El sueño que indica la dirección del marcha
En Fratelli tutti, afirma el presidente de la APSA, Francisco es centinela y pontífice, es decir, constructor de puentes: escudriña la noche "para que nadie se vea abrumado por la oscuridad", pero al mismo tiempo "empuja la modernidad más allá de sí misma, prospectando un sueño". Un sueño que, observa, no es una utopía, sino que es "una visión capaz de orientar, de indicar una dirección de marcha".
La concreción de nuestro mundo es el telón de fondo del pensamiento del Papa que entra en diálogo, observa el ponente, con el principio que está en la base de la modernidad, el lema de la Revolución Francesa: liberté, égalité, fraternité para destacar la cancelación en los hecbos "de la fraternidad del léxico político-económico". Pero sin una voluntad política de fraternidad, señala la encíclica, "la misma libertad se estrecha, resultando más bien una condición de soledad". Del mismo modo, subraya Monseñor Galantino, "la igualdad sin fraternidad sigue siendo un valor abstracto".
No debilitar la dimensión comunitaria
El presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica recuerda cómo la pandemia nos ha llevado a considerarnos "todos en el mismo barco" y con necesidad de "abrirnos al mundo", pero que abrirse al mundo no significa, tal y como lo entienden la economía y las finanzas, "abrirse a los intereses extranjeros y a la libertad de las potencias económicas para invertir sin vínculos ni complicaciones en todos los países". Como señala la encíclica, esto debilita la dimensión comunitaria de la sociedad humana en beneficio de los mercados y hace más frágil la propia política frente a los "poderes económicos transnacionales". "Hacer creer que el bien común y el individualismo pueden convivir fácilmente es el engaño de este virus", afirma Galantino, destacando cómo Fratelli tutti representa "una crítica fuerte y precisa del liberalismo económico".
Una economía que deja sin aliento
Monseñor Galantino señala que se trata de "un aparato financiero que no sólo está agotando el ecosistema mundial, sino que también le quita vida y aliento". Para el presidente de la APSA, la encíclica va más allá de la denuncia y, al introducir el principio de fraternidad, da "una base antropológica, ética y espiritual a todo proceso de renovación y cambio".
El documento reconoce, sin embargo -agrega Galantino-, que ningún cambio de rumbo será posible si los operadores financieros carecen de la motivación interna que da sentido a la acción. Y se pregunta: "¿qué hábito virtuoso hay que cultivar y coserse encima para dar un rostro a la fraternidad en el mundo de las finanzas, a menudo descrito como un mundo de tiburones?".
La sugerencia del Papa Francisco, siguiendo la estela de Benedicto XVI, es la recuperación de la virtud de la confianza también en este campo. La confianza para el Papa, señala Galantino, es una expresión de fraternidad y continúa: "de la fraternidad surge una nueva ética que, al tiempo que se compromete a trabajar conjuntamente para cerrar los refugios fiscales, evita las evasiones y el blanqueo de dinero que roban a la sociedad", lo que permite sentar "las sólidas bases de una nueva arquitectura financiera internacional".
Pensar y actuar como hermanos
La política también tiene la tarea de acompañar y promover esas "pequeñas semillas" que pueden hacer brotar "una economía equitativa y beneficiosa", afirma asimismo Francisco. Y estas semillas son muchas, afirma el presidente de la APSA, citando algunos nuevos modelos económicos que atenúan las desigualdades sociales y ponen a la persona en el centro: "la responsabilidad social corporativa, las fundaciones corporativas, la inversión de impacto, las empresas sostenibles, los fondos de inversión sostenibles, la economía verde, los bonos de impacto social, los acuerdos de crédito cooperativo, los microcréditos, etc...".
El discurso de Monseñor Galantino termina con una invitación a aprovechar la oportunidad de cambio que nos ofrece este periodo histórico concreto. Esta oportunidad", subraya, "no puede nutrirse sólo de algoritmos, previsiones y leyes, sino que necesita algo que nos motive y mueva al compromiso". La encíclica del Papa Francisco nos recuerda: pensar y actuar como hermanos es posible.