EL secretario del Consejo de cardenales explica las claves de la Constitución 'Predicate Evangelium' Marcello Semeraro: "La reforma de Pío X duró 60 años, no sé si ésta durará otro tanto"
“El borrador de la reforma de la Curia se mandó, parta su consulta, a las conferencias episcopales y a algunas Universidades, como la Gregoriana”
“El Consejo de cardenales del mes de junio asumirá las propuestas y hará una redacción definitiva de la Constitución”
“La aprobación definitiva de la Constitución por parte del Papa se hará en este año, pero no el 29 de junio”
“El método de la consulta y de la escucha reciproca es ya un proceso de sinodalidad”
“Predicate Evangelium es un título provisional del boceto y, por lo tanto, puede permanecer o cambiarse”
“La aprobación definitiva de la Constitución por parte del Papa se hará en este año, pero no el 29 de junio”
“El método de la consulta y de la escucha reciproca es ya un proceso de sinodalidad”
“Predicate Evangelium es un título provisional del boceto y, por lo tanto, puede permanecer o cambiarse”
“Predicate Evangelium es un título provisional del boceto y, por lo tanto, puede permanecer o cambiarse”
Prestigioso canonista, el obispo de Albano, Marcello Semeraro fulge, desde los inicios, como secretario del exclusivo club del Consejo de Cardenales, en cuyas manos, el Papa puso, entre otras cosas, la reforma de la Curia. Y del horno del Consejo acaba de salir la Constitución 'Predicate Evangelium'. Monseñor Semeraro nos explica sus claves profundas y el iter que va a seguir hasta su aprobación definitiva por parte del Papa Francisco.
¿Monseñor, el C6 va a continuar trabajando, una vez que esté aprobada por el Papa la 'Predicate Evangelium'?
El Consejo de Cardenales es una realidad instituida por el Papa Francisco, con el objetivo principal de aconsejar al Papa en el Gobierno de la Iglesia universal. Éste es su cometido fundamental. Por lo tanto, se trata de una finalidad permanente. En sus reuniones de todos estos años, el Consejo de Cardenales ha estado especialmente dedicado trabajar para entregarle al Papa una propuesta sobre un proyecto de reforma de la Curia romana. Asimismo y siempre a petición del propio Papa, el Consejo de Cardenales le ofrece su opinión sobre las realidades concernientes a toda la Iglesia.
De hecho, el proyecto de constitución sobre la reforma de la Curia comenzó siendo algo secundario, para convertirse en el objetivo fundamental del Consejo de Cardenales. Una propuesta que el Papa nos hizo, porque, a su vez, había sido pedida en las reuniones del Precónclave.
El proyecto de reforma de la Curia está terminado y ha sido enviado a diversas instancias eclesiales
Así es. El proyecto está casi terminado. El Consejo le ha entregado al Papa un borrador de proyecto, después de hacer toda una serie de consultas antes y durante la elaboración del proyecto. De hecho, algunas cosas del proyecto ya se han puesto en marcha. Por ejemplo, algunos dicasterios, como el de 'Laicos, familia y vida', la 'Secretaría para la Economía' o la 'Secretaría para la Comunicación'. Todo esto, además de otras intervenciones, como las que el Consejo de Cardenales puso en marcha sobre la protección de los menores y otras muchas iniciativas que se fraguaron en el diálogo en el Consejo. Con todo esto, se está delineando el futuro de la Curia romana.
Ahora, estamos en la fase conclusiva de la etapa de la escucha. Es decir, el Consejo de Cardenales redactó un texto, pero, antes de entregárselo al Papa, quiso hacer una nueva consulta. Una consulta que se vuelve a dirigir a los dicasterios de la Curia, que son los primeros interesados, y, además, ahora, se le ha enviado a todas las instancias que han intervenido en el proceso, especialmente a las Conferencias episcopales.
¿A todas las Conferencias episcopales del mundo?
Sí, se mandó a todas y a las análogas realidades de las Iglesias orientales, asi como a otras instancias o Universidades competentes en derecho canónico.
¿A la Gregoriana, por ejemplo?
Por supuesto.
¿Y en España?
