Alaban el comunicado de O'Malley y critican a la oficina de prensa de la Santa Sede "No se trata de destruirlos": ¿Qué le piden hacer al Vaticano las víctimas con los mosaicos de Rupnik?

Algunas de las víctimas de Rupnik, en Roma, en una foto de archivo
Algunas de las víctimas de Rupnik, en Roma, en una foto de archivo @dianemontagna

“No se trata de destruir los mosaicos ni de comentar sobre su calidad. Tampoco se trata de pronunciar o anticipar el veredicto del actual juicio canónico. Ni siquiera posicionarse directamente en los debates actuales sobre la separación de los artistas de sus obras. Lo que pedimos es que estas obras se trasladen a otros lugares, pero no a lugares de oración”

“¿Cómo no ver un mandato contradictorio para las víctimas, pero también para el pueblo de Dios? Esta inconsistencia ha creado una especie de brecha, una distancia, que en mi opinión no hace más que aumentar la crisis de abusos”, reconoce sor Samuelle 

“No se trata de destruir los mosaicos ni de comentar sobre su calidad. Tampoco se trata de pronunciar o anticipar el veredicto del actual juicio canónico. Ni siquiera posicionarse directamente en los debates actuales sobre la separación de los artistas de sus obras. Lo que pedimos es que estas obras se trasladen a otros lugares, pero no a lugares de oración”.

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Es la petición, clara y firme, de una de las decenas de víctimas del exjesuita y reconocido artista, Marko I.Rupnik, para que se retiren sus obras de los lugares de culto que los acogen en numerosos países de todo el mundo, incluido el Vaticano, cuya agencia de noticias suele usar también sus imágenes para ilustrar algunas notificaciones, lo que ha motivado también una protesta de las afectadas.

Por ello, el pasado 28 de junio, la abogada de un grupo de cinco víctimas, entre las que se encuentran también sor Samuelle, ella misma artista, envió una carta al Vaticano en donde exigen que las obras de Rupnik sean retiraras de los lugares de culto, algo que ya se está estudiando en algunos lugares como en la basílica de Lourdes, y que ha abierto un debate sobre la separación entre el artista y su obra en casos como estos.

Unos jóvenes ante la fachada de la basílica, adornada con los mosaicos de Rupnik
Unos jóvenes ante la fachada de la basílica, adornada con los mosaicos de Rupnik DTyL

“La carta de nuestra abogada, Laura Sgrò, fue enviada a los líderes de la Iglesia de todo el mundo, obispos y congregaciones religiosas, propietarios de estas obras, y solicita que sean trasladadas. Es decir, que estén ocultas a la vista de los fieles, por consideración a las víctimas y también por consideración a los cristianos que acuden a orar a estos lugares”, señala la religiosa en una entrevista con el semanario francés La Vie.

“Esta carta -prosigue sor Samuelle- llama a tomar conciencia de lo que vivieron las víctimas que testificaron contra él, de lo que siguen viviendo hoy y de que sus obras adornan lugares de oración y de celebración. Recordamos también el contexto de creación de estos mosaicos, durante el cual se cometieron directamente algunos de los abusos acusados al sacerdote, quien también justificó espiritualmente sus acciones"

Foto de archivo de una rueda de prensa de las víctimas de Rupnik
Foto de archivo de una rueda de prensa de las víctimas de Rupnik @MLJHaynes

En este sentido, sor Samuelle alaba el comunicado del presidente de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, el cardenal Sean O'Malley, quien también pidió en un comunicado a los dicasterios vaticanos "prudencia pastoral” que “impida exhibir obras de arte de una manera que pueda implicar exoneración o una defensa sutil de los presuntos autores de abusos”.

Y es que, en opinión de esta víctima, “no podemos tener, por un lado, a la Iglesia que abre un proceso canónico sobre este hombre acusado por decenas de personas, y, por otro, a la oficina de comunicación oficial del Vaticano que sigue utilizando las imágenes de sus obras”.

“¿Cómo no ver un mandato contradictorio para las víctimas, pero también para el pueblo de Dios? Esta inconsistencia ha creado una especie de brecha, una distancia, que en mi opinión no hace más que aumentar la crisis de abusos”, reconoce sor Samuelle en la entrevista con el semanario francés.

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