Laura Magdalena Miguel: "No es compatible negar la comunión con el papa y seguir siendo una comunidad" El Dicasterio de la Vida Consagrada tendrá la 'llave' del 'cisma' de las clarisas de Belorado
En materia patrimonial, en caso de culminar su desvinculación con Roma, las clarisas de Belorado deben tener claro que el futuro como propietarias de los conventos se les complicaría: los perderían
Las religiosas de Belorado, al menos de momento la abadesa, podrían llegar a ser excomulgadas, aunque para ello podrían abrirse expedientes particulares para cada una de ellas, que de materializarse finalmente con la excomunión, en la práctica supondría la disolución de la comunidad de clarisas que integran
| Óscar R. Ventana/Efe
Las consecuencias de los pasos dados esta semana por las clarisas de Belorado (Burgos) para abandonar la Iglesia Católica actual e integrarse en la Pía Unión de San Pablo Apóstol fundada por el excomulgado Pablo de Rojas, terminarán llegando, antes o después, al Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, que decidirá sobre la posible disolución como comunidad religiosa y, por extensión, sobre sus propiedades.
En una conversación con EFE, la doctora en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca e investigadora en el ámbito del Derecho Patrimonial Canónico, Laura Magdalena Miguel, ha remitido a esta institución dependiente del Vaticano y dirigida por el cardenal brasileño João Braz de Aviz como referencia para dirimir sobre esta 'espantada' de las clarisas de Belorado y su vinculación con este grupo considerado por la Iglesia como sectario.
La experta se muestra cauta sobre la evolución de los acontecimientos vinculados a este grupo de religiosas porque la Iglesia "siempre da oportunidades" para reconducir la situación, aunque ha añadido que, en materia patrimonial, en caso de culminar su desvinculación con Roma, las clarisas de Belorado deben tener claro que el futuro como propietarias de los conventos se les complicaría: los perderían.
"No es compatible negar la comunión con el papa y seguir siendo una comunidad", ha resumido Laura Magdalena Miguel, quien recuerda que la titularidad de estas propiedades -conventos de Derio (Vizcaya) y Belorado (Burgos)- radica en la comunidad de las clarisas que los habitan, no en cada una de ellas de forma individual, ya que eso significaría la quiebra de su voto de pobreza.
El procedimiento será largo
No prevé la experta en Derecho Patrimonial Canónico que este procedimiento se resuelva con brevedad, más bien al contrario, dada la dificultad que está teniendo el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, para contactar con las religiosas y, por tanto, para poder determinar la posición sobre un posible caso de cisma.
Lo que sí parece claro es que los documentos que serán claves para la resolución del expediente serán tanto el "Manifiesto católico" como la carta firmada por la abadesa del convento, sor Isabel de la Trinidad, quien sí ha manifestado de este modo su pretensión de romper la unidad con el papa, mientras que en el caso del resto de religiosas no hay un registro que así lo acredite.
A la hora de determinar una posible excomunión, el Derecho Canónico determina tres causas: herejía -negar alguna de las verdades de la Iglesia Católica-, apostasía -renegar de toda la fe en su conjunto- y cisma -negar la unión con el papa-.
Sería este último el caso por el que las religiosas de Belorado, al menos de momento la abadesa, podrían llegar a ser excomulgadas, aunque para ello podrían abrirse expedientes particulares para cada una de ellas, que de materializarse finalmente con la excomunión, en la práctica supondría la disolución de la comunidad de clarisas que integran.
¿De quién sería el convento?
De materializarse la disolución, algo que ocurre habitualmente por razones de escasez o de avanzada edad de las religiosas, el convento que habitan hasta el momento de su traslado pasa a ser propiedad de la persona jurídica inmediatamente superior, lo que en el caso de las monjas de Belorado sería la Federación de Clarisas de Nuestra Señora de Arantzazu y la Provincia Franciscana, que en los últimos días ha instado a sus compañeras de congregación a reconsiderar su postura.
Más allá de las implicaciones jurídicas y desde el punto de vista del Derecho Patrimonial de este caso, Laura Magdalena Miguel ha considerado que intuye "algo bastante más turbio" y ha añadido que lo que le da "más rabia" es comprobar que son "dos hombres los que pueden estar aprovechándose de estas mujeres", en referencia a las clarisas.