(Vatican News).- Las profundas heridas de un pueblo, la angustia ante los cadáveres encontrados en las fosas comunes de Bucha, la necesidad de paz para calmar el dolor de quienes han vivido los horrores de la guerra. Estos son los temas que aborda
Monseñor Paul Richard Gallagher, Secretario para las Relaciones con los Estados, tras visitar la fosa común cerca de la iglesia ortodoxa de San Andrés, donde se exhumaron unos 100 cadáveres sin nombre, incluidos niños.
-Excelencia, hoy hemos visitado los lugares del martirio de Ucrania: alrededor de Kiev, Bucha, Irpen, Vorzel, todos lugares afectados y con grandes masacres; también ha podido ver los lugares de los entierros masivos, detrás de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana...
-Claramente, esta experiencia me conmueve profundamente, porque uno va a un pueblo, a Bucha, por ejemplo, supermoderno, moderno como todos los de Europa, y se encuentra con esta realidad, aquí se enterraron cientos de personas. No se puede imaginar... Luego vimos las imágenes en la cripta de la iglesia ortodoxa, las fotografías tomadas en el momento de la exhumación... esto, por supuesto, es desgarrador. Es un horror porque estas cosas fueron hechas por hombres a otros hombres, y hechas gratuitamente, hechas a civiles, hechas de una manera completamente bárbara. Y esto es verdaderamente un horror. Somos testigos de ello, del sufrimiento y el martirio de este país.
-¿Cómo es posible encontrar la paz en un país que ha visto todo esto?
Los ucranianos encontrarán la paz entre ellos, pero las heridas son profundas y se necesitará mucho, mucho más tiempo para encontrar la paz con Rusia, con las personas que han participado en este terrible conflicto, en esta guerra. Las heridas son profundas: es difícil hablar ahora de paz, de reconciliación, porque en el corazón de la gente el sufrimiento, las heridas son tan profundas que hay que dar tiempo.
Hay que dar tiempo, dejar que la gente hable, que exprese tantos sentimientos negativos hacia los demás. Por eso tenemos que rezar tanto, para que el Señor, que es realmente la única salvación, nos dé la gracia de curar estas heridas y que la gente pueda seguir adelante.
Una cosa que me ha tocado profundamente en estos días es con cuánto valor, con cuánta determinación el pueblo ucraniano está tratando de hacer de esta primavera que se ve en los campos y en los bosques y selvas, un renacimiento para este país. Están tratando de reconstruir, de limpiar, de restaurar las cosas, con gran espíritu, con gran valor. Y merecen todo nuestro aprecio y estima.
El jueves, en el segundo día de su visita a Ucrania, el Secretario para las Relaciones con los Estados vaticano se reunió en la Curia de la Archidiócesis de Leópolis con el alcalde de la ciudad, Andriy Sadovyi y con Maksym Kozytsk, gobernador de la administración estatal regional de Leópolis.
También le acompañaban el arzobispo metropolitano de Leópolis, Mieczysław Mokrzycki, el obispo auxiliar Eduard Kava y el embajador de Ucrania ante la Santa Sede, Andriy Yurash.
El Arzobispo Mokrzycki agradeció al Arzobispo Gallagher su visita y elogió la estrecha cooperación entre la Iglesia y las autoridades locales, especialmente en los esfuerzos para ayudar a las personas desplazadas. El arzobispo señaló que los ucranianos aprecian mucho las palabras del Papa Francisco en apoyo del fin de la guerra en Ucrania.
La misión universal del Papa de buscar el bien de todos
A continuación, el arzobispo Gallegher se dirigió a las autoridades civiles de Lviv, explicando el objetivo de su misión en Ucrania, y reiteró el afecto y el compromiso del Papa con el pueblo ucraniano. "Creo que mi presencia aquí sirve para tranquilizar a la gente", dijo. "El Papa tiene una misión universal. Debe tener en cuenta a todos los pueblos, siempre, y buscar su bien".
"Puedo asegurar que las afirmaciones [del Papa] sobre las atrocidades, sobre el sufrimiento en el país, de las que es consciente, son muy sinceras. Intenta con todas sus fuerzas defender al pueblo ucraniano, resaltar que tiene su libertad, que la integridad de este país ha sido violada"
La soberanía y la integridad territorial de Ucrania
El arzobispo Gallagher reiteró el deseo de la Santa Sede de ayudar a llevar la paz a Ucrania, respetando al mismo tiempo "el derecho soberano del pueblo ucraniano y de sus líderes" a decidir mediante qué negociaciones y acciones alcanzar la paz.
“En nuestros contactos con los otros siempre hemos afirmado que la Santa Sede sigue comprometida totalmente con la integridad territorial de Ucrania. Y eso es todo”
Testigo directo del sufrimiento de la gente
El arzobispo declaró que había constatado personalmente el "sufrimiento escrito en los rostros de las personas", así como de su miedo e incertidumbre sobre el futuro. "Cuando en cierto modo se tocan estas heridas con las propias manos", dijo, "entonces se comprende realmente la magnitud del sufrimiento de su gente y cómo éste merece todo nuestro apoyo y solidaridad".
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