Liturgia del 2º DOMINGO NAVIDAD 2025 (C)
Propósitos del Año Nuevo:
- Quiero salir de mi"acrítico sometimiento a lo establecido" y buscar la LUZ que viene del Creador por el fondo de cada ser humano.
- Quiero dejar de practicar y proponer una errónea"religión pasiva" en la que todo se le cuelga a un imaginario "dios perchero".
- Quiero salir de la idolatría a la"Gran Marioneta", en la que hemos convertido a un Dios Eterno e Inmóvil, intentando moverle como a una máquina, con las palancas de un falso "poder de la oración" renunciando a nuestras responsabilidades autónomas.
- Quiero descubrir, por fin, laAUTONOMÍA y LIBERTAD con que fui creado y convencerme de la evidencia de que en este mundo TODO son CONSECUENCIAS de mis decisiones y no de unos supuestos "planes divinos".
- Quiero convencerme de que no estoy solo en el ejercicio de mi"autonomía y libertad" sino que el Creador me ilumina e impulsa desde DENTRO de mí, única forma que tiene de intervenir en este mundo nuestro.
- Renunciaré a creer en la magia de laVOLUNTAD de Dios más allá de las "leyes de la Naturaleza" ya dictadas a nuestro favor desde la creación.
- Me alejaré de la confusa y antiquísimaTorre de Babel en la que gira y gira la "teología oficial" con sus errores tallados en granito.
- No me dejaré someter por"gurús excelsos y prepotentes" que a sí mismos se proclaman "delegados de Dios" y buscaré la LUZ que mana en mi interior e ilumina mi "conciencia profunda". Una legión de mártires y la cruz de Jesús me preceden.
- Me adheriré a la LUZ de otros seres humanos, sin acepción de personas, convencido de que el"reino de Dios" está en el interior de todos los creados a su "imagen y semejanza".
- Me declararé cristiano y, por tanto, seguidor de la LUZ de Jesús de Nazaret, unREBELDEcontra todo mal, en especial de la sometedora manipulación religiosa que lo ha convertido en irracional "víctima expiatoria" de un no menos irracional "dios sádico".
¡¡ Mucha LUZ, mucha constancia y mucha libertad para avanzar en el Camino !!
Jairo
2º DOMINGO NAVIDAD 2025 (C)
El amor permanente y entrañable de Dios Padre, que nos habita y sostiene, la presencia luminosa de Jesús Resucitado, su Luz y el impulso de su Espíritu ESTÁN con todos vosotros.
Y con tu Espíritu
MONICIÓN DE ENTRADA
Celebramos la Eucaristía, en un clima navideño, en el que hemos recordado el nacimiento de Jesús, el estreno de un nuevo año, y en la fiesta de María, Madre de Jesús. Y nos hemos comprometido por la paz del mundo. A lo largo de nuestra vida, y hoy más que nunca, lo fundamental es amar y sentirnos amados, tener buenos sentimientos, ser transparentes y siempre reaccionar con bondad, respeto y tolerancia. Jesús vino para que en el mundo haya vida, y para que esa vida sea feliz para todos.
Con estos sentimientos comenzamos la Eucaristía.
ACTO DE RECONOCIMIENTO
En estos primeros compases del nuevo año damos gracias a Dios por su presencia, por los dones y cualidades que nos ha dado y nos comprometemos a ponerlos a producir en la extensión de su Reino interior que mediante nuestro manso rebosar se expande a nuestro alrededor.
Gracias Señor por el don de la Paz, la interior que nos da tu presencia y la exterior que tenemos que construir todos juntos. Nos comprometemos a vivirla cada día diciendo. Nos comprometemos Señor
Gracias Señor por el don de la Alegría, la alegría de sentirnos queridos por Tí, la alegría de querer y sentirnos queridos por los hermanos. Queremos vivirla cada día por eso decimos. Nos comprometemos Señor
Gracias Señor por los dones de la Bondad y la Ayuda queremos vivirlos preocupándonos de nuestro desarrollo personal y de ayudar a los demás en todo lo que podamos. Por eso decimos. Nos comprometemos Señor
Dios Padre amoroso TIENE siempre misericordia de nosotros, conoce nuestras limitaciones y nos guía de su mano a la vida eterna.
GLORIA
Gloria a Dios en el cielo…
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS...
Tú que quitas el pecado del mundo, TÚ ATIENDES NUESTRAS SÚPLICAS…
Tú que estás sentado a la derecha del Padre, TÚ TIENES PIEDAD DE NOSOTROS…
ORACIÓN COLECTA
VINISTE AL MUNDO, SEÑOR
Y, sin comprenderlo ni entenderlo muy bien, sólo sabemos que ha merecido la pena, que estamos menos solos que antes, que nuestra soledad es la tuya y que nuestras inquietudes, ya desde pequeño,
van contigo en ese rostro que, hoy por amor y en el calvario con pasión, mira al hombre desde el amor.
