Mensaje del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral En el 4º aniversario de la 'Laudato si': "Los pobres pagan el precio más alto del cambio climático"
"La tierra no es una realidad neutral, mera materia que se puede utilizar indiferentemente según el instinto humano, sino la creación de Dios"
"Los gobiernos tienen el deber de respetar los compromisos que asumieron"
El cardenal Turkson pide la implementación del Acuerdo de París, especialmente por parte de los “países más poderosos y más contaminantes”
El cardenal Turkson pide la implementación del Acuerdo de París, especialmente por parte de los “países más poderosos y más contaminantes”
| Vatican News
Este 24 de mayo se cumple el 4° aniversario de la promulgación de la encíclica del Papa Francisco Laudato Si' sobre el cuidado de la casa común. Con este motivo, el Cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, envió un mensaje a la comunidad científica en el que comienza recordando la audiencia del Santo Padre a algunos de sus colegas, comenzando por el climatólogo francés Jean Jouzel, miembro del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático.
Al respecto el Purpurado destaca que compartieron las profundas preocupaciones de muchos científicos expertos en el campo en relación con la actual crisis climática, causada por la interferencia humana en la naturaleza. Y escribe que precisamente en el año 2015, el Pontífice publicó la encíclica Laudato Si', partiendo de las preocupaciones sobre las “grietas del planeta que habitamos” y con la esperanza de “dialogar con todos sobre nuestra casa común”.
Evitar convertir la casa común en un invernadero
Refiriéndose al Informe Especial del año 2018 sobre la lógica y la viabilidad del límite de 1.5 °C, para lograr detener el calentamiento global y evitar que nuestra casa común se convierta en un “invernadero”, el Prefecto del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral glosando la encíclica papal afirma que “los pobres pagan el precio más alto del cambio climático. Sí, porque “tanto la experiencia común de la vida ordinaria como la investigación científica demuestran que los más graves efectos de todas las agresiones ambientales los sufre la gente más pobre”. De ahí que debamos “responder con valentía a los gritos cada vez más angustioso de la tierra y de sus pobres”.
Umbral religioso
Habla además de “un umbral religioso”, puesto que “el mundo que estamos destruyendo – escribe el Cardenal Turkson – es el don de Dios a la humanidad, precisamente esa casa santificada por el Espíritu divino al principio de la creación, el lugar donde Él colocó su tienda entre nosotros. Y citando al Papa Benedicto XVI, añade: la tierra “no es una realidad neutral, mera materia que se puede utilizar indiferentemente según el instinto humano”, sino la creación de Dios.
Los jóvenes nos reclaman un cambio
De manera que “el alarmante llamado de los científicos a actuar para cuidar nuestra casa común que se está desmoronando también está respaldado por un llamamiento muy poderoso proveniente de las generaciones jóvenes, cuyo futuro está amenazado”. A la vez que recuerda que “en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá, este año, los jóvenes lanzaron la Generación Laudato Si' y publicaron un poderoso manifiesto, que desafía a las comunidades religiosas y la sociedad civil a una conversión ecológica radical en acción”.
Tomar medidas drásticas para cambiar el rumbo
Después de diversas consideraciones el Purpurado no duda en afirmar la bondad de “unirse a los científicos y a los jóvenes para solicitar a nuestra familia humana, especialmente a aquellos que están en posiciones de poder político y económico, que tomen medidas drásticas para cambiar el rumbo”. Puesto que, como escribe el Papa, “debemos pensar en un solo mundo, en un proyecto común” y “los gobiernos tienen el deber de respetar los compromisos que asumieron” en 2015.
Poner a punto planes nacionales en base al Acuerdo de París
Por esta razón agrega que “los líderes mundiales que participan en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Clima el próximo septiembre de 2019 deben poner a punto planes nacionales sólidos para la implementación del Acuerdo de París, especialmente los “países más poderosos y más contaminantes”. A la vez que “para enfrentar esta alarmante crisis climática, necesitamos movilizar la voluntad y la decisión, así como los recursos económicos a gran escala”.