No recuerdo exactamente la lista de instancias a las que se ha enviado, pero creo que, además de la Conferencia episcopal, se ha enviado también a alguna Universidad. Es obvio que los presidentes de las Conferencias episcopales, que deberán expresar su opinión sobre el texto, se dirigirán también a los expertos y éstos se encuentran en las Facultades de Teología y de Derecho Canónico.
¿Cuánto tiempo tienen estas instancias para responder?
El Consejo de cardenales ha dado un plazo para enviar las respuestas, de tal forma que, en nuestra próxima reunión de la última semana de junio pueda tener ya en sus manos las propuestas y saber cuáles son las indicaciones más importantes. Después de la consulta se hará una redacción definitiva, para recoger las propuestas y que, en el Consejo de Cardenales del mes de junio, se puedan examinar todas ellas.
Una vez concluida esta labor, ¿el Consejo de Cardenales se seguirá reuniendo?
El Consejo de cardenales continúa. De hecho, ya están previstas fechas de reuniones para el mes de septiembre y de diciembre. Normalmente, al final del año, se establece un pequeño calendario, con fechas fijas en febrero, abril, junio, septiembre y diciembre. Con reuniones que duran tres días. Eso sí, las fechas fluctúan en función de los compromisos papales. Por ejemplo, la reunión del mes de septiembre se ha tenido que postergar, porque en esas fechas el Papa realizará un viaje a Mozambique.
¿El Papa le ha pedido al Consejo de Cardenales que pusiesen en marcha esta consulta?
Sí. El Papa sabe que existe este borrador, porque ha estado siempre presente en las reuniones, pero, oficialmente, al Papa no se le ha entregado. Sólo después de esta última consulta, el borrador de la propuesta se le entregará al Papa. Para que él decida, si tiene que ajustar, perfeccionar o cambiar lo que quiera. Eso es lo que le corresponde como Papa. Lo nuestro es una simple propuesta.
¿Todo ese recorrido hasta la probación definitiva del Papa cuanto tiempo durará?
Se espera que esto pueda hacerse durante este año.
¿Se podría publicar, entonces, la nueva constitución de la Curia el 29 de junio?
No. A finales de junio, en concreto los días 24, 25 y 26 de junio, el Consejo de cardenales se reunirá para examinar las propuestas que hayan llegado y, por lo tanto, está fuera de lugar pensar que el 29 de junio el Papa pueda firmar la Constitución. No existe un plazo. Tras la consulta, el Consejo de Cardenales hará su propuesta al Papa, y no se espera que la firme el día 29.
¿Todo este proceso es un claro ejemplo de sinodalidad activa?
El leit motiv de todo este proceso es, precisamente, la sinodalidad. Desde el discurso en el que el Papa pronunció la palabra sinodalidad, que es una palabra nueva, quiso indicar una mentalidad, un estilo y un método de trabajo que, después, se realiza concretamente a través de sus decisiones. En la Evangelii Gaudium, ya hay intervenciones del Papa sobre la sinodalidad. Ahora bien, fue en el discurso del 17 de octubre de 2015, cuando el Papa utilizó por vez primera la palabra sinodalidad y, por lo tanto, es la primera vez que esta palabra aparece en un texto oficial del Papa.
¿Y qué dijo en ese discurso?
En ese discurso, el Papa dijo que la sinodalidad comienza con la escucha recíproca. El método de la consulta es ya un proceso de sinodalidad y el método de la escucha recíproca es también sinodalidad. La sinodalidad exige, pues, escucha y, eventualmente, tomar decisiones, que es lo que hará el Papa respecto a la Constitución apostólica.
La Constitución apostólica es significativa desde el nombre: 'Predicate Evangelium'.
La tradición de los documentos eclesiásticos prescribe que se titule con las dos o tres primeras palabras en latín, que encierran el argumento del texto. Esto era una praxis medieval, cuando todavía no existían los medios de comunicación. Ahora, el título de los libros o de los documentos se destaca en portada y, a veces, no tiene nada que ver con el contenido de la obra. Antes se tenía mucho cuidado con esto y se dedicaba mucho tiempo a pensar las dos o tres primeras palabras que reflejasen bien el contenido del documento. Por ejemplo, si uno piensa en la 'Humanae vitae' se ve perfectamente que su argumento es la vida humana. Si uno escucha 'Evangelii Gaudium', entiende que se está hablando del anuncio del Evangelio.
