"Son las madres las que transmiten la fe, porque son capaces de hablar el lenguaje de Dios", indica en la catequesis Francisco, en la audiencia: "Comprometámonos no en chismorreos, sino en promover el bien"
Siguiendo con sus catequesis sobre el celo apostólico, el Papa centró su catequesis en la audiencia general de este miércoles, en la plaza de San Pedro, en la figura del "médico de los pobres", el beato venezolano José Gregorio Hernández Cisneros, nacido en 1864, y que, en palabras de Francisco, "a la riqueza del dinero prefirió la del Evangelio, gastando su existencia para socorrer a los necesitados
En su saludo a los peregrinos, al llegar el turno de los polacos, el Papa recordó que entre ellos había una delegación que había acudido en peregrinación con las reliquias de los nuevos beatos mártires de la familia Ulma, beatificados el pasado domingo
El Papa dirigió su pensamiento "a la población de Libia, víctima de las violentas lluvias que han provocado inundaciones, muchas muertes y heridos e ingentes daños materiales", así como "al noble pueblo marroquí, que ha sufrido este terremoto", y al que ya había recordado el pasado domingo tras el ángelus
El Papa dirigió su pensamiento "a la población de Libia, víctima de las violentas lluvias que han provocado inundaciones, muchas muertes y heridos e ingentes daños materiales", así como "al noble pueblo marroquí, que ha sufrido este terremoto", y al que ya había recordado el pasado domingo tras el ángelus
Siguiendo con sus catequesis sobre el celo apostólico, el Papa centró su catequesis en la audiencia general de este miércoles, en la plaza de San Pedro, en la figura del "médico de los pobres", el beato venezolano José Gregorio Hernández Cisneros, nacido en 1864, y que, en palabras de Francisco, "a la riqueza del dinero prefirió la del Evangelio, gastando su existencia para socorrer a los necesitados".
Tras hacer un sucinto recorrido por la vida del beato -en donde destacó que "son las madres las que transmiten la fe, que se transmite en el lenguaje de las madres, porque las madres son capaces de hablar el lenguaje de Dios"-, Francisco subrayó que la opción que eligió José Gregorio "nos estimula también en el compromiso delante de las grandes cuestiones sociales, económicas y política de hoy".
Y lo destaca precisamente en un tiempo en que "muchos hablan, muchos hablan mal, muchos critican y dicen que todo va mal. Pero el cristiano no está llamado a esto, sino a ocuparse, a ensuciarse las manos, sobre todo, como nos ha dicho san Pablo, a rezar, y después a comprometerse no en chismorreos, sino a promover el bien, a construir la paz y la justicia en la verdad", concluyó el Pontífice, destacando que ese fue el celo apostólico que llevó al beato José Gregorio a realizar su misión.
En su saludo a los peregrinos, al llegar el turno de los polacos, el Papa recordó que entre ellos había una delegación que había acudido en peregrinación con las reliquias de los nuevos beatos mártires de la familia Ulma, beatificados el pasado domingo.
Finalmente, el Papa dirigió su pensamiento "a la población de Libia, víctima de las violentas lluvias que han provocado inundaciones, muchas muertes y heridos e ingentes daños materiales", así como "al noble pueblo marroquí, que ha sufrido este terremoto", y al que ya había recordado el pasado domingo tras el ángelus.
Y, por último, y como es habitual, "pidió continuar rezando por la paz en el mundo especialmente en la atormentada Ucrania, cuyo sufrimiento está siempre presente en nuestra mente y en nuestro corazón".
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