Francisco recibe a los Peluqueros del Comité San Martín de Porres, de Italia Este es el consejo del Papa a los peluqueros
"Por encima de todo, les aliento a practicar su profesión con un estilo cristiano, tratando a los clientes con amabilidad y cortesía, y ofreciéndoles siempre una palabra buena y alentadora", les anima
| Cameron Doody / Agencias
No son políticos, pero sí son diplomáticos. No son teólogos, pero a menudo sí tienen sus particulares filosofías de vida. Como corresponde a la importante función social que sirven, el Papa Francisco ha recibido hoy a un grupo de peluqueros italianos, animándolos a desempeñar su profesión con "estilo cristiano" sin caer en los "cotilleos" que se deslizan en su entorno de trabajo. Así lo ha pedido en su discurso a los Peluqueros del Comité San Martín de Porres, de Italia, a quienes ha recibido en audiencia este lunes 29 de abril, con motivo de su peregrinación a Roma.
"Por encima de todo, les aliento a practicar su profesión con un estilo cristiano, tratando a los clientes con amabilidad y cortesía, y ofreciéndoles siempre una palabra buena y alentadora, evitando caer en la tentación de los cotilleos que fácilmente se deslizan en su entorno laboral, como todos sabemos", ha subrayado el Pontífice.
Francisco ha asegurado que el trabajo de peluquero siempre se puede desarrollar "con rectitud, contribuyendo así positivamente al bien común de la sociedad".
#PapaFrancisco a peluqueros italianos: “Ejerciten su profesión con estilo cristiano”#VaticanNewshttps://t.co/j3eHIV7doX
— Vatican News (@vaticannews_es) 29 de abril de 2019
Martín de Porres, santo de "máxima humildad"
En su discurso, el Santo Padre saludó a los miembros de este Comité que agrupa a los peluqueros, peluqueras y esteticistas de diversas regiones italianas, que llegaron a Roma en peregrinación a las tumbas de los Apóstoles y para encontrarse con el Sucesor de Pedro.
"Esta peregrinación – precisó el Pontífice – es un signo de la importancia que atribuyen a la fe cristiana, así como de la dimensión religiosa que caracteriza a su asociación. Esto se puede ver en el hecho de que está dedicado a un santo, el peruano Martín de Porres. Él, como mestizo, fue aceptado en la Orden de los Padres Dominicos sólo como terciario y luego como hermano colaborador. Aceptó esta condición viviendo una existencia de máxima humildad, irradiada por el amor. Se dedicó con abnegación a los pobres y a los enfermos, proporcionándoles asistencia sanitaria, gracias a las nociones que aprendió primero en una farmacia y luego como alumno de un barbero-cirujano, según la costumbre de la época”.
Antes de concluir su discurso, el Pontífice invocó sobre cada uno de ellos y sobre su Asociación, así como sobre sus colaboradores y familiares, los dones del Espíritu Santo y les pidió que oren por él y les impartió la Bendición Apostólica.
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