Sonata Waldstein



Es evidente que con el título ya te habrás dado cuenta de qué obra te traigo hoy, si eres aficionado a la música mal llamada clásica. Es una obra que no se cansa uno de escucharla, sobre todo si es con la versión tan soberbia que te ofrezco hoy. Hay obras por las que no pasará el tiempo y al contrario. Conforme pasa más se revalorizan; como esta.

Es obvio que el compositor es el gran Ludwig van Beethoven (1770-1827), maestro alemán nacido en Bonn. ¿Qué puede decirse de esa persona genial que fue Beethoven y que no se haya dicho ya? Ya que hoy te traigo una obra suya para piano te comentaré un par de anécdotas. Cuando por primera vez se mudó a Viena era habitual que se presentarse a concursos de piano con otros. Sus competidores solían decir que no era una persona sino un demonio y que su forma de tocar haría que fuesen todos a la tumba. Tocaba en instrumento con gran energía pero si un esfuerzo aparente y con total relajación ante el teclado. Se dice que su legato era magistral gracias a los años que había dedicado a tocar el órgano. En fin, solo algunas migajas de ese genio inabarcable.

Del geio de Bonn te traigo hoy su Sonata nº 21 en Do Mayor, op. 53, subtitulada "Waldstein". Tiene ese subtítulo en honor al conde Ferdinand Ernst Gabriel von Waldstein que ayudó al joven Beethoven. En esta sonata el maestro creó sonoridades y texturas que nunca había usado previamente. Ya no compone teniendo en cuenta la dificultad de la obra sino que va más allá, explotando todas las posibilidades de la obra. Extiende las dinámicas hasta cotas insospechadas y usa unos colores radiantes y vistosos. La sonata adquiere un carácter casi orquestal. Se un paralelismo en estas piezas en los cuartetos Razumovsky. Una obra para saborearla como un buen coñac.

La partitura de esta belleza puedes descargarla aquí.

La interpretación magistral de esta pieza magistral nos la ofrece Claudio Arrau al piano.

Volver arriba