El ya ex prior era un reconocido experto en el diálogo ecuménico La Santa Sede expulsa a Enzo Bianchi de la Comunidad de Bose
En enero concluyó la visita apostólica, que dictaminó abusos de poder y de gobierno por parte del fundador, considerados por muchos el "cardenal laico"
"El rechazo anunciado de las medidas por parte de algunos de los destinatarios ha provocado una situación de mayor confusión e incomodidad"
Las medidas conciernen al Hermano Enzo Bianchi, al Hermano Goffredo Boselli, al Hermano Lino Breda y a la Hermana Antonella Casiraghi
Las medidas conciernen al Hermano Enzo Bianchi, al Hermano Goffredo Boselli, al Hermano Lino Breda y a la Hermana Antonella Casiraghi
| Vatican News
Ha sido un golpe duro, pero esperado. Enzo Bianchi, fundador de la Comunidad de Bose, y otros tres miembros de la misma Comunidad, tendrán que dejar y mudarse a otro lugar, dejando todos sus encargos, según un decreto de la Santa Sede hecho público, que afecta al presente y al futuro de esta comunidad mixta y ecuménica. Bianchi era el 'alma' de esta comunidad, y uno de los mayores expertos en el diálogo ecuménico desde hacía décadas.
La expulsión viene establecida por un decreto firmado por el Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, aprobado específicamente por el Papa Francisco, que viene después de un "prolongado y cuidadoso discernimiento" y después de que el pasado mes de enero se concluyera la visita apostólica. Así se lee en un comunicado que apareció en el sitio web de la Comunidad de Bose.
"Como lo anunciamos en su momento, a raíz de las graves preocupaciones – se lee en la nota – que han llegado de diferentes partes de la Santa Sede, que indicaban una situación tensa y problemática en nuestra Comunidad en relación con el ejercicio de la autoridad del fundador, la gestión del gobierno y el clima fraterno", el Papa Francisco ha dispuesto una visita apostólica. Esta visita fue realizada por el Padre Guillermo León Arboleda Tamayo, Abad Presidente de la Congregación Benedictina Sublacense-Casinense, el Padre Amedeo Cencini, Consultor de la Congregación para los Religiosos, y la Madre Anne-Emmanuelle Devéche, Abadesa de Blauvac.
"Teniendo en cuenta la importancia eclesial y ecuménica de la Comunidad de Bose, tanto a nivel nacional como internacional, y la importancia de que esta siga desempeñando el papel que se le reconoce, superando graves dificultades y malentendidos que podrían debilitarla o incluso anularla, con la visita apostólica el Santo Padre se propuso ofrecer a la misma Comunidad una ayuda en forma de un tiempo de escucha por parte de algunas personas de probada confianza y sabiduría". La visita apostólica tuvo lugar del 6 de diciembre de 2019 al 6 de enero de 2020 y, al final, "los visitadores presentaron a la Santa Sede su informe, elaborado sobre la base de la contribución de los testimonios libremente dados por cada miembro de la Comunidad".
"Después de un prolongado y cuidadoso discernimiento y oración – explica la nota – la Santa Sede ha llegado a conclusiones en forma de un decreto singular del 13 de mayo de 2020, firmado por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado de Su Santidad y aprobado en forma específica por el Papa". Las decisiones fueron comunicadas a los interesados en los últimos días por el Padre Amedeo Cencini, nombrado Delegado Pontificio con plenos poderes ad nutum Sanctae Sedis, quien estaba acompañado por el Secretario de la Congregación para los Religiosos, Monseñor José Rodríguez Carballo, y el Arzobispo de Vercelli, Monseñor Marco Arnolfo.
La comunicación de la decisión, informa la Comunidad de Bose, "tuvo lugar con el mayor respeto posible al derecho a la confidencialidad de los interesados. Sin embargo, a partir de la notificación del decreto, el rechazo anunciado de las medidas por parte de algunos de los destinatarios ha provocado una situación de mayor confusión e incomodidad", por ello, se ha considerado necesario precisar que las medidas conciernen al Hermano Enzo Bianchi, al Hermano Goffredo Boselli, al Hermano Lino Breda y a la Hermana Antonella Casiraghi, quienes "deberán separarse de la Comunidad monástica de Bose y trasladarse a otro lugar, renunciando a todos los cargos que ocupan actualmente".
Con una carta del Secretario de Estado al Prior y a la Comunidad, además, "la Santa Sede ha trazado un camino de futuro y esperanza, indicando las líneas principales de un proceso de renovación, que confiamos dará un nuevo impulso a nuestra vida monástica y ecuménica. En este tiempo que nos prepara para Pentecostés – concluye el comunicado – invocamos una renovada efusión del Espíritu sobre cada corazón, para que doble lo que es rígido, caliente lo está helado, levante lo que está desviado y ayude a todos a hacer prevalecer no el sentimiento personal sino su acción".