¡Feliz jueves! Un epitalamio es una obra lírica especialmente escrita para las bodas. Hoy no solamente vamos a tener palabras, sino también música, de un poco conocido maestro francés, que nos traerá hoy una obra delicada y exquisita, como corresponde.

La música de hoy es de André Jolivet (1905-1974), compositor francés nacido e París. Las características de sus obras son la experimentación y la accesibilidad. Con cuatro años empezó a estudiar piano que primero había aprendido de su madre. Luego se formó de una forma más seria y empezó a componer sus primeras obras en su adolescencia y siguió estudiando de forma independiente. En 1929 estudió composición con Edgard Varèse, quien le insistió en el camino atonal. Tuvo que hacer el servicio militar en la Segunda Guerra Mundial, pero incluso eso le inspiró composiciones musicales. En la década de 1940 comenzó a aplicar armonías modales y melodías más líricas, por lo que su estilo se refinó. Componía música incidental e incluso orquestó composiciones barrocas de Lully. Su carrera en el teatro era algo que lo motivaba muchísimo desde joven.

Escuchemos su Épithalame, composición de 1953 para coro a doce voces. El texto es del propio Jolivet. El motivo de la composición fue el vigésimo aniversario de su propia boda. La música es a la vez suntuosa y sensual, gracias también a los textos religiosos de la antigüedad, que forman parte de esta especia de sinfonía vocal. Estas dos palabras no son un caprichos ya que escuchamos efectos orquestales, con las voces llevadas hasta casi el extremo. Por ejemplo, asistimos a cómo se imitan las campanas o como casi se susurra. Una belleza.

La interpretación es del Nederlands Studenten Kamerkoor.