Carta abierta del P. Johan Verschueren, que fue su superior mayor en Roma La 'carta de despido' de la Compañía de Jesús a Marko Rupnik: "Ya no es religioso jesuita"
"Como representante de la Compañía de Jesús y ex Superior Mayor de Marko Rupnik, no puedo dejar de lamentar mucho esta insistente y obstinada incapacidad para hacer frente a la voz de tantas personas que se han sentido heridas, ofendidas y humilladas por su comportamiento y su forma de ser, de hablar y comportarse con ellos", escribe el P. Verschueren en la carta difundida con fecha de 24 de julio
"Transcurridos los treinta días previstos para que pudiera apelar contra esta decisión de la Compañía, según las nuevas normas canónicas al respecto, podemos declarar hoy que ya no es religioso jesuita"
"También puedo declarar oficialmente que es el firme deseo de la Compañía de Jesús distanciarse legalmente del Centro Aletti, dejando formalmente la Asociación Pública de Fieles que lleva el mismo nombre y encontrando la mejor manera de terminar las relaciones de colaboración con el Centro"
"También puedo declarar oficialmente que es el firme deseo de la Compañía de Jesús distanciarse legalmente del Centro Aletti, dejando formalmente la Asociación Pública de Fieles que lleva el mismo nombre y encontrando la mejor manera de terminar las relaciones de colaboración con el Centro"
| Johan Verschueren, S.J
Ya les he informado que el 14 de junio de 2023 le fue entregado al sacerdote Marko Rupnik el decreto de renuncia a la Compañía de Jesús firmado por el Padre General. Ahora bien, transcurridos los treinta días previstos para que pudiera apelar contra esta decisión de la Compañía, según las nuevas normas canónicas al respecto, podemos declarar hoy que ya no es religioso jesuita.
Como también se hizo saber por la "Carta a los amigos del Centro Aletti" del pasado 23 de junio, el párroco Marko Rupnik ya había presentado su solicitud para poder dejar la Compañía en enero de 2023. Esta petición suya nunca representó un "derecho" para él en modo alguno, dado que los votos que hizo un día en la Compañía de Jesús lo vinculaban a un compromiso de obediencia de por vida y no hay obligación por parte de la Congregación Religiosa de aceptar una solicitud similar.
La razón por la cual la Compañía no quiso aceptar su pedido surgió del deseo de vincularlo a sus responsabilidades ante tantas acusaciones, invitándolo a emprender un camino de verdad y confrontación con el mal denunciado por tantas personas que se sintieron heridas. Lamentablemente no quiso aceptar nuestra invitación y nos vimos en la necesidad de despedirlo de la Compañía por las razones ya mencionadas en otro lugar.
Como representante de la Compañía de Jesús y ex Superior Mayor de Marko Rupnik, no puedo dejar de lamentar mucho esta insistente y obstinada incapacidad para hacer frente a la voz de tantas personas que se han sentido heridas, ofendidas y humilladas por su comportamiento y su forma de ser, de hablar y comportarse con ellos. Lo dicho no excluye el bien que ha hecho, y el fruto espiritual del que ha sido intermediario para muchas y tantas otras en la Iglesia. Sin embargo, debemos recordar lo que Jesús nos enseñó: "Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda" (cf. Mt 5, 23).
¿Por qué no ha habido proceso canónico?
Muchos nos han preguntado por qué no se ha llevado a cabo un proceso que podría conducir a la pérdida del estado clerical de Marko Rupnik. Quisiera recordarles aquí que esto no es en sí competencia de la Compañía de Jesús, sino de la Santa Sede. Siempre he querido como Superior Mayor, en las diversas circunstancias de estos largos y complejos hechos, poder iniciar un proceso que pudiera garantizar la valoración judicial de los hechos, el derecho a la defensa y las consecuentes sanciones (o posible absolución), pero por diversas razones, entre ellas las actuales limitaciones de la normativa relativa a situaciones similares, no lo han permitido.
También puedo declarar oficialmente que es el firme deseo de la Compañía de Jesús distanciarse legalmente del Centro Aletti, dejando formalmente la Asociación Pública de Fieles que lleva el mismo nombre y encontrando la mejor manera de terminar las relaciones de colaboración con el Centro. Estamos buscando la mejor manera de hacerlo, también en colaboración con el Vicariato de Roma, del que hoy depende el Centro Aletti. Nótese también que ya no hay una comunidad de jesuitas residiendo en el Centro Aletti.
A todos los que se han sentido y se sienten heridas y heridos por este otrora cohermano nuestro, les aseguro mi plena solidaridad y apertura para encontrar en el futuro las mejores formas de reflexionar sobre cómo encontrar la paz interior y la reconciliación por caminos que podremos estudiar juntos.
Humildemente, en Xto
P. Johan Verschueren, SJ
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