No comparte la tesis "alarmista" que afirma que el texto rompe con la tradición Ouellet se desmarca de los ultras: "Hay que leer 'Amoris laetitia' con receptividad al magisterio papal"
(Cameron Doody).- "Amoris laetitia se merece mucho más atención en sí misma más allá del debate público sobre los puntos disputados" en su capítulo octavo. De esta forma, el Prefecto de la Congregación para los Obispos, el cardenal Marc Ouellet, se ha desmarcado de los purpurados, obispos y laicos que se han amotinado contra el Papa Francisco en las últimas semanas, afirmando a su vez que la exhortación apostólica sobre el amor en la familia "hay que leerla en un espíritu de conversión pastoral" y con "receptividad al magisterio papal".
Hablando a los ochenta obispos y eparcas de la Iglesia canadiense, y según lo recogido por el CNS, el cardenal Ouellet sostuvo que aunque el escrito papal fruto de los dos Sínodos sobre la Familia "no señala ningún cambio a la doctrina o a la disciplina sacramental", sí representa un planteamiento pastoral que toma en cuenta "el bien de la persona", y eso según las circunstancias de cada cual.
Pero a partir de allí hay interpretaciones de la exhortación que son "alarmistas" o "permisivas", advirtió el purpurado. Las primeras lamentan que Amoris laetita sea "una ruptura con la tradición", mientras que las segundas celebran el acceso que el escrito ofrece a los divorciados y vueltos a casar. Estos dos tipos de lectura, no obstante, no son del todo "fieles al texto y a las intenciones del pontífice".
Que el cardenal Ouellet no sea partidario de las interpretaciones "permisivas" del escrito papal no es de sorprender, pero sí lo es el hecho de que este purpurado curial -no exactamente proclive al "progresismo"- no respalde a los católicos ultras que piensan precisamente que Amoris laetitia sí representa "una ruptura con la tradición". La razón por la que Ouellet no se suma a la sedición obedece a su convicción de que la exhortación "se merece mucho más atención en sí misma más allá del debate público sobre los puntos disputados".
De hecho, como bien recuerda Ouellet, el propio Papa identificó como el centro de su documento no el controvertido capítulo ocho, sino los capítulos cuatro y cinco. Como tal, Amoris laetitia "tiene que leerse en su totalidad" para entender "los límites y alcance de las orientaciones pastorales" que contiene, y mucho menos hacer "críticas muy a menudo sacadas de su contexto", opinó el cardenal canadiense.
Solo leyéndola en su totalidad, concluyó Ouellet, se puede entender la conversión pastoral que propone a la Iglesia La alegría del amor. Y solo entendiendo el carácter de esa conversión en términos de acompañamiento, discernimiento y acogida puede la Iglesia adoptar la actitud de "bienvenida, escucha, diálogo y misericordia" tan urgente y necesaria no solo en Canadá, como observa Ouellet, sino en el mundo entero.