El teólogo presenta en Barcelona la Semana Santa de Logroño, considerada Fiesta de Interés Turístico Nacional Fermín Labarga: "Las cofradías son altavoces de un lenguaje antiguo, pero que en cada Semana Santa vuelve a ser nuevo"

Fermín Labarga
Fermín Labarga Manuel Castells

El logroñés Fermín Labarga visita este sábado 15 de marzo la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona con motivo del único acto cuaresmal que la Hermandad de Cofradías de la Pasión de la Ciudad de Logroño, de la cual es prior, celebra fuera de los límites de la capital de la Rioja

Labarga, director desde hace veintiséis años del Secretariado Diocesano de Hermandades y Cofradías de Logroño, apunta hacia el "tesoro patrimonial" que supone tener, en un territorio diocesano, cofradías con recorridos tan longevo

El cardenal Juan José Omella participará en esta presentación en el templo de Gaudí, en que, junto con Labarga, estará Francisco José Marín de Diego, presidente de la hermandad de cofradías logroñesa y Manuel Zamora, director del Secretariado Diocesano de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de Barcelona

(Agencia Flama).- Después de unas semanas en México recorriendo archivos y espacios devocionales para continuar investigando sobre las hermandades y las cofradías en todos aquellos países donde más arraigo tienen, uno de los expertos más consolidados en la historia de las devociones populares en España, el logroñés Fermín Labarga, visita este sábado 15 de marzo la basílica de la Sagrada Familia de Barcelona. Lo hará con motivo del único acto cuaresmal que la Hermandad de Cofradías de la Pasión de la Ciudad de Logroño, de la cual es prior, celebra fuera de los límites de la capital de la Rioja, y “en una archidiócesis en que se encuentra uno de los devotos que más impronta han dejado en la ciudad, el arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella“, detalla.

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De hecho, el matarrañés, que fue obispo de la diócesis de Calahorra y La Calzada-Logroño entre los años 2004 y 2015 y fue el pregonero, el 2006, de la Semana Santa de esta localidad, participará en esta presentación en el templo de Gaudí, en que, junto con Labarga —teólogo, periodista, crítico de arte, museólogo y director del Instituto Superior de Ciencias Religiosas (ISCR) de la Universidad de Navarra—, habrá Francisco José Marín de Diego, presidente de la hermandad de cofradías logroñesa, y Manuel Zamora, director del Secretariado Diocesano de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de Barcelona.

Semana Santa de Logroño
Semana Santa de Logroño

Y es en Barcelona donde Labarga encuentra, cada vez que visita la ciudad, una esencia devocional a la cual ofrece más que “un entrañable agradecimiento” por haber sido galardonado con el premio Inmaculada, el 2012, por el Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de Barcelona: “Siempre es un orgullo encontrar a sacerdotes y laicos que hacen crecer la piedad popular con las cofradías, alguna de las cuales sabe qué significa tener una historia de varios siglos“, remarca, poniendo el ejemplo de la Archicofradía de la Sangre barcelonesa, del 1547 y fundada diez años después de la Cofradía de la Santa Vera Cruz de Logroño.

"El mundo laical tiene que andar sinodalmente con el resto de la Iglesia católica"

En este sentido, Labarga, director desde hace veintiséis años del Secretariado Diocesano de Hermandades y Cofradías de Logroño, apunta hacia el “tesoro patrimonial” que supone tener, en un territorio diocesano, cofradías con recorridos tan longevos: “El arraigo histórico es el pilar más fuerte para conseguir tener celebraciones de la muerte y la resurrección de Jesucristo con una proyección altísima, como en Logroño, donde sus once hermandades son hogares y escuelas de vida cristiana“, reflexiona Labarga, que este año celebra el décimo aniversario de la declaración de la Semana Santa logroñesa como Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Observando el pasado de las cofradías, pero también su futuro, en que, para él, la participación de las mujeres se espera “con más protagonismo” y la función del mundo laical, “capaz de andar sinodalmente con el conjunto de la Iglesia católica”, Fermín Labarga concibe la piedad popular como “un altavoz por donde se irradia un lenguaje antiguo, pero, a la vez, siempre nuevo”, sobre una historia que “continúa conmoviendo”, concluye.

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