Pide "poner fin a la guerra" y "evitar el riesgo de un desastre nuclear a Zaporiya" El Papa condena "la locura de la guerra" que pagan inocentes, como tantos niños huérfanos o "la chica cuyo coche saltó por los aires en Moscú"
"Renuevo la invitación de implorar al Señor la paz para el amado pueblo ucraniano que, desde hace hoy seis meses, sufre los horrores de la guerra"
"Deseo que se den pasos concretos, para poner fin a la guerra y evitar el riesgo de un desastre nuclear a Zaporiya"
"La orfandad no tiene nacionalidad. Han perdido a sus papás y a sus mamás, sean rusos o ucranianos"
"Y a los que ganan con la guerra y con el comercio de las armas son delincuentes y amenazan a la humanidad"
"La orfandad no tiene nacionalidad. Han perdido a sus papás y a sus mamás, sean rusos o ucranianos"
"Y a los que ganan con la guerra y con el comercio de las armas son delincuentes y amenazan a la humanidad"
Al final de la audiencia, el Papa Francisco ha vuelto a implorar la paz para Ucrania y para los demás Países envueltos en guerra, como Siria o Yemen. Bergoglio pidió, en primer lugar, que se den pasos concretos para "para poner fin a la guerra y evitar el riesgo de un desastre nuclear a Zaporiya". Después pidió la liberación de todos los prisioneros, recordó especialmente a los niños huérfanos, tanto ucranianos como rusos, porque "la orfandad no tiene nacionalidad", volvió a repetir que la "guerra es una locura, que pagan los inocentes", como "la pobre chica que voló por los aires por una bomba en los bajos de su coche en Moscú". Y terminó llamando "delincuentes" a los que comercian con armas y amenazan a la humanidad.
Texto íntegro
Renuevo la invitación de implorar al Señor la paz para el amado pueblo ucraniano que, desde hace hoy seis meses, sufre los horrores de la guerra.
Deseo que se den pasos concretos, para poner fin a la guerra y evitar el riesgo de un desastre nuclear a Zaporiya.
Llevo en el corazón a los prisioneros, sobre todo a los que se encuentran en condiciones más frágiles. Y pido a las autoridades competentes que se afenen en su liberación.
Pienso en los niños, tantos muertos y refugiados y tantos heridos. Tantos niños ucranianos y rusos que se han convertido en huérfanos. La orfandad no tiene nacionalidad. Han perdido a sus papás y a sus mamás, sean rusos o ucranianos.
Pienso en tanta crueldad, en tantos inocentes que están pagando la locura, la locura de todas las partes, porque la guerra es una locura. Y nadie que esté en guerra puede decir: 'no, yo no estoy loco'. La locura de la guerra.
Pienso en la pobre chica que voló por los aires por una bomba en los bajos de su coche en Moscú. Los inocentes pagan la guerra, los inocentes.
Reflexionemos sobre esta realidad y digámonos unos a los otros que la guerra es un locura.
Y a los que ganan con la guerra y con el comerioo de las armas son delincuentes y amenazan a la humanidad.
Pensemos en otros países que están en guerra desde hace tiempo. Más de diez años la Siria. Pensemos en la guerra en Yemen, donde los nisños están muriendo de hambre. Pensemos en los rohinya, que dan vueltas por el mundo tras la injusticia de ser expulsados de sus propias tierras.
Hoy, a los seis meses del inicio de la guerra pensemos en Ucrania y en Rusia. Ambos países están consagrados al corazón inmaculado de María. Que Ella vele por estos dos amados países. Que vele por Ucrania, que vele por Rusia y que nos traiga la paz. Necesitamos la paz.