VINISTE AL MUNDO, SEÑOR
Y en el silencio, sigue hablando tu amor. Y en la oscuridad, sigue brillando la estrella. Y en el portal, sigues esperándonos. Y en la humildad, sigues enseñándonos el camino preferido para encontrar a Dios.
VINISTE AL MUNDO, SEÑOR
Para hacernos redescubrir el encanto de creer y el encanto de amar, la ilusión de esperar y la alegría de vivir.
VINISTE AL MUNDO, SEÑOR
Y, por venir hasta nosotros, nos sentimos afortunados y dichosos: ¡Nunca nos había ocurrido algo parecido! ¡Deja que sigamos adorando tu divinidad!
¡Permite que te dejemos los dones de nuestra fe, esperanza y caridad!
¡VINISTE AL MUNDO, SEÑOR!
Y, desde que has llegado, este mundo ha encontrado una ventana que nos abre de nuevo a la esperanza y a la paz. Gracias, Señor.
¡HAS VENIDO Y NOS BASTA!
Lectura del libro del Eclesiástico 24, 1-2. 8-12
La sabiduría hace su propia alabanza, encuentra su honor en Dios y se gloría en medio de su pueblo.
En la asamblea del Altísimo abre su boca y se gloría ante el Poderoso.
«El Creador del universo me dio una orden, el que me había creado estableció mi morada y me dijo: “Pon tu tienda en Jacob, y fija tu heredad en Israel”.
Desde el principio, antes de los siglos, me creó, y nunca más dejaré de existir.
Ejercí mi ministerio en la Tienda santa delante de él, y así me establecí en Sión.
En la ciudad amada encontré descanso, y en Jerusalén reside mi poder.
Arraigué en un pueblo glorioso, en la porción del Señor, en su heredad»
Salmo 147
R/. El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros
Glorifica al Señor Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión.
Que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti. R/.
Ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz. R/.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos. R/.
Lectura de la carta del apóstol San Pablo a los Efesios 1, 3-6. 15-18
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.
Él nos eligió en Cristo, antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.
Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.
Por eso, habiendo oído hablar de vuestra fe en Cristo y de vuestro amor a todos los santos, no ceso de dar gracias por vosotros, recordándoos en mis oraciones, a fin de que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos.
Lectura del santo evangelio según san Juan 1, 1-18
R/Gloria a ti, Señor.
En el principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.
La Palabra estaba en el principio junto a Dios.
Por medio de ella se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de cuanto se ha hecho.
En la Palabra estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.
En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
Pero a cuantos la recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.
Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.
Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan da testimonio de él y grita diciendo:
«Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».
Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.
Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos han llegado por medio de Jesucristo.
A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.
Palabra del Señor
R/Gloria a tí Señor Jesús
HOMILÍA
Dios es palabra, apertura, diálogo, comunión permanente, comunicación gozosa.
Hemos recibido la Palabra y el don de la palabra por el que podemos compartir nuestros sentimientos, nuestras ilusiones y esperanzas, nuestra fe.Con ella podemos decir, escribir y cantar palabras que nos acercan a Jesús y a los demás.
Que el valor, la fuerza, la belleza, el compromiso de nuestras palabras sea siempre un reflejo, una participación de la Palabra.
La Palabra es vida, luz para el camino.
La oscuridad expresa la mentira, el egoísmo, la insolidaridad.La luz es lo relativo a la vida, la verdad, la justicia, la acogida, el amor.
Jesús es la luz que ilumina las tinieblas. Ninguna oscuridad podrá sofocarla.
Pero hace falta creerle. Fiarnos más de sus criterios que los criterios del mundo; admitir en lo más hondo de nuestro ser que es más dichoso el que comparte que el que acapara, el que sirve que el que se deja servir, el misericordioso que el implacable, la víctima que el verdugo, el que abre sus ventanas de par en par a la luz, que el que se encierra a cal y canto en sus tinieblas.
Jesús sale a nuestro encuentro, viene a nosotros, a veces como menos lo esperamos, cuando menos lo esperamos. La acogida de la Palabra nos capacita para ser sus hijos, para anhelar la felicidad, para soñar con la fraternidad, para construir una vida más humana.
A esa gracia respondemos sintiéndonos hermanos de los demás.
El texto nos invita a ver, conocer, agradecer, contemplar, el Misterio de la Encarnación y a ser testigos de ello.
Como Juan, somos enviados para dar testimonio,“porque de su plenitud todos hemos recibido”.
La Encarnación nos enseña que a Dios sólo podemos encontrarle entre las personas, con las personas, en las personas.
