La publicación del
'informe McCarrick' por parte del Vaticano, en el que se sugiere que tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI ignoraron los abusos sexuales y de poder por parte del purpurado defenestrado por Francisco, ha vuelto a agitar los demonios de los enemigos del Papa argentino.
Uno de los principales opositores a este pontificado, y pieza clave en la trama es Carlo María Viganò, ex nuncio en EE.UU., y a quien el informe acusa de no haber movido un dedo por hacer cumplir las 'recomendaciones' de que el purpurado llevara una vida privada.
A las pocas horas de conocerse el informe, Viganò emitía un duro comunicado en el que denunciaba que la investigación era una "surrealista operación de mistificación respecto a quiénes son los responsables de encubrir los escándalos del depuesto cardenal americano", al tiempo que expresaba su "indignación" al ver que "se hacen contra mí las mismas acusaciones de encubrimiento, cuando en realidad denuncié repetidamente la inacción de la Santa Sede ante la gravedad o las acusaciones sobre la conducta de McCarrick".
"Tendrán que rendir cuentas"
"La ficción vaticana continúa", relata Viganò, quien insiste en que el informe es un "intento de desprestigiarme" y hacerle parecer negligente a los ojos de la luz pública. "A diferencia de muchos personajes de esta historia, no tengo ninguna razón para temer que la verdad contradiga mis denuncias", y acusa de "mala fe" de "aquellos que durante demasiado tiempo han guardado silencio, y han vuelto la mirada hacia otro lugar. Tendrán que rendir cuentas".
Mientras tanto, el episcopado norteamericano, a través de su presidente, José H. Gomez, agradecía la publicación del documento, al tiempo que lanzaba un compromiso público: "A las víctimas de McCarrick y sus familias, y a todas las víctimas sobrevivientes de abuso sexual por parte del clero, les expreso mi más profundo pesar y mis más sinceras disculpas”.
“Este es otro trágico capítulo en la larga lucha de la Iglesia para enfrentar los crímenes de abuso sexual por parte del clero”, resaltaba en un comunicado el arzobispo de Los Ángeles, quien asegura que "mis hermanos obispos y yo estamos comprometidos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudarlos a seguir adelante y asimismo a asegurarnos de que otros no sufran lo que ustedes se han visto forzados a sufrir”.