El sacerdote jesuita y artista Marko Rupnik, acusado de numerosos abusos psíquicos y sexuales a monjas, tendrá que abandonar Roma, según ha confirmado el jefe de los jesuitas eslovenos, Miran Žvanut. Según el semanario Reporter, tendrá que trasladarse a una residencia para sacerdotes ancianos en Milán.
El artista esloveno, de confirmarse esta noticia, habrá de abandonar el Centro Aletti, que podría ser disuelto, según se desprende otras informaciones, que todavía no han sido confirmadas de manera oficial. De hecho, el delegado de casas internacionales de la Compañía en Roma, Johan Verschueren, desmintió que el Centro Aletti vaya a ser disuelto, alegando que "es simplemente imposible. El Centro Aletti está bajo la autoridad eclesiástica del Vicariato de Roma”, escribió.
La información de Reporter, desmentida por los jesuitas eslovenos, apuntaba también a que los compañeros de Rupnik, Ivan Bresciani y Andrej Brozovič , regresaron a Eslovenia. Lo cierto es que, según informes recientes de medios italianos, la diócesis de Roma ha iniciado una investigación sobre las acusaciones contra Rupnik. Se dice que el taller de mosaicos del Centro Aletti de Roma está incluido en las investigaciones. La investigación fue ordenada por el diputado del Papa para la diócesis de Roma, el cardenal Angelo De Donatis.
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