El Papa agradece la labor de los miembros de la Inspección de Seguridad Pública del Vaticano Francisco: "Atravesar la Puerta Santa no es un acto mágico, es signo de novedad de vida"
En la tradicional audiencia de inicio de año, el Papa agradeció a los directores y al personal de la Inspección de Seguridad Pública del Vaticano el trabajo realizado con «prontitud y valentía» para proteger a la Santa Sede y a los peregrinos
"Atravesar la Puerta Santa no es un acto mágico -no, no lo es-, es un símbolo, un símbolo cristiano -Jesús mismo dice: «Yo soy la puerta»-, un signo que expresa el deseo de volver a empezar, y ésta es una hermosa sabiduría"
(Vatican News).- Discretos pero alertas, porque «el ser humano herido por el pecado hace indispensable el trabajo de las fuerzas públicas puestas al servicio del bien común de toda la comunidad, que disponen de los instrumentos adecuados para contrarrestar y detener a quienes están a punto de cometer delitos y crímenes».
Esta es una de las consideraciones con las que el Papa reconoce con gratitud el valor del trabajo cotidiano realizado por los responsables y el personal de la Inspección de Seguridad Pública del Vaticano, recibida esta mañana, 23 de enero, como al inicio de cada año.
Es una tarea, la suya, siempre exigente -lo sé-, que requiere disponibilidad y valentía y que la mayor parte del tiempo se lleva a cabo con discreción, sin que se note, pero que requiere abnegación, atención a cada detalle, paciencia y voluntad de sacrificio. La seguridad, de hecho, es un bien invisible de cuya importancia nos damos cuenta precisamente cuando, por alguna razón, falta, y que se construye en el compromiso continuo e inteligente de vigilancia, noche y día, todos los días del año.
En su discurso de apertura, al dar las gracias a sus invitados, Francisco había hablado del Jubileo invitando a «aprovechar la Puerta Santa abierta en la noche de Navidad» en la Basílica de San Pedro y las abiertas en las otras basílicas papales de Roma. Una invitación acompañada de una aclaración universal, dirigida tanto a los cristianos como a los no creyentes:
Atravesar la Puerta Santa no es un acto mágico -no, no lo es-, es un símbolo, un símbolo cristiano -Jesús mismo dice: «Yo soy la puerta»-, un signo que expresa el deseo de volver a empezar, y ésta es una hermosa sabiduría: volver a empezar, cada día volver a empezar. Siempre dando un paso adelante. El deseo de renovarse y dejar que Dios te encuentre. Y los que quizá no reconocen que tienen el don de la fe, que aprovechen también este Año Jubilar para avanzar.
La audiencia terminó con otro agradecimiento de Francisco y una oración por las mujeres y hombres de la Inspección y sus familias.
Y cuando los domingos mis secretarios van a visitarlos para llevarles chocolate o algo así, es un gesto simbólico, un gesto que expresa mi cercanía.
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