El Papa les invita a "tratar a los demás con el mismo cuidado con el que les gustaría ser tratados" Francisco, a los cirujanos: "Sean artesanos de la salud, custodios de la vida"

El Papa, con los cirujanos
El Papa, con los cirujanos Vatican Media

Francisco se encuentra con los participantes en el Congreso Nacional de la Sociedad Italiana de Cirugía, titulado "El futuro del cirujano – el cirujano del futuro", que tuvo lugar en Roma

"Incluso cuando una persona no puede sanarse, siempre puede curarse, para que nadie sea considerado o se sienta descartado", ha dicho el Papa

(Vatican News).- “Ver con amor, sentir compasión, acercarnos y cuidar”, siempre, porque “aunque una persona no pueda sanar, siempre podrá curarse”. Así nos convertimos en "artesanos de la salud" y "guardianes de la vida de quienes sufren".

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Es la misión que el papa Francisco confía a los cirujanos de Italia que, desde el 13 de octubre hasta el miércoles 16, participan en el 126º Congreso Nacional de la Sociedad Italiana de Cirugía en Roma. El Pontífice los recibió por la mañana en la pequeña sala del Aula Pablo VI, antes de la audiencia general en la Plaza de San Pedro. “El futuro del cirujano – el cirujano del futuro” es el tema del evento. “¡Un hermoso tema!”, observa el Papa, y de ahí parte su discurso: “Quien habla de futuro, habla de esperanza, de proyecto, de compromiso”, afirma. Luego subraya que el de los cirujanos es un trabajo "precioso" para el hombre, una criatura "hermosa" pero "frágil" y "muy vulnerable".

El hombre en su totalidad

Por este motivo, subraya el Pontífice a los médicos, "es importante que su estilo sea siempre humano y profesional, el de quien se ocupa de los que sufren, para que ante todo lo tomen en serio, aunando competencia y ética en todas sus intervenciones, según la cultura de la salud, que es un servicio a la persona en su integridad".

“Pensar en el futuro del cirujano a partir de una cultura de dedicación a su hermano, especialmente si es pobre y marginado. Siempre es el hombre quien vive y muere, quien sufre y sana, no sólo sus órganos o tejidos”.

El riesgo de perder la vocación

Al contrario, advierte el papa Francisco, "existe el riesgo, incluso para los médicos, de perder su vocación, quedando fuera de esa alianza terapéutica, que sitúa al enfermo o al herido en el centro". De hecho, la medicina moderna tiende a centrarse mucho en la dimensión física del hombre, en lugar de considerarlo en su totalidad. “Pero así el cuerpo se convierte en un objeto desnudo de investigación científica y de manipulación técnica, en detrimento del paciente, que pasa a un segundo plano. ¡En cambio, la ciencia es para el hombre, no el hombre para la ciencia! Una ciencia humana", subraya el Papa.

La "mano" del cirujano, antes que las tecnologías

Quien sigue observando la actualidad y, por tanto, las numerosas tecnologías nuevas, sobre todo la inteligencia artificial, que utiliza la cirugía, recomienda "nunca olvidar que nada puede ignorar la 'mano' del cirujano": "Cirugía significa 'operación' realizada con el mano', 'operación de la mano'. Y es exactamente así: para curar, los cirujanos deben herir, incidir, cortar. Por eso, cuando tengan en sus manos el cuerpo humano, creado a imagen de Dios, actúen como 'artesanos de la salud', tratando a los demás con el mismo cuidado con el que les gustaría ser tratados a ustedes".

Formación humana, científica, psicológica

“Reflexionen – anima el Papa a los especialistas – sobre los gestos que, como profesionales, pueden poner en práctica juntos, en equipo con sus cooperadores, y no teman en promover, especialmente entre los jóvenes, una relación humana y científica, tecnológico y psicológico: de aquí vendrán las mejores características de los futuros cirujanos".

“Por eso los invito a ser guardianes de la vida de quien sufre, custodios de la vida de quien sufre. Incluso cuando una persona no puede sanar, siempre se le puede tratar, para que nadie sea considerado o se sienta como un descarte”.

El icono del Buen Samaritano

En este sentido, el Papa regala a los participantes del congreso de la SIC "un icono que puede inspirar el futuro de su profesión": el icono de Jesús, médico de las almas y de los cuerpos narrado en la parábola del Buen Samaritano. “En él – explica Francisco – quien cuida ve y se detiene sin prisa: tiene compasión de quien encuentra, se acerca a ellos y venda sus heridas. Ya ven, él tiene compasión, se acerca y venda sus heridas". Con estas actitudes, "todo buen médico se convierte en prójimo del paciente".

Los dones de los médicos

Con motivo de la audiencia, el presidente de la Sociedad Italiana de Cirugía, Massimo Carlini, donó al Pontífice una placa conmemorativa, junto con una túnica, un pantalón y un gorro de médico en el quirófano con el logo de la SIC y la inscripción Papa Francisco: símbolos de dedicación y compromiso que caracteriza la misión de los cirujanos cada día. “Un gesto – leemos en una nota – que representa la unión entre ciencia y humanidad, uniendo el mundo del cuidado con el de la espiritualidad”.

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