Si Dios ha acampado entre nosotros, el encuentro con Dios sucede en el mundo.
Dios está cerca, se le puede escuchar y sentir. Respira nuestro aire, camina con nosotros. Está en nuestra carne, en nuestra impotencia, en nuestro dolor, en nuestras alegrías, anhelos y esperanzas. Se hace presente en toda nuestra vida y en todos los acontecimientos de nuestra historia. La experiencia humana ya es experiencia de Dios. Todo rostro humano se ha convertido en rostro de Dios.
Cuando me acerco a una persona, la acojo, la ayudo, la trato con amor, ahí me estoy encontrando con Dios. “A mí me lo hacéis”.
Amar a los demás, como Dios nos ama, es perfumar y dar alegría a sus vidas y a las nuestras.
CREDO
Sacerdote.- ¿Creéis en Dios, que es nuestro Padre, que ha hecho todas las cosas y nos cuida con amor?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en Jesucristo, que ha puesto su Morada entre nosotros, para hacernos conocer a Dios Padre?
Todos.- Sí, Creemos.
Sacerdote.- ¿Creéis en el Espíritu Santo que vive entre nosotros, y anima a la Iglesia y a todos para hacer un mundo mejor?
Todos. Sí, Creemos.
Sacerdote: ¿Creéis en la resurrección y en la Vida eterna, que ya comenzamos a disfrutar aquí y disfrutaremos plenamente al final de nuestro camino por esta vida?
Todos. Sí, Creemos.
ORACIÓN UNIVERSAL
La Palabra se ha hecho carne, ha acampado entre nosotros. Nos habita la Palabra, somos Palabra encarnada; como Jesús poseemos la Vida en plenitud dentro de nosotros. Oremos diciendo
Somos Palabra encarnada
- Anhelamos que la Iglesia sea Palabra encarnada, invitación y propuesta siempre de Vida, llamada al servicio de los más desfavorecidos y referencia de misericordia.
Somos Palabra encarnada
- Deseamos tomar conciencia de que en nosotros está la llamada a ser en plenitud, a favorecer el crecimiento de toda la humanidad que nos habita.
Somos Palabra encarnada
- Nuestras comunidades parroquiales y religiosas serán espacios de acogida para todos los que necesitan una palabra de aliento, un abrazo de paz, una mano que acompañe.
Somos Palabra encarnada
- Queremos ser Palabra encarnada en lo de cada día, compartiendo tiempo, bienes, y vida especialmente con los que hemos situado en los márgenes de nuestro mundo.
Somos Palabra encarnada
- Deseamos que nuestros hogares sean escuelas de Vida comprometida con los demás: con las personas mayores, con los enfermos, con los que viven en soledad, con los que sufren el paro
Somos Palabra encarnada
Padre bueno, la celebración de este tiempo de Navidad despierta en nosotros la conciencia y el compromiso a ser Palabra encarnada: luz que alumbra y llama a la Vida. Gracias por Jesús tu Palabra de Vida que vive por los siglos de los siglos. Amén
En el momento de presentar la OFRENDA de toda la Iglesia, oremos a Dios Padre Misericordioso
El Señor reciba de tus manos esta OFRENDA…
ORACIÓN OFRENDAS
Junto con el pan y el vino, recibe Señor, estas ofrendas nuestras que simbolizan el trabajo y nuestra entrega. Lo mismo que los pastores fueron tus primeros amigos en Belén, también nosotros sepamos ayudarte y servirte a Ti y admirar y respetar a la gente sencilla que vive entre nosotros. PJNS
PREFACIO
El Señor está con vosotros
Y con tu Espíritu
Levantemos el corazón
Lo tenemos levantado hacia el Señor
Damos gracias al Señor nuestro Dios
Es justo y necesario
Gracias, Señor y Dios nuestro,
porque en el momento elegido por Ti,
tu Palabra se hizo LUZ entre nosotros
e iluminó a todos los hombres de buena voluntad.
En el solemne momento de su investidura,
siendo testigo Juan el Bautista,
fue breve y conciso tu discurso:
"Es mi hijo amado, escuchadle".
Y Jesús de Nazaret, ungido por tu espíritu,
proclamó buenas noticias para los humanos.
De tu parte anunció la libertad para los oprimidos,
abrió los ojos a los que no podían ver
y nos comunicó a todos
un mensaje de vida plena.
Nos habló siempre en tu nombre,
sus palabras eran tus palabras,
por eso sentimos que hablaba con autoridad.
Pero usó siempre palabras sencillas, claras,
apoyadas con parábolas,
para que todos pudiéramos entender.
