Una medalla de plata, con una tirada de 80 piezas de la artista Amalia Mistichelli En la medalla comemorativa del viaje del Papa a Mongolia se ve representada toda la nación
También en este viaje, el Papa Francisco donará una medalla conmemorativa a las autoridades con las que se reunirá en el país asiático
La versión de plata será entregada al presidente del Gran Hural de Estado, al Parlamento unicameral y al Primer Ministro
La imagen del reverso es una composición en miniatura de los monumentos y elementos de la naturaleza y la cultura más importantes de Mongolia
La imagen del reverso es una composición en miniatura de los monumentos y elementos de la naturaleza y la cultura más importantes de Mongolia
| María Milvia Morciano
(Vatican News).- Durante su 43º Viaje Apostólico, entre los regalos que el Papa Francisco ofrecerá a las autoridades mongolas estarán las tradicionales medallas conmemorativas, acuñadas para la ocasión. El intercambio de regalos entre huéspedes y anfitriones es una costumbre antigua. El acto de llevar regalos aparece como un momento importante de la ocasión, reflejo de las relaciones de amistad entre los pueblos, y se remonta a tiempos remotos, a las sociedades primitivas. Lo mismo ocurre entre el Papa y las autoridades del país visitado: el regalo siempre conlleva significados simbólicos vinculados a la amistad y la paz.
La medalla del Viaje a Mongolia
Se trata tanto de una medalla de plata, con una tirada de 80 piezas, como de una medalla de bronce patinado a mano, acuñada en 1500 piezas, impresa por Avs - Alberti Visconti Senesi Manifattura Metalli. La artista que la ha creado es Amalia Mistichelli, autora también de la medalla de la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, que con su inconfundible estilo ha conseguido reunir, en un espacio limitado – de hecho, el diámetro es de 5 centímetros – los monumentos y los elementos más característicos de Mongolia, formando una única composición armónica. Las líneas del diseño son sutiles y claras y recorren la superficie decorada de claroscuros que resaltan la profundidad de lo que aparece, creando un paisaje fantástico.
En el anverso
El anverso, es decir, la cara principal de la medalla, lleva como de costumbre el escudo papal con el lema del Papa Francisco en la cartela bajo el escudo. En la solapa, la inscripción en latín, Franciscus Pontifex Maximus.
El reverso
En la parte posterior se lee la inscripción latina Mongoliam visit XXXI ago. - IV sept. MMXXIII y han sido distribuidos algunos elementos distintivos de este gran país.
En la parte superior y al fondo están las montañas Altái, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, un gran sistema montañoso con un topónimo de derivación turco-mongola, altan que significa dorado y, por tanto, en traducción "montañas de oro". Esta cadena se extiende a lo largo de unos 2.000 km en el centro de Asia, abarcando China, Mongolia, Rusia y Kazajstán. Es un lugar impermeable, capaz de incubar culturas, con un paisaje variado y fascinante donde los mundos botánico y animal muestran una naturaleza variada. Un gran contenedor donde la naturaleza se muestra en toda su asombrosa riqueza, pero también fragilidad: el cambio climático está poniendo en peligro el glaciar Akturu.
En el lado izquierdo de la medalla aparece la gran silueta de la catedral católica dedicada a los santos Pedro y Pablo, una iglesia moderna de la capital, Ulán Bataar. Diseñada por el arquitecto serbio Predak Stupar y consagrada por el cardenal Crescenzio Sepe en 2003, está inspirada en las yurta, las tiendas de los nómadas mongoles, con planta circular y paredes de fieltro.
La catedral está parcialmente cubierta por el diseño de la fuente conocida como "árbol del ángel" o "árbol de plata" que aparece en el reverso del billete de 10.000 tugrik o tögrög. Estaba situada en Karakorum, la antigua capital del Imperio Mongol, frente al palacio Tumen Amugulang del Gran Kan. Lo que sabemos procede de las fuentes escritas de quienes viajaron allí en el siglo XIII. Guillermo de Rubruck, un franciscano, escribe en su "Viaje a Mongolia" que la fuente fue supuestamente creada por el arquitecto francés Guillaume Boucher, que fue hecho prisionero. La fuente se describe como un árbol alto, de plata y oro, que dispensa bebidas, con un ángel tocando una trompeta en lo alto. De las ramas salen serpientes de cuyas bocas mana un líquido distinto para cada una: vino, airag – leche de yegua fermentada –, hidromiel y cerveza de trigo.
A la derecha, vislumbrando, se reconoce el Erdene Zuu Khiid, el "monasterio de los cien tesoros", el primer monasterio budista permanente de Mongolia. Construido en 1585 reutilizando los escombros de la antigua capital cercana, Karakorum, destruida en 1338, es uno de los más grandes del país, capaz de albergar a más de 1.000 monjes. Fue destruido en 1939.
Abajo, sobre la silueta de Mongolia, están los cinco animales sagrados: el caballo, el camello, el yak, la cabra y la oveja. El caballo, en particular, es el símbolo del país, y aparece como decoración del instrumento musical tradicional, el Morin khuur, también conocido como violín de cabeza de caballo, debido a la forma de cabeza de caballo tallada en el extremo del mango y que encontramos cerrando el círculo decorativo de la medalla. Este instrumento es también un objeto simbólico, que se guarda en el hogar como propiciador de paz y serenidad.
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