¿Y en este caso de la Constitución apostólica?
También en este caso, cuando se pensó en un posible título, se barajaron diversas hipótesis. Después, nos decidimos por éste nombre, entre otras cosas, porque el Papa ya había publicado la 'Evangelii Gaudium' y esta temática de la evangelización la aborda también en otros documentos. Por eso, nos ha parecido que la Curia, según el Papa Francisco, debería caracterizarse también por esta impostación de evangelización y, por lo tanto, también de misión. Y, con la elección del título, se cubren esas característica.
¿Es el título final?
No, es sólo el título provisional del boceto y, por lo tanto, puede permanecer o cambiarse. Eso se verá en el documento final. Pero, hasta ahora, lo que se pretende con el título es subrayar que la Curia se sitúa en la perspectiva que Francisco quiere para toda la Iglesia. Porque, en la 'Evangelii Gaudium', el Papa escribe literalmente: 'Sueño con una transformación misionera de la Iglesia'. El título de la Constitución, traduce, pues, en cierto sentido, la intención del Papa, que es también quien decidirá si en el documento definitivo permanecerá el título.
¿Quizás también por eso el dicasterio de la Evangelización se va a colocar por encima de Doctrina de la Fe, antes llamada la Suprema?
Mire, en la propuesta, efectivamente, se postula esta prioridad, precisamente para ser coherentes con el tema de la evangelización. Den la exhortación 'Evangelii Gaudium', el Papa utiliza la expresión del 'primer anuncio de la fe'. Es obvio que un primer anuncio de la fe es diferente de la instrucción metódica sobre la doctrina de la fe. Es decir, uno se hace cristiano aceptando la buena noticia de la persona de Cristo, porque, como ya decía también Benedicto XVI, el encuentro con Cristo es el que decide la vida cristiana. Y, después, como en el enamoramiento, uno se enamora de una persona y, después, se la va conociendo en profundidad. Ésta es la diferencia entre el anuncio del Evangelio y, después, la instrucción sobre la doctrina y sobre lo que la vida con Cristo requiere, que hoy centra la tarea de la congregación para la Doctrina de la Fe.
¿Sin jerarquización, pues?
Hablar en términos de primero o de segundo dicasterio, iría contra la esencia de la 'Predicate Evangelium', porque el propio Jesús advierte, en le Evangelio, que el que quiera ser el primero sea el último. Por lo tanto, lo importante es asumir esta idea fundamental: que el objetivo de la primera evangelización es el encuentro con Cristo y, después de este encuentro, viene el conocimiento.
Pero, ¿cómo se traduce eso concretamente en la estructura?
Es obvio que estas ideas deben plasmarse en las estructuras, siguiendo las palabras de Cristo: 'Id por todo el mundo, predicad el Evangelio, bautizar y haced discípulos míos'.
¿Educación se une con Cultura?
Ésta es también una propuesta, que, a mi juicio, no debe llamar mucho la atención. La distinción entre las tradicionales congregaciones y los pontificios consejos instituidos por Juan Pablo II en la 'pastor bonus' tenía como objetivo distinguir las diversas realidades que tienen una cierta función de ayuda en el gobierno de la Iglesia de otras realidades que se centran preferentemente en el estudio. Y a estas realidades de estudio se les llamó consejos pontificios. Y, aunque jurídicamente eran iguales, en la práctica, parecía que las congregaciones eran organismos de primer plano, mientras los consejos pontificios lo eran de segundo nivel. Por eso, ahora, se les llama dicasterios a todos los organismos, para subrayar que todos son igualmente importantes.
¿Permanecerá en la Constitución definitiva la terminología de dicasterio?
Es probable que, tras las consultas, el Papa abandone la palabra dicasterio, pero el objetivo final de la reforma de la Curia es redimensionar los organismos vaticanos.
¿Cuántos dicasterios van a quedar en la Curia?
En la propuesta, son menos que las actuales congregaciones, pero no lo recuerdo con exactitud.
Volvamos a la unificación de Educación y Cultura
Suele distinguirse, incluso a nivel civil, entre los ministerios de Educación y de Cultura. Sin embargo, la Iglesia no es un Estado y, por eso, la propuesta es simplificar los organismos y no multiplicar entes, si no es necesario. Ahora bien, quien mira a la historia de la Curia romana sabe perfectamente que estos procesos de redimensión y adelgazamiento son siempre necesarios
¿Por qué?
Porque la Curia es una estructura de servicio y, por lo tanto, está organizada en la medida en que las cosas sirven para lo que sirven. Si, en la vida de la Iglesia, emergen nuevas perspectivas se subrayan nuevos aspectos y, a veces, se diferencian. Si, en otras circunstancias es mejor simplificar, se une. El que vea los comunicados que se han hecho durante todos estos años, el criterio es siempre el de la simplificación. Por eso nos pareció que pueden funcionar bien Educación y Cultura unidas.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que la actual Congregación para la Educación católica, hasta hace unos años, era Congregación para los seminarios y las instituciones de enseñanza. El Papa Benedicto XVI pasó la competencia sobre seminarios a la congregación del clero, asi como a ésta congregación le quitó la competencia sobre la catequesis y se le adjudicó al nuevo pontificio consejo para la promoción de la nueva evangelización. Es decir, cambios y redimensionamientos ya los hizo también Benedicto XVI.
¿Desaparece la CAL en la nueva Constitución?
No. La Pontificia comisión para América Latina desarrolló un servicio muy útil. Incluso hoy, desarrolla un labor muy importante. La cuestión es que la CAL forma parte hoy de la Congregación de los Obispos. La pregunta es si debe continuar dentro de Obispos o darle una configuración diferente. Además, si la CAL es tan útil, ¿por qué no pensar en algo similar para Europa?
Por ejemplo, el Papa suele subrayar a menudo que, en la religiosidad americana, tiene un puesto de relieve la piedad popular. Ahora bien, si somos sinceros, tenemos que convenir que, en Europa, la situación es muy diferente.
Si recuerda, Juan Pablo II convocó sínodos continentales para Europa, Asia, África...etc. En ese contexto, la CAL desempeñó un papel precioso. Llegados aquí, habría que preguntarse: ¿No sería deseable algo parecido para los demás continentes?
¿Todo queda, pues, pendiente de las respuestas de la consulta?
Efectivamente, no se trata de una cancelación, sino de una suspensión, para ver cómo potenciar la realidad de la CAL y para calibrar si, incluso, puede servir de modelo para otras realidades.
Se hace camino al andar
Eso es. Por eso, al Papa le gusta tanto la palabra proceso, caminar, ir adelante. Además, hay que tener en cuenta que la Curia es una estructura de servicio. La Curia, durante siglos, no necesitó cambios. La comenzó a cambiar Pío X, tras la pérdida de los Estados Pontificios. Tras el Concilio, era necesario revisar este instrumento, como hizo Pablo VI. Hoy, esta revisión es más necesaria, porque los cambios son muy rápidos.
¿Cuánto podrá durar esta reforma?
No lo sé. Dependerá de los cambios en la Iglesia, que vive en el mundo contemporáneo. Hoy, la evangelización es un cambio que se da en todo el mundo. Son, pues, los cambios del mundo los que determinan la forma de predicar, para que llegue el Evangelio. Por lo tanto, si la reforma de Pío X duró 60 años, no sé si está durará otro tanto.
¿Qué van a hacer con las personas que, en el proceso de fusión curial, se van a quedar sin sitio, como monseñor Fisichella o como el cardenal Ravasi?
Algunas de estas personas han alcanzado ya la edad que establecen las normas ya existentes, mientras los demás nombramientos se hacen por un plazo de cinco años. Pero, en definitiva, será el Papa el que tendrá que ver si coloca a las personas en estas nuevas realidades curiales o encomendarles otros encargos. Los curiales están en comisión de servicio.
¿Menos italianos en la nueva Curia?
No tengo datos muy claros, pero creo que no hay una prevalencia de los italianos, en contra de lo que suele decirse. Por ejemplo, en la comisión de Obispos, el prefecto es un canadiense y el secretario, un latinoamericano. O en la Congregación para las Iglesias orientales, el prefecto es un argentino y el secretario un ucraniano. O en Doctrina de la Fe, cuyo prefecto es un español y el secretario, un italiano. No estoy seguro de que en las figuras más importantes de la Curia prevalezcan los italianos. Incluso entre los Nuncios, cada vez hay más latinoamericanos, africanos o asiáticos.
Usted suele asegurar que el Papa “no quería ser un reformador”
Lo dijo el propio Papa en su respuesta a un periodista en 2014, aunque su frase exacta fue que él no pensaba en ser reformador, cuando fue elegido. Una vez elegido, recordó que en las conversaciones del precónclave los cardenales habían insistido en la reforma de la Curia, pero él no tenía el proyecto de reformar. Después, publicó la 'Evangelii Gaudium', que es un documento extraordinariamente reformador. Y, más adelante, lo dijo en términos de 'sueño'. Dijo que 'los jesuitas sueñan', pero lo dijo porque, en Italia, es muy conocida la intervención del fallecido cardenal jesuita Carlo Martini sobre su sueño de Iglesia.
¿El Cuerpo Diplomático también será reformado con la 'Predicate Evangelium'?
En el pontificado de Francisco no sólo se ha hablado mucho de los Nuncios, sino que, además, el Papa ya creó la Tercera Sección, dedicada a la formación de los Nuncios.
¿Veremos Nuncios laicos?
Creo que son los Estados los que quieren eclesiásticos, no el Papa. En la diplomacia, el eclesiástico suele ser el decano. En su reforma de la Curia, Pablo VI estableció que el papel de los Nuncios estuviese siempre muy relacionado con los obispos. En uno de sus discursos a la Curia romana, el Papa Francisco utilizó, para dirigirse a los diplomáticos de la Santa Sede, la imagen de la 'antena'. Decía que la Curia romana debe ser una antena que capta y transmite. Los Nuncios deben tener, pues, una función en el seno de la vida de la Iglesia, que va mucho más allá de la función de recoger las indicaciones para le nombramiento de los nuevos obispos. Algunos creen que, por esta razón, es preferible que el Nuncio sea un eclesiástico. Pero éstas no son cosas por las que la Iglesia caiga o permanezca en pié. Eso no excluye que los Nuncios ante otros entes, como la Fao, pueda ser un laico o una laica.
¿Van a entrar nuevos miembros en el Consejo de Cardenales?
El Papa eligió a los miembros del Consejo en relación con los continentes. Durante estos cincos años, la situación ha cambiado un poco. El tiempo ha pasado para todos. Errázuriz era ya emérito, cuando fue elegido, y, por lo tanto, ha superado la edad. Y lo mismo, el cardenal Monsengwo...
Mientras tanto, entró a formar parte del Consejo el Secretario de Estado, el primer colaborador del Papa. Además, se estaba hablando de la Curia y parecía oportuno contar con su opinión. Por el momento, el Papa optó por no introducir nuevas voces en el Consejo, para no complicar los trabajos de conclusión de la reforma de la Curia. Y, de hecho, el cardenal Bertello, ha permanecido en el Consejo, a pesar de haber cumplido la edad, porque es el presidente del Gobernatorato y, como tal, sigue en el cargo. Y el cardenal Maradiaga, aunque también ha llegado al límite de edad (y aunque no los aparenta), sigue siendo el coordinador. Imagino que, cuando haya terminado esta fase el Santo Padre verá la forma de remodular el Consejo. Lo que sí está claro es que, en la mente del Papa, el Consejo es una realidad que no está vinculada con la reforma de la Curia.
¿Son amigos entre ustedes, en el Consejo?
Yo diría que sí. Yo, como secretario, a algunos los conocía ya antes, al igual que conocía al Santo Padres desde el 2001. En el Consejo, hay un clima de mucha fraternidad y de mucha amistad. Yo me encuentro muy a gusto con los señores cardenales y espero que ellos también se encuentren a gusto conmigo.
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