"Intentaremos que unas hermanas de Nicaragua ocupen nuestro lugar" Las clarisas de Pedralbes se despiden de Barcelona: "Nos vamos, pero no cerramos la puerta del todo"

Las clarisas de Pedralbes se despiden de Barcelona
Las clarisas de Pedralbes se despiden de Barcelona Flama

Las tres monjas de la orden de Santa Clara —Pilar, Inmaculada e Isaura— vivirán en clausura hasta que, el próximo fin de semana, deshagan las maletas en las instalaciones que tiene su comunidad en Vilobí d'Onyar, en la comarca de la Selva

"Acepto marchar, pero no puedo negar que me siento triste por todo ello"

(Flama) Una expectación mediática y vecinal sin precedentes escenificaba este miércoles por la mañana, día de Santa Eulalia, copatrona de Barcelona, una imagen atípica al Monasterio de Santa María de Pedralbes.

La acción sucedía en el marco de una tradicional fiesta que cada año cuenta con el consistorio barcelonés en pleno y que, en esta ocasión, servía para despedir de manera oficial las tres monjas de la orden de Santa Clara —Pilar, Inmaculada e Isaura— que vivirán en clausura hasta que, el próximo fin de semana, deshagan las maletas en las instalaciones que tiene su comunidad en Vilobí d'Onyar, en la comarca de la Selva.

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"Nos vamos, pero no cerramos la puerta del todo", reconocía la más joven de las monjas, Isaura Marcos, que llegó al histórico recinto el 1976 convirtiéndose en la última que ha accedido para formar parte. "Hemos pasado de cuarenta a solo tres hermanas, pero deseo que, después de haberme integrado tanto en la esencia de Barcelona, pueda volver bien pronto; yo o, en cualquier caso, mis cenizas", aseguraba la religiosa desde el claustro del cenobio habiendo digerido, por un lado, el requesón que tanto ella como las otras dos hermanas ofrecían a la ciudadanía, y, de la otra, el anuncio que hacía el alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, para quien "existe la opción de mantener la presencia clarisa en un monasterio custodiado por ellas durante 699 años".

Collboni, con las monjas de Pedralbes

"Las clarisas somos universales, por eso también pueden venir desde Nicaragua"


Después de reconocer que estas últimas semanas han sido marcadas por "una sensación desgarradora" a causa de su inminente cambio monacal, Isaura Marcos admitía que la luz de la esperanza para que el cenobio no deje de ser habitado por la comunidad llega desde Nicaragua: "Hemos sabido hace pocos días que el gobierno ha echado un buen puñado de monjas y, por eso, se está estudiando la posibilidad que vengan aquí", sentenciaba, en alusión a las más de 30 monjas de la orden de Santa Clara expulsadas de su país el 28 de enero por el régimen de Daniel Ortega. 

Protestas contra la marcha de las clarisas de Pedralbes
Protestas contra la marcha de las clarisas de Pedralbes Europa Press


"Con un poco de buena voluntad entre las partes implicadas se puede encontrar una solución más adecuada en esta situación", añadía la religiosa, que se refería, como también lo hacían las otras clarisas durante el acto, a la carencia de vocaciones como "un agravio que está perjudicando, en todo Europa, a numerosas comunidades centenarias como esta". "Acepto marchar, pero no puedo negar que me siento triste por todo ello", decía.

La celebración concluía con la imagen de decenas de ciudadanos haciendo cola para acceder al monasterio y saborear el dulce cocinado, por última vez, por las tres clarisas. También lo hacían una decena de monjas carmelitas del Monasterio de la Encarnación, situado a poca distancia, entre las cuales había Mari Carmen Izquierdo, la formadora de esta comunidad. "Hemos estado en contacto con ellas en los bonos y los peores momentos", reconocía Izquierdo, quién llegó desde Soria hace 36 años, "y, como ellas, compartimos que la vocación religiosa tiene que nacer en el seno de unas familias que vivan la fe con toda profundidad”. “Si esto no pasa —concluía esta monja carmelita—, estamos predestinados a ver más a menudo esta triste realidad”.

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