Por eso te alabamos ahora diciendo
SANTO, SANTO, SANTO
CONSAGRACIÓN y PLEGARIA
Te alabamos, Padre Santo, porque estás con nosotros en el camino de la vida, sobre todo, cuando tu Hijo Jesús nos congrega para el Banquete Pascual de su Amor y comparte con nosotros el vino y el pan.
Recibimos tu Espíritu con alegría
para que santifique este pan y este vino y
se conviertan para nosotros
en el Cuerpo y + la Sangre de Jesús, en la Persona y la Vida de Jesús aquí significadas.
El mismo Jesús, la víspera de su Pasión y Muerte,
cuando estaba reunido a la Mesa con sus amigos, tomó un pan, lo bendijo, y se lo repartió, diciendo...
Tomad y comed todos de él,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por vosotros
Y lo mismo hizo con una Copa de vino: al terminar de cenar, la alzó, brindó por el triunfo a su Padre del cielo, y se la pasó a sus amigos, diciendo...
Tomad y bebed todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por vosotros
y por todos los hombres
para iluminar vuestras vidas
Haced esto en conmemoración mía.
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Anunciamos y proclamamos tu resurrección ven Señor Jesús
Así pues, Padre, al celebrar ahora el memorial de la entrega y resurrección de tu Hijo, te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de salvación, que son símbolo de su entrega y fidelidad hasta el final, y te damos gracias porque nos haces sentir tu presencia.
Deseamos, movidos por el Espíritu Santo, vivir en la unidad cuantos participamos del sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo. Y ser signo de unidad para todos los seres humanos.
Tú acompañas y alientas Señor, a tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa Francisco, con nuestro Obispo N..., y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, la llevas a su perfección por el amor y la caridad
Te damos gracias por nuestros hermanos que durmieron en la esperanza de la resurrección, y en tu misericordia; Tú los has acogido en tu casa para siempre.
Tienes misericordia de todos nosotros, y así, con María, la Virgen Madre de Dios, su esposo san José, los apóstoles y todas las personas sencillas y de buena voluntad, confiamos por tu Hijo Jesucristo, compartir la vida eterna y cantar tus alabanzas.
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén
PADRENUESTRO
PADRE Y MADRE NUESTRA
EN QUIEN SOMOS Y VIVIMOS.
Santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo
TÚ NOS DAS HOY
NUESTRO PAN DE CADA DÍA.
TÚ PERDONAS NUESTROS PECADOS
Y NOSOTROS QUEREMOS PERDONAR
A LOS QUE NOS OFENDEN.
No nos dejes caer en la tentación.
Y líbranos del mal. Amen
CORDERO DE DIOS
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú TIENES piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, Tú NOS DAS la paz
Jesús nos invita a ser pan partido y repartido para los demás.
ORACIÓN FINAL
Hay que tener confianza en Dios, hermano, pues Él ha confiado en nosotros. Hay que tener fe en Dios, pues Él ha creído en nosotros. Hay que dar crédito a Dios, que nos ha dado crédito a nosotros. ¡Y qué crédito! ¡Todo el crédito! Hay que poner nuestra esperanza en Dios puesto que Él la ha puesto en nosotros.
Singular misterio, el más misterioso: ¡Dios nos ha cogido la delantera!
Así es Él, hermano, así es Él. Se le desborda la ternura por los poros, nos alza hasta sus ojos, nos besa, nos hace mimos, cosquillas y guiños, y sueña utopías para nosotros más que las madres más buenas y apasionadas.
Dios ha puesto su esperanza en nosotros. Él comenzó, ya en los orígenes, y no se cansa. Él espera que el más pecador de nosotros trabaje, al menos un poco, por sus hermanos. Él espera en nosotros más que nosotros mismos, ¿Y nosotros no vamos a esperar en Él?
Dios nos dio su Palabra, nos confió a su Hijo amado que vino a nuestro mundo; nos confió su hacienda, su Buena Noticia, y aún su esperanza misma, ¿Y no vamos a poner nosotros nuestra esperanza en Él?
Hay que tener confianza en la vida a pesar de lo mal que dicen que está todo. Hay que tener esperanza en las personas, ¡en todas! Sólo en algunas hasta los fariseos y necios la tienen… Hay que confiar más en Dios y echarnos en sus brazos y descansar en su regazo.
Hay que esperar en Dios. Mejor: hay que esperar a Dios. Y si todo esto ya lo hacemos, una cosa nos falta todavía: Hay que esperar con Dios a que su Palabra se haga buena nueva en nuestras entrañas, en su casa, que es nuestra casa. Amén
BENDICIÓN
El Señor os bendice, os guarda
y en sus palmas os lleva tatuados.
Os acompaña en todos los caminos.
Y hace prósperas las obras de vuestras manos.
Sentíos siempre abrazados y bendecidos por este Dios enamorado.
Padre, Hijo y Espíritu Santo
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