El artista esloveno está acusado de abusar sexual y espiritualmente de varias religiosas Rupnik, 'cazado' celebrando misa en público, pese a tenerlo prohibido por la Compañía de Jesús

"En el altar, vestido con los ornamentos sagrados, Marko Rupnik concelebra la misa en la basílica de Santa Prassede Roma, a pocos metros de Santa Maria Maggiore". Así arranca un reportaje de Domani, que desvela cómo el jesuita esloveno, acusado de abusos sexuales y espirituales a decenas de religiosas, se ha saltado las restricciones impuestas por la Compañía de Jesús, y sigue oficiando en público.

Según la publicación, Rupnik se estaría saltando la orden de su superior, el padre Johan Verschueren, que le había prohibido, entre otras cosas, "cualquier actividad ministerial y sacramental pública". No sólo eso: el artista también habría dirigido visitas guiadas a la basílica de San Juan de Letrán, para explicar sus mosaicos en la capilla del seminario papal.

#Rupnik contro tutti, concelebra la messa con l’avallo del Centro Aletti. Presenti anche tre docenti della ⁦@UniGregoriana⁩. Tutto bene? #abusi ⁦⁦@DomaniGiornale⁩ pic.twitter.com/pPGWeqIadp

— Federica Tourn (@ingenuacronista) March 7, 2023

En la celebración relatada por Domani acompañaban a Rupnik la dirección del Centro Aletti, donde reside actualmente. Junto a él, concelebraron los jesuitas Milan Žust y Andrej Brozovic, así como el jesuita argentino Matías Yunes, que pronunció la homilía.

El 'caso Rupnik'está poniendo en entredicho la actuación de la propia Compañía de Jesús ante uno de sus miembros más conocidos, especialmente tras conocerse que el esloveno fue excomulgado, en una decisión que apenas duró un mes.

Sólo a partir de enero, cuando los medios se hicieron eco de nuevas acusaciones, se comenzó a trabajar en la transparencia y, en enero, se le prohibió abandonar la región del Lacio y cualquier actividad pública como artista. Las restricciones, añadían los jesuitas, pretendían evitar nuevos delitos, sin descartar la expulsión de la orden.