Íntegro, discutidor, peleón y sociable… Un aestrella Ha fallecido Javier Goñi, "hombre de gran fe en Dios y en las personas, pasión en cada palabra"
"Ayer jueves, 9 de enero, falleció en Bilbao, a los 81 años de edad, el presbítero diocesano Francisco Javier Goñi Soroa"
"Su funeral tendrá lugar esta tarde, a las 19:30, en la parroquia de San Ignacio, de Bilbao, presidido por el vicario general Kerman López"
"Siempre soñó con una Iglesia más participativa. La corresponsabilidad, la sinodalidad, las comunidades de base a las que cuidó, siempre estuvieron en primera línea para él"
"En los últimos años, a pesar de estar ya jubilado, siguió colaborando activamente en la vida diocesana y celebraba la eucaristía, con asiduidad, en Barakaldo"
"Siempre soñó con una Iglesia más participativa. La corresponsabilidad, la sinodalidad, las comunidades de base a las que cuidó, siempre estuvieron en primera línea para él"
"En los últimos años, a pesar de estar ya jubilado, siguió colaborando activamente en la vida diocesana y celebraba la eucaristía, con asiduidad, en Barakaldo"
| Óscar Segovia
Javi Goñi nació en Getxo, el 23 de abril de 1943 y fue ordenado presbítero en Elorrieta (Bilbao) el 12 de octubre de 1969. Ese fue su primer destino pastoral, como coadjutor de la parroquia de San José Obrero y posteriormente de San Pedro Apóstol, de Deusto. Después pasó un tiempo estudiando sociología en Lovaina (Bélgica). A su regreso le designaron moderador del equipo presbiteral de San Pedro de Deusto y más tarde, delegado del Sector Deusto.
En 1984, inició su etapa en Barakaldo, como administrador parroquial de San José de Barakaldo y posteriormente, moderador del equipo presbiteral de San Vicente, San José y Ntra. Sra. de la Esperanza, en esta última como responsable parroquial (1994-1996). Durante el periodo comprendido entre 1991 y 1996, también formo parte del Consejo Pastoral Diocesano (CPD).
En 1996 volvió a Bilbao, como párroco de San Ignacio de Loyola, templo que hoy acogerá su funeral, a las 19:30 h.
De 1996 a 2006 fue delegado del Sector Deusto. De 1996 a 2001, miembro el Consejo de Presbiterio y, desde 2011, volvió a participar en dicho Consejo.
A la responsabilidad de la parroquia de San Ignacio, de 1999 a 2017, se sumaron las de San Juan Apóstol y San José de Elorrieta, además de la de María Madre de la Iglesia.
En los últimos años, a pesar de estar ya jubilado, siguió colaborandoactivamente en la vida diocesana y celebraba la eucaristía, con asiduidad, en Barakaldo.
Bondadoso, cercano y amable
Su compañero presbítero José Alberto Güemes, actual responsable de la Unidad Pastoral (UP) de Barakaldo le define como un hombre amable, cercano, bondadoso, muy humano y entregado a las comunidades “siempre creó vínculos muy fuertes, quiso a la gente y la gente le quería. Hasta el final siguió vinculado por las relaciones que estableció durante su vida. Allí donde estuvo estableció muchas y buenas relaciones y en esta etapa final -explica Güemes– siguió colaborando con nosotros en la parroquia de Santa Teresa”.
Güemes resalta el carácter idealista y soñador de Goñi “siempre soñó con una Iglesia más participativa. La corresponsabilidad, la sinodalidad, las comunidades de base a las que cuidó, siempre estuvieron en primera línea para él”. En este sentido, -dice- estaba muy contento con el papa Francisco.
Desde sus años de estudios en Lovaina, la sociología “y el estudio sociológico de la realidad”, estuvieron muy presentes en su vida.
«Otro rasgo a destacar fue el de su gran entrega y compromiso con la pastoral de juventud. Además, siempre participó en órganos de consulta. Creyó en los consejos y les dio importancia».
Durante varios años vivió en uno de los apartamentos de la iglesia de San Nicolás en el Arenal, de Bilbao. Allí, en diferentes etapas, convivió con otros compañeros presbíteros como Juan Mari Lechosa, Javi Oñate, José Alberto Güemes, Jaime Asenjo, Joseba Segura o Sergio Buiza, entre otros. Los últimos años vivió con su hermana Espe, que es quien le cuidó y acompañó hasta el final.
Presencia renovadora
La amistad entre Javi Goñi y Jose Ramón Muerza, comenzó cuando los dos estaban destinados en Barakaldo. Al inicio, Goñi en San José y Muerza, en Ntra. Sra. de la Esperanza. Años después volvieron a coincidir también en la UP de San Ignacio:
“Destaco su amistad y su presencia renovadora en la comunidad cristiana. Fue un hombre que puso en valor una vida que crece con otros y se humaniza al estilo de Jesús, una vida cercana a los necesitados y vulnerables y, sobre todo, en la cual el encuentro con Jesús dio sentido a su vida y ayudó a los que vivían junto a él para que la vida sea un encuentro con el Padre”.
Se hizo querer
Marige Díez, feligresa de San José de Barakaldo, fue una de las colaboradoras de Javi Goñi durante el tiempo que él estuvo allí. “Era un hombre -dice- que convivía con la feligresía”. Marige recuerda la etapa en la que estaban en Barakaldo Javi Goñi, Txelis Beltrán y Joseba Segura.
"Javi Goñi, Txelis Beltrán y Joseba Segura llenaron de juventud la parroquia. Había un grupo de chavales y chavalas de confirmación muy grande"
Para Marige, Javi Goñi era una persona entrañable. Dice que al principio, a su llegada, hubo algunas reticencias, porque la gente no quería que se marchara el párroco anterior, pero que los años que estuvo «se hizo querer. Al llegar a Barakaldo, Goñi dijo que ‘no había ido a trabajar como 25, sino a hacer trabajar a 25’ y eso es lo que hizo, fomentar la corresponsabilidad y la colaboración, que nunca le faltó”. Le gustaba mucho hacer vida con la comunidad y también participar en actividades y excursiones.
“Del tiempo que estuvo en Barakaldo, destaco su cercanía, el trato tan amable que tenía y las misas tan entrañables que él hacía y que gustaban a todo el mundo. Trabajó mucho, se movió mucho por la parroquia y colaboró con la feligresía. Cuando se marchó, con mucha pena, le hicimos una despedida preciosa».
Íntegro, discutidor, peleón y sociable
Mila Domínguez, vicepresidenta del Consejo Pastoral Diocesano (CPD) y miembro del equipo ministerial de San Ignacio, compartió muchos años de tarea con Goñi:
“Hay personas que marcan en la vida y para mi Javi ha sido una de ellas. Acogedor, cariñoso, integro, discutidor, peleón, sociable, hombre de gran fe en Dios y en las personas.
Muchos años de reuniones, equipos, eucaristías, celebraciones especiales –en las que se seguía poniendo tan nervioso como el primer día-, asambleas… pero me quedo, sobre todo, con los cafés de los últimos años en los que quería saberlo todo: ¿Cómo va la parroquia? ¿Hubo mucha gente en la charla del otro día? ¿qué tal por el CPD? … Y, a su vez, te ponía al día de su compromiso en Cáritas, sus misas en Barakaldo y el último café que había tomado con alguien más.
Creo que nos deja con muchos cafés pendientes. Gracias Javi por tanto. Gracias Señor por la vida de Javi que ha sido un regalo maravilloso».
En algunos de esos momentos de café y celebración en los que tanto le gustaba participar. En esta imagen, acompañado de Mila Domínguez y otro compañero de la UP.
Una estrella
Óscar Segovia, de Cáritas y de la parroquia de San José de Barakaldo, estuvo con Goñi en grupos de juventud y confirmación y siguió manteniendo mucha relación con él a lo largo de los años:
«Ahora que seguimos en Navidad, para mí Javi es la estrella que me orienta hacia Dios hecho niño, que descubre ese magnífico Don y lo transmite a todos los que tiene a su alrededor, poniendo pasión en cada palabra que selecciona para hacérnoslo saber».
Óscar Segovia, un amigo.
QEPD
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