Reflexionar sobre este problema que afecta a la humanidad
En su intervención, Monseñor Cruz Serrano agradeció de parte de la Santa Sede la celebración de esta sesión extraordinaria del Consejo Permanente para conmemorar el “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”.
“Esta Delegación – señaló el Prelado – condena toda forma de violencia, incluidas aquellas prácticas que justifican o promueven la violencia contra la mujer”. Y recordando la llamada del Papa Francisco, el Observador dijo que, «No podemos mirar para otro lado». No podemos quedarnos de brazos cruzados ante tantos casos de violencia contra las mujeres.
La violencia no solo daña a la mujer, sino también a la sociedad
En este sentido, el Representante de la Santa Sede evidenció que, la violencia contra las mujeres y niñas no solo daña y lastima sus vidas, sino que también hiere a nuestra sociedad. “Lamentablemente, una de las formas más comunes de violencia que sufren mujeres y niñas – indicó el Prelado – es la violencia sexual, como consecuencia, entre otras, de una cultura en la que se las cosifica, convirtiéndolas y presentándolas como un objeto de placer que puede ser usado y descartado”.
Otro problema que afecta a mujeres y niñas, subrayó Monseñor Cruz Serrano, es la trata de personas, que es una forma de violencia que, en esta región, afecta en su mayoría a mujeres y niñas.
Impacto negativo de la violencia en el futuro de las mujeres
Al evidenciar el impacto negativo que tiene la violencia en la vida y en el futuro de las mujeres y niñas, Monseñor Cruz Serrano invitó a la Comunidad internacional a seguir trabajando por ellas, “no podemos tolerar que las vidas de miles de niñas y mujeres – subrayó – se vean marcadas y en muchos casos destruidas al ser víctimas de violencia”. Pues la violencia que sufren las mujeres ofrece, desgraciadamente, una constatación del nivel de humanidad y de civilización de la sociedad, de un pueblo, de una persona.
La Santa Sede promueve el respeto de la dignidad de la mujer
En este sentido, afirmó el Observador, la Santa Sede, a través de sus instituciones y obras, enfatiza, valora y promueve la aportación única e irremplazable de la mujer, así como su dignidad más profunda. No solo por ser fuente de vida, vocación sin la cual la humanidad no podría realizarse, sino también, por la contribución única que desde su feminidad aporta, enriqueciendo y engrandeciendo nuestra sociedad y todas las instituciones donde la mujer participa. Por ello, la Santa Sede hace un llamado para seguir trabajando juntamente con vistas a que cada Estado, en particular en este hemisferio, pueda realizar campañas de concientización sobre la dignidad de la mujer, así como para combatir su cosificación y eliminar la impunidad ante los actos de violencia que se cometen contra de ellas.
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