciones, por ejemplo, es un problema de América Latina, que es de donde migran estas personas, pero también de América del Norte, porque es allí donde llegan y deben ser atendidos”. 

La PCAL también está trabajando desde hace algún tiempo por estrechar los lazos con África, cuyas realidades, según Cuda, son similares a las de América del Sur. Un enfoque del que está muy satisfecho el papa. “Él tiene un enorme interés por África, como ha demostrado en sus viajes a ese continente. Así que está muy contento de este vínculo creado por la PCAL entre América Latina y África, porque entre otras cosas este diálogo le está permitiendo escuchar de primera mano a la juventud. El mundo universitario, no solo las universidades católicas sino también muchas otras, tiene un gran compromiso con el magisterio del papa”, advierte.   

Mujeres en la curia: “¿Pura cosmética?”

Emilce Cuda forma parte del 23% de mujeres que trabajan en la curia romana. Además de la ya mencionada Nathalie Becquart, en los últimos años también han pasado a ocupar cargos relevantes en el gobierno de la Santa Sede la religiosa franciscana Raffela Petrini (secretaria general de la Gobernación de la Ciudad de Vaticano), la religiosa Alessandra Smerilli (secretaría del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral), o las catalanas Núria Calduch (Secretaria de la Pontificia Comisión Bíblica) y Margarita Bofarull (miembro ordinario de pleno derecho de la Pontificia Academia por la Vida). 

A pesar de esta creciente presencia femenina en el gobierno central de la Iglesia universal, todavía hay quien opina que estos cambios son “pura cosmética”. Algo con lo que Emilce Cuda no está de acuerdo. “Miremos cuál fue el papel de la mujer en la Iglesia durante dos mil años. Siempre hubo mujeres, por supuesto, pero estaban y están invisibilizadas. Yo era una mujer de la Iglesia, soy doctora en teología, trabajo en las universidades, he trabajado con cardenales, con obispos, pero ahora he tenido la alegría y la bendición —junto a algunas otras— de ser nombrada por el papa para un puesto donde se toman decisiones. Eso es un gesto, un gesto muy grande. ¿Qué más se puede pedir? ¿Que toda la curia se vuelva de golpe en una curia de mujeres?”, asevera. 

Para Cuda, esta tendencia de colocar mujeres en puestos relevantes no ha de quedarse en el Vaticano sino que ha de ser imitada en las conferencias episcopales, en las curias diocesanas y en las parroquias. “Francisco está pidiendo una Iglesia poliédrica, quiere ser un primus inter pares y acabar con aquella idea de que el Vaticano es una corte. Esto es muy importante. Está pensando en una estructura que sostenga a la Iglesia de verdad, no a las cuatro paredes que llamamos iglesia, que no son más que un templo”